Tres hermanos guatemaltecos deciden soñar y toman la decisión de invertir en una maquinaria para transformar el cacao en chocolate, sin imaginar que unos meses después en Guatemala anunciarían los primeros casos de contagios de covid, situación que se convirtió en un reto.

Se las ingeniaron para que un chocolate de alta calidad llegara un nuevo mercado y también crearon una nueva cultura de consumo debido a los confinamientos y restricciones de movilidad que el país implementó durante el 2020.

“Fue un reto, pero no nos dimos por vencidos, empezamos a utilizar las plataformas virtuales para darnos a conocer y conseguir clientes que consumieran nuestro producto final o bien nuestro producto para repostería”, relata Pablo Matute, co-fundador de Chocolate Sero. 

En la actualidad el emprendimiento es proveedor de materia prima para reconocidos restaurantes, chocolatiers y reposteros guatemaltecos, además de ser los autores de dos barras de chocolate ganadores de medallas de plata de los premios AVPA, en París, 2022.

El principal diferenciador de Chocolate Sero

La materia prima del emprendimiento es el cacao fino de aroma, el cual permite utilizar ingredientes mínimos y destacar el sabor natural del cacao, sin que esto limite a los usuarios a innovar y ofrecer productos de chocolate con nuevas recetas. 
Chocolate Sero mantiene el origen y el sabor del cacao de la zona en donde se cultiva. Ofrece chocolate de origen único de los siguientes departamentos:

• Suchitepéquez
• Alta Verapaz
• Izabal
• Petén

De acuerdo con los fundadores otro diferenciador de la marca es el tipo de tostado del cacao, ellos investigan cuál es el mejor proceso de tostado para cada origen de cacao.

Propuesta de sabor, conservación y desarrollo para Guatemala

Los empresarios hacen negocios a través de alianzas directas con cooperativas, fincas privadas y colectivos productores de cacao alrededor de Guatemala.

 “Nuestro sueño ha sido producir un chocolate que cumpla con los estándares de calidad mundial cultivado, transformado y diseñado en Guatemala”, cuenta Matute.

 Agrega que, parte del sueño es educar a los guatemaltecos sobre la diversidad de sabores únicos del cacao chapín y su potencial como desarrollo económico sostenible y mitigador del cambio climático.

Consideran que, al trabajar de forma directa con los productores, han logrado hacer cambios en el modelo tradicional de comercialización del cacao, permitiendo pagar a los productores el doble por kilogramo de cacao en comparación con el mercado internacional. 

“Vemos con mucho entusiasmo que los productores de cacao reciben un pago justo sobre sus cultivos, esto tiene un impacto positivo para sus familias y en sus comunidades, y también sobre la biodiversidad local, dado que el cacao fino de aroma, que es el que utilizamos en Chocolate Sero, crece en la sombra de bosques nativos y la nueva demanda promoverá mantener y ampliar los bosques”.