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Fotografía: República.

Emprendedoras guatemaltecas lideran primeros centros Kumon en Guatemala

María José y Andrea buscan romper paradigmas de aprendizaje en la niñez y adolescencia guatemalteca, por eso, en 2023 emprenden con centros de enseñanza que tienen como base el método Kumon.

Las franquicias se han convertido en una manera más universal de emprender, María José de Rivero y Andrea Quesada, dos mujeres motivadas por aportar a la educación del país son las primeras personas en adquirir la franquicia de origen japonés: Kumon, con el objetivo de ofrecer a la niñez guatemalteca programas de aprendizaje individualizados en inglés y matemáticas.

“Yo conocí la franquicia hace cinco años en Barcelona y vi como mi hijo se desarrollaba en ella, cuando decidimos mudarnos a Guatemala no quería que él se quedará sin esta oportunidad. Lo primero que hice fue pensar en él, pero también me motivaba que otros niños tuvieran la oportunidad de conocer el método y experimentarlo”, comenta Quesada.

Por su parte, María José comenzó trayendo los libros del método al país, su idea era ir introduciendo la marca en la población guatemalteca, por lo que, cuando se enteró que la franquicia vendría al país en las redes sociales no dudó en iniciar el proceso.

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Expansión de Kumon a Guatemala

En 2020, Andrea se contactó con la marca por primera vez, no obstante, en ese momento no existía un interés en abrir mercado para Guatemala, sin darse por vencida lo volvió a intentar en 2021 con otro intento fallido, pero en su tercer intento obtuvó una respuesta y comenzó el recorrido. Pese a que eran varias personas interesadas en traer Kumon, ella fue la única que quedó al final del proceso.

Por su parte, María José había comenzado su propio camino instalando la marca. La guatemalteca siempre había querido emprender en educación. En 2022, vio que la marca estaría expandiéndose en la región y un año después cumplió su sueño.

Cada una se abocó a Kumon por separado, sin embargo, sus caminos terminarán cruzándose al ser las primeras franquiciadoras de la marca en el país. Para ambas, poder liderar los primeros dos centros es un sueño hecho realidad, que se concreta al ver el avance que van teniendo los niños cuando pisan sus instalaciones.

Una oportunidad viable

María José, una mujer soñadora e inquieta con más de 15 años de experiencia en educación y Andrea, comprometida, curiosa y pasional por lo que hace, supieron que emprender de esta manera era una oportunidad al ver que no existía otro modelo de negocio como Kumon en el país.  

“Cuando empiezas a investigar, ves que no hay nada como ello en el mercado, y sabes que funciona, te das cuenta de que es viable. Pero al ser una franquicia depende más de ellos que de ti y debes seguir los tiempos, pero cuando el asesor te llama es cuando decís ‘venga, ahora sí’, y es importante trabajar para que alguien más no te gane el negocio”, explica Quesada.

Fotografía: República.

De acuerdo con estimaciones y cifras del Instituto Latinoamericano de la Franquicia (ILAF) en 2023, se estima un crecimiento de 10% para este sector. Las guatemaltecas iniciaron las operaciones de sus centros ubicados en Américas 10 y Plaza Vilaflor en marzo de 2023, con apenas tres meses de operaciones ya cuentan con 15 y 9 alumnos, respectivamente.

Romper pensamientos limitantes y ser un ejemplo

Para María José convertirse en una emprendedora ha impactado a un nivel personal, al ser un ejemplo tanto para sus hijos hombres y mujeres sobre la importancia de tener metas claras: “Es un empoderamiento. Ser una orientadora de Kumon impacta en cada familia, porque significa que todos tenemos que sacar esto adelante. En la parte profesional, cuando las familias se acercan al local, notó cómo estoy impactando en la sociedad guatemalteca”.

El método Kumon busca que los alumnos desarrollen las materias mencionadas por medio de resolución de hojas de trabajo de manera independiente. Para ello se realiza un examen de diagnóstico y poder determinar en qué nivel se encuentra el niño o adolescente. La idea es que la niñez y adolescencia no vea el inglés o las matemáticas como un límite.

“Emprender de esta forma es una decisión de familia, hablar sobre las inversiones, comentarles a mis hijos lo que implica que ahora yo salga a trabajar por las tardes, y que ciertas dinámicas cambiarían. Es congeniar la parte de conciencia de mamá y desarrollarte tú como profesional”, explica de Rivero.

Confiar en el potencial

Ambas emprendedoras acuerdan que las mujeres guatemaltecas son trabajadoras, por lo que es importante que confíen en su potencial, boten las barreras que muchas veces les impiden creer que pueden alcanzar sus metas. Es importante tener un impulso interno y ver las oportunidades que la vida va presentando.

“Buscamos seguridad, una suele llegar en los trabajos a fin de mes con el cheque. Emprender significa que vas a salir de esa zona de confort, porque ahora te toca a ti buscar ese dinero para pagar a alguien más. Pero, lo importante es que nos lo creamos, trabajemos por ello. En mi caso este es mi sueño”, afirma de Rivero.

Fotografía: República.

Para Andrea ver la ilusión de los niños que llegan a su centro y recibir comentarios de los padres de familia, son dos motores que llenan su persona, que le recuerdan por qué se adentró en esta aventura y que no cambiaría por nada.