A finales del siglo 20 hubo un incremento drástico en el precio del diésel. De costar US$17 el barril en 1995, el petróleo crudo llegó a costar hasta US$140, siendo su precio actual por barril aproximadamente US$94.
Como puede inferirse, los costos de operación de bombas diésel en ese período se volvieron críticos, y fue necesario comenzar a buscar alternativas, por lo que se comenzó a investigar y adoptar más el uso de bombas solares.
Otra realidad que comenzó a pesar sobre el uso de bombas diésel fue su necesidad de constante mantenimiento y problemas de eficiencia. En áreas rurales, el transporte del combustible en sí y piezas de repuesto puede representar un gasto considerable, y esto comenzó a pesar mientras el precio del diésel se encarecía.
Incluso desde 1995, donde el precio del diésel era de US$17 el barril, ya se estaba observando que en este rango de potencias el uso de bombas solares tenía tiempos de retorno de inversión muy atractivos, nunca superando los 10 años y siendo estos bastante más inferiores a este valor, en promedio.
Como consecuencia de estos estudios y la instalación cada vez más proliferada de bombas solares en el mercado, está cambiando la tendencia de instalación en áreas rurales, y ya se utilizan estos sistemas típicamente en lugares aislados y con bajos recursos en Africa y otros países del mundo.
Gran crecimiento en una década
Hace apenas una década pensar en reemplazar motores y demás equipos críticos en la industria por equipo solar era algo escasamente considerable, por lo costos elevados que éste presentaba. No es el caso para muchas aplicaciones hoy en día.
La industria solar ha crecido mucho en la última década, representando en la actualidad una alternativa viable a los métodos industriales de otrora, por medio de sistemas como equipos solares integrados o sistemas de generación de energía con paneles solares.
Una aplicación de equipo solar que se ha vuelto cada vez más comercialmente competitiva es la instalación de bombas solares en ubicaciones remotas, como una alternativa al uso de bombas diésel. Aunque este equipo todavía tiene sus limitantes, su uso se ha expandido y sus ventajas son cada vez más aparentes.
Advertencia para aplicaciones de alto consumo energético
El mayor obstáculo que se ha presentado para la adopción de bombas solares es su costo inicial elevado, especialmente al compararse éste con el costo de una bomba diésel. Esto ha sido así por mucho tiempo. El uso de bombas solares ya se había comenzado a evaluar e implementar hace más de 20 años, pero no existía un mercado grande para ellas y tampoco había mucha investigación al respecto.
Es importante destacar que la tecnología solar, aunque es mucho más barata que hace 20 años, sigue siendo restrictiva cuando se considera para aplicaciones de alto consumo energético o consumo constante durante el día y la noche. Un sistema aislado de la red con paneles y bombas solares es caro, particularmente por el hecho que los bancos de baterías tienen precios bastante restrictivos.
Adicional a esto, la tecnología DC requerida para impulsar bombas de alto caballaje, particularmente para aplicaciones industriales, también es muy cara. En la industria de construcción, las bombas diésel se vuelven una alternativa viable dado el costo elevado de bombas eléctricas con las especificaciones de potencia que este campo requiere.
Finalmente, existen aplicaciones críticas como sistemas de electricidad para hospitales, que simplemente requieren potencia las 24/7, y para esto no son económicos los sistemas solares.
Es importante notar y observar, sin embargo, que cada vez más nichos en el mercado se están llenando con productos solares y con las ventajas significativas que éstos traen.
A finales del siglo 20 hubo un incremento drástico en el precio del diésel. De costar US$17 el barril en 1995, el petróleo crudo llegó a costar hasta US$140, siendo su precio actual por barril aproximadamente US$94.
Como puede inferirse, los costos de operación de bombas diésel en ese período se volvieron críticos, y fue necesario comenzar a buscar alternativas, por lo que se comenzó a investigar y adoptar más el uso de bombas solares.
Otra realidad que comenzó a pesar sobre el uso de bombas diésel fue su necesidad de constante mantenimiento y problemas de eficiencia. En áreas rurales, el transporte del combustible en sí y piezas de repuesto puede representar un gasto considerable, y esto comenzó a pesar mientras el precio del diésel se encarecía.
Incluso desde 1995, donde el precio del diésel era de US$17 el barril, ya se estaba observando que en este rango de potencias el uso de bombas solares tenía tiempos de retorno de inversión muy atractivos, nunca superando los 10 años y siendo estos bastante más inferiores a este valor, en promedio.
Como consecuencia de estos estudios y la instalación cada vez más proliferada de bombas solares en el mercado, está cambiando la tendencia de instalación en áreas rurales, y ya se utilizan estos sistemas típicamente en lugares aislados y con bajos recursos en Africa y otros países del mundo.
Gran crecimiento en una década
Hace apenas una década pensar en reemplazar motores y demás equipos críticos en la industria por equipo solar era algo escasamente considerable, por lo costos elevados que éste presentaba. No es el caso para muchas aplicaciones hoy en día.
La industria solar ha crecido mucho en la última década, representando en la actualidad una alternativa viable a los métodos industriales de otrora, por medio de sistemas como equipos solares integrados o sistemas de generación de energía con paneles solares.
Una aplicación de equipo solar que se ha vuelto cada vez más comercialmente competitiva es la instalación de bombas solares en ubicaciones remotas, como una alternativa al uso de bombas diésel. Aunque este equipo todavía tiene sus limitantes, su uso se ha expandido y sus ventajas son cada vez más aparentes.
Advertencia para aplicaciones de alto consumo energético
El mayor obstáculo que se ha presentado para la adopción de bombas solares es su costo inicial elevado, especialmente al compararse éste con el costo de una bomba diésel. Esto ha sido así por mucho tiempo. El uso de bombas solares ya se había comenzado a evaluar e implementar hace más de 20 años, pero no existía un mercado grande para ellas y tampoco había mucha investigación al respecto.
Es importante destacar que la tecnología solar, aunque es mucho más barata que hace 20 años, sigue siendo restrictiva cuando se considera para aplicaciones de alto consumo energético o consumo constante durante el día y la noche. Un sistema aislado de la red con paneles y bombas solares es caro, particularmente por el hecho que los bancos de baterías tienen precios bastante restrictivos.
Adicional a esto, la tecnología DC requerida para impulsar bombas de alto caballaje, particularmente para aplicaciones industriales, también es muy cara. En la industria de construcción, las bombas diésel se vuelven una alternativa viable dado el costo elevado de bombas eléctricas con las especificaciones de potencia que este campo requiere.
Finalmente, existen aplicaciones críticas como sistemas de electricidad para hospitales, que simplemente requieren potencia las 24/7, y para esto no son económicos los sistemas solares.
Es importante notar y observar, sin embargo, que cada vez más nichos en el mercado se están llenando con productos solares y con las ventajas significativas que éstos traen.