El director ejecutivo de la Confederación Guatemalteca de Federaciones
Cooperativas, R. L. (Confecoop), Rodolfo Orozco, anunció que cuentan proyectos, financiamiento y programas de ejecución para la construcción de las
plantas generadoras de energía eléctrica, donde los propietarios serán los
cooperativistas.

Orozco indicó que firmaron una alianza con la Asociación Nacional de
Cooperativas Eléctricas Rurales de Estados Unidos para brindar asistencia,
organización, estrategia y una política para las cooperativas del país en
administración y gestión. Esta asociación surte en ese país de energía a 80
millones de usuarios.

Asimismo, la Confecoop anunció que la primera cooperativa eléctrica
comenzará a suministrar energía solar a una comunidad de Alta Verapaz este año,
con apoyo de cooperativas eléctricas de España.

La noticia que las cooperativas guatemaltecas entraran a competir en
el mercado energético es valorado por funcionarios y analistas porque en
varias regiones del país, sobre todo en Huehuetenango, hay grupos que se oponen a
las empresas hidroeléctricas. Coinciden que se debe a la falta de información, ya que en otros países los
comunitarios apoyan la generación de electricidad con la fuerza de los ríos,
como en Costa Rica.

El comisionado presidencial para la Competitividad y la Inversión,
Juan Carlos Paíz, opinó que esta es una inversión que inyectará y dinamizará la
economía de las comunidades y diversificará el sector energético. Asimismo, Paíz
informó que del potencial que tiene Guatemala para la
producción de energía hidráulica, sólo se aprovecha el 15 por ciento. Hace ver que Guatemala tiene potencial para atraer inversión en
energías limpias por unos US$6 millones.

Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Erick Archila, afirmó que es
importante la inversión y la participación de las cooperativas en la generación
eléctrica.

El
analista Pedro Pardo, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales
(Asies), afirma que las cooperativas son referente de buenos proyectos e
inversiones en nuestro país, tienen el apoyo de las comunidades y hasta el
momento han mostrado ser un gran generador de proyectos de desarrollo. “Es
positivo ver que poco a poco ellos entran en el mercado, con estudios de
prefactibilidad adecuados. La falta de experiencia en esta clase de negocios no
debería ser obstáculo para que los mismos salgan adelante”, puntualizó.

Cambio de visión

En Febrero pasado, la Federación de
Cooperativas de las Verapaces (FEDECOVERA R.L.) presentó al mandatario Otto Pérez Molina dos proyectos
hidroeléctricos que busca construir en Purulhá, Baja Verapaz, los cuales
beneficiarían alrededor de 20 mil afiliados.

Esto es parte de la Política Energética 2013-2027 presentada por el Ejecutivo para
lograr los objetivos de satisfacer la demanda en el territorio nacional y que
plantea el establecimiento de alianzas estratégicas con actores privados. En la actualidad, la cartera de Energía
y Minas tiene un registro de 52 proyectos hidroeléctrico; de éstos, 8 están en
construcción, 6 en trámite y 18 no han iniciado su edificación por diversas
razones.

Uno de los proyectos más
grandes a cargo de empresas cooperativistas es la Planta Hidroeléctrica El
Recreo II, con una capacidad de 23 Mega Watts, lo que hasta ahora es una de las
principales obras que estos grupos realizarán.

En un país en donde el 85.6 por ciento de la
población tiene cobertura eléctrica, se muestra no sólo una necesidad de
acceder al recurso, sino además de aumentar la capacidad generadora para
alcanzar índices acorde al desarrollo del país. Países como Costa Rica llevanla delantera en este campo: el 60 por ciento de la energía que producen
para las zonas rurales es generado por cooperativas, mientras que Estados
Unidos, el 35 por ciento de su energía rural esta en manos del sector
cooperativista.

Estas cifras no han pasado
desapercibidas para organismos internacionales. El Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) impulsa un programa de asesorías para que las
comunidades instalen proyectos de generación de energía limpia y se conviertan
no sólo en autosuficientes sino en proveedores e impulsores de la industria
nacional.

Al respecto, Ekaterina Padilla, titular
de la Secretaría General de Planificación (Segeplan), indica que se necesita de actores nacionales e internacionales
para llevar a cabo la política energética. “No se puede esperar que el Estado siga construyendo esta
clase de proyectos porque el financiamiento y endeudamiento complican cada vez
más los presupuestos”, dice. Padilla
ve positivo que las comunidades inviertan en su propio beneficio, dejando de ser clientes y generen puestos de trabajo.

Respecto a la capacidad de realizar
proyectos de gran tamaño, la titular de Segeplan señala que esto será
consecuencia de los buenos resultados que obtengan en los que ya tienen en
marcha. Hace ver que Guatemala
sólo aprovecha el 15 por ciento de la capacidad de generación de 6 mil Mega
Watts que tiene el país, mientras que el potencial eólico y solar están
prácticamente desaprovechados.

La demanda nacional ha pasado de 2 mil
gigawatss hora (GWh) en 1986 a mas de 8 mil para el año 2014 y se espera que
para 2027 la demanda alcance cerca de 16 mil 800, según las estimaciones del ministerio
de Energía y Minas. Según las proyecciones de construcción de proyectos, la
capacidad instalada del país podría ser cerca de 3 mil MW; el crecimiento
del consumo de petróleo en el país ha crecido a un ritmo de 1.38 por ciento
anual.

Este es uno de los grandes retos de
una política sostenible y darle paso a que las
comunidades sean generadores de su propio desarrollo. Según Rodolfo Orozco, de Confecoop, “no se trata de extender la mano para
recibir, sino para apoyar”.