Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Palmicultura guatemalteca, referente mundial en productividad y sostenibilidad

El presidente de GREPALMA, José Santiago Molina, durante las palabras de bienvenida del IV Congreso Palmero.
Braulio Palacios
04 de marzo, 2024

Guatemala es el líder mundial en productividad de aceite de palma, pese a que su industria apenas cuenta con 36 años de historia. Datos recientes indican que, en promedio, produce 5.9 toneladas métricas (TM) de aceite crudo al año, principalmente de manera sostenible; lo avalan certificaciones internacionales. 

Durante el primer día del IV Congreso Palmero, que tiene como lema: “Transformando el entorno”, la Gremial de Palmicultores de Guatemala (GREPALMA) hizo gala de la eficiencia en la producción nacional y reafirmó su compromiso de promover una palmicultura sostenible.   

El evento carbono cero —otra muestra de la promesa real medioambiental— reunirá hasta este viernes más de 600 asistentes de 16 países diferentes en Santo Domingo del Cerro, Antigua Guatemala. En su jornada inicial, se abordaron los avances y desafíos para la sostenibilidad de una industria que produjo a nivel mundial casi 80TM de aceite crudo en 2023.    

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

La producción de aceite crudo de palma de Guatemala, por su parte, alcanzó las 1.1 TM el año pasado. Ese resultado lo colocó como el sexto productor mundial y segundo de Latinoamérica. El 80% de la producción nacional se envía a Europa (el otro 20% atiende la demanda doméstica) y es el principal producto local que recibe el Viejo Continente.    

Karen Rosales, directora ejecutiva de GREPALMA, destacó que el 70% de aceite de palma que se produce en el país está certificado por estándares internacionales (la meta es que sea como mínimo 75% en 2025), lo que lo coloca como la industria palmicultora más sostenible de toda Latinoamérica.   

“Me atrevo a decir que vamos a superar ese 75% porque el mercado mundial lo exige. De aquí al 2030, una gota de aceite de palma no podrá ser comercializada si no tiene una certificación que respalde la sostenibilidad. Guatemala es el número uno de Latinoamérica en volumen de aceite certificado, le sigue Colombia (28%)”, explicó.    

El sector palmicultor aporta el 2.2% del PIB nacional y genera 180,000 empleos (30,000 directos y 150,000 indirectos). Más allá de la huella económica, los productores locales no olvidan lo ambiental y han adoptado con éxito criterios medioambientales, volviéndose un referente mundial en temas de productividad y sostenibilidad.   

Por ejemplo, hace cinco años, socios de GREPALMA, voluntariamente firmaron una declaración de compromiso de “cero deforestación”. Los resultados presentados ayer evidencian que, desde 2020, las fincas de sus asociados no tienen una sola hectárea deforestada para el crecimiento del cultivo.   

Asimismo, la agroindustria nacional de aceite ha capturado más carbono del que ha emitido en los últimos 34 años, con un balance positivo de 3,4 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2eq), según informó el gremio palmicultor guatemalteco.   

Su presidente, José Santiago Molina, indicó que Guatemala tiene una palmicultura eficiente desde que inició su producción hace más de 30 años. “Y lo sigue siendo. Somos los mejores del mundo en eficiencia productiva”, enfatizó.   

“Hacemos las cosas bien y certificaciones lo avalan. Pero tenemos desafíos políticos y sociales. Se deben ampliar las áreas de oportunidad para la palma y ser parte de la solución del desempleo. Como sector, pedimos mejores condiciones; certeza jurídica que permita atraer inversionistas. Se requiere mejor mantenimiento de carreteras. Urge la inversión en infraestructura vial, puertos y aeropuertos”, concluyó. 

 

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Palmicultura guatemalteca, referente mundial en productividad y sostenibilidad

El presidente de GREPALMA, José Santiago Molina, durante las palabras de bienvenida del IV Congreso Palmero.
Braulio Palacios
04 de marzo, 2024

Guatemala es el líder mundial en productividad de aceite de palma, pese a que su industria apenas cuenta con 36 años de historia. Datos recientes indican que, en promedio, produce 5.9 toneladas métricas (TM) de aceite crudo al año, principalmente de manera sostenible; lo avalan certificaciones internacionales. 

Durante el primer día del IV Congreso Palmero, que tiene como lema: “Transformando el entorno”, la Gremial de Palmicultores de Guatemala (GREPALMA) hizo gala de la eficiencia en la producción nacional y reafirmó su compromiso de promover una palmicultura sostenible.   

El evento carbono cero —otra muestra de la promesa real medioambiental— reunirá hasta este viernes más de 600 asistentes de 16 países diferentes en Santo Domingo del Cerro, Antigua Guatemala. En su jornada inicial, se abordaron los avances y desafíos para la sostenibilidad de una industria que produjo a nivel mundial casi 80TM de aceite crudo en 2023.    

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

La producción de aceite crudo de palma de Guatemala, por su parte, alcanzó las 1.1 TM el año pasado. Ese resultado lo colocó como el sexto productor mundial y segundo de Latinoamérica. El 80% de la producción nacional se envía a Europa (el otro 20% atiende la demanda doméstica) y es el principal producto local que recibe el Viejo Continente.    

Karen Rosales, directora ejecutiva de GREPALMA, destacó que el 70% de aceite de palma que se produce en el país está certificado por estándares internacionales (la meta es que sea como mínimo 75% en 2025), lo que lo coloca como la industria palmicultora más sostenible de toda Latinoamérica.   

“Me atrevo a decir que vamos a superar ese 75% porque el mercado mundial lo exige. De aquí al 2030, una gota de aceite de palma no podrá ser comercializada si no tiene una certificación que respalde la sostenibilidad. Guatemala es el número uno de Latinoamérica en volumen de aceite certificado, le sigue Colombia (28%)”, explicó.    

El sector palmicultor aporta el 2.2% del PIB nacional y genera 180,000 empleos (30,000 directos y 150,000 indirectos). Más allá de la huella económica, los productores locales no olvidan lo ambiental y han adoptado con éxito criterios medioambientales, volviéndose un referente mundial en temas de productividad y sostenibilidad.   

Por ejemplo, hace cinco años, socios de GREPALMA, voluntariamente firmaron una declaración de compromiso de “cero deforestación”. Los resultados presentados ayer evidencian que, desde 2020, las fincas de sus asociados no tienen una sola hectárea deforestada para el crecimiento del cultivo.   

Asimismo, la agroindustria nacional de aceite ha capturado más carbono del que ha emitido en los últimos 34 años, con un balance positivo de 3,4 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2eq), según informó el gremio palmicultor guatemalteco.   

Su presidente, José Santiago Molina, indicó que Guatemala tiene una palmicultura eficiente desde que inició su producción hace más de 30 años. “Y lo sigue siendo. Somos los mejores del mundo en eficiencia productiva”, enfatizó.   

“Hacemos las cosas bien y certificaciones lo avalan. Pero tenemos desafíos políticos y sociales. Se deben ampliar las áreas de oportunidad para la palma y ser parte de la solución del desempleo. Como sector, pedimos mejores condiciones; certeza jurídica que permita atraer inversionistas. Se requiere mejor mantenimiento de carreteras. Urge la inversión en infraestructura vial, puertos y aeropuertos”, concluyó.