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Viernes 13, ¿un día de mala suerte?

Redacción República
13 de febrero, 2015

Origen del viernes 13

Las supersticiones relacionadas con viernes 13 tienen su origen antiguamente cuando la mala suerte se asociaba al número 13 y al día de la semana viernes, según nos explica Donald Dossey, historiador y autor del libro Holiday Folklore, Phobias and Fun.

El miedo al número 13 también se conoce como triscaidecafobia. Dossey intenta remontarse al origen de este miedo. Según un mito nórdico, 12 dioses estaban cenando en el Valhalla (el cielo de la mitología nórdica). Durante la cena el dios 13 no invitado, Loki dios de las travesuras, convence a Hoder, el dios ciego de la oscuridad, para que dispare a Balder el Hermoso, dios de la alegría, con una flecha con la punta de muérdago.

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También hay una referencia bíblica que asocia al número 13 con la mala suerte. Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, fue el invitado 13 de la Última Cena.

En cuanto al viernes, este día es reconocido por los cristianos como el día que Jesús fue crucificado. Además, algunos estudiosos de la Biblia creen que Eva tentó a Adán con la fruta prohibida un viernes. Tal vez lo más significativo es la creencia de que Abel fue asesinado por su hermano Caín en viernes 13.

Mientras tanto, según informes acerca de la antigua Roma, las brujas se reunían en grupos de 12. El 13 se creía que era el diablo.

Según Fernsler, los numerólogos consideran al 12 “un número completo”. “Hay 12 meses en un año, 12 signos del zodiaco, 12 dioses del Olimpo, 12 trabajos de Hércules, las 12 tribus de Israel y 12 apóstoles de Jesús”, señaló.

La asociación del 13 con la mala suerte “tiene que ver con ser un número que va un poco más allá de la integridad. El número resulta provocar inquietud e intranquilidad”.

Se paralizan los viernes 13 por culpa de las supersticiones

Algunas personas se sienten aterradas ante las supersticiones del viernes 13 negándose a volar, comprar una casa o incluso de invertir en bolsa.

En las personas supersticiosas sus creencias y comportamientos forman parte de una visión del mundo mucho más grande. Creen que la suerte es una fuerza mágica y que puede arruinar sus vidas.

La superstición es algo connatural al ser humano. Nuestro cerebro prefiere certezas a incertidumbres, de modo que no tarda demasiado en rellenar lagunas de ignorancia con supersticiones o mitos. A base de parches evolutivos nuestros sentidos están concebidos para detectar e incluso exagerar determinados aspectos y rasgos característicos del mundo sensorial e ignorar otros.

Las supersticiones más comunes en los guatemaltecos

Cruzamos los dedos: La idea es asegurar el resultado de una acción que deseamos ayudándole amarrando los cabos sueltos para aumentar las posibilidades de éxito.

Evitar pasar por debajo de una escalera: Aunque pareciera que esta superstición estuviese fundada en el sentido común en realidad la costumbre se remonta a la época de los ajusticiamientos, los cadáveres eran bajados del cadalso por la escalera.

El fatídico viernes 13: Pocas supersticiones escapan al sentido común como esta. Se funda en las tradiciones cristianas y las mitólogias.

Derramar sal: Desde los primeros días de la humanidad la sal fue siempre un elemento valioso, y como tal se le cuidaba bastante. Derramar la sal accidentalmente exige que se arroje una cantidad sobre el hombro con el fin de segar al diablo que siempre está al acecho de nuestros errores, para de esta manera confundirlo y ganar tiempo.

Romper un espejo: Una de las supersticiones más poderosas y profundamente arraigada considera que quien rompe un espejo tendrá inevitablemente 7 años de mala suerte. La idea procede de que al dañar un espejo nos dañamos a nosotros mismos, ya que la imagen es un reflejo nuestro y algunas doctrinas creen que el cuerpo sufre cambios significativos cada 7 años.

Tocar madera: Probablemente de las supersticiones más antiguas. Tiene su origen en los antiguos pueblos celtas del norte de Europa, quienes divinizaban al bosque (y por tanto a los árboles) como manifestación divina.

El gato negro: Sin duda la más difundida de las supersticiones. Se remonta fácilmente al antiguo Egipto donde a los gatos se les consideraba representación de deidades en la tierra. De ahí pasó a la Europa medieval donde se asoció al gato negro con la brujería y se entendía que cruzarse con un gato negro era un mal presagio, pues una bruja podría andar cerca.

Viernes 13, ¿un día de mala suerte?

Redacción República
13 de febrero, 2015

Origen del viernes 13

Las supersticiones relacionadas con viernes 13 tienen su origen antiguamente cuando la mala suerte se asociaba al número 13 y al día de la semana viernes, según nos explica Donald Dossey, historiador y autor del libro Holiday Folklore, Phobias and Fun.

El miedo al número 13 también se conoce como triscaidecafobia. Dossey intenta remontarse al origen de este miedo. Según un mito nórdico, 12 dioses estaban cenando en el Valhalla (el cielo de la mitología nórdica). Durante la cena el dios 13 no invitado, Loki dios de las travesuras, convence a Hoder, el dios ciego de la oscuridad, para que dispare a Balder el Hermoso, dios de la alegría, con una flecha con la punta de muérdago.

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También hay una referencia bíblica que asocia al número 13 con la mala suerte. Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, fue el invitado 13 de la Última Cena.

En cuanto al viernes, este día es reconocido por los cristianos como el día que Jesús fue crucificado. Además, algunos estudiosos de la Biblia creen que Eva tentó a Adán con la fruta prohibida un viernes. Tal vez lo más significativo es la creencia de que Abel fue asesinado por su hermano Caín en viernes 13.

Mientras tanto, según informes acerca de la antigua Roma, las brujas se reunían en grupos de 12. El 13 se creía que era el diablo.

Según Fernsler, los numerólogos consideran al 12 “un número completo”. “Hay 12 meses en un año, 12 signos del zodiaco, 12 dioses del Olimpo, 12 trabajos de Hércules, las 12 tribus de Israel y 12 apóstoles de Jesús”, señaló.

La asociación del 13 con la mala suerte “tiene que ver con ser un número que va un poco más allá de la integridad. El número resulta provocar inquietud e intranquilidad”.

Se paralizan los viernes 13 por culpa de las supersticiones

Algunas personas se sienten aterradas ante las supersticiones del viernes 13 negándose a volar, comprar una casa o incluso de invertir en bolsa.

En las personas supersticiosas sus creencias y comportamientos forman parte de una visión del mundo mucho más grande. Creen que la suerte es una fuerza mágica y que puede arruinar sus vidas.

La superstición es algo connatural al ser humano. Nuestro cerebro prefiere certezas a incertidumbres, de modo que no tarda demasiado en rellenar lagunas de ignorancia con supersticiones o mitos. A base de parches evolutivos nuestros sentidos están concebidos para detectar e incluso exagerar determinados aspectos y rasgos característicos del mundo sensorial e ignorar otros.

Las supersticiones más comunes en los guatemaltecos

Cruzamos los dedos: La idea es asegurar el resultado de una acción que deseamos ayudándole amarrando los cabos sueltos para aumentar las posibilidades de éxito.

Evitar pasar por debajo de una escalera: Aunque pareciera que esta superstición estuviese fundada en el sentido común en realidad la costumbre se remonta a la época de los ajusticiamientos, los cadáveres eran bajados del cadalso por la escalera.

El fatídico viernes 13: Pocas supersticiones escapan al sentido común como esta. Se funda en las tradiciones cristianas y las mitólogias.

Derramar sal: Desde los primeros días de la humanidad la sal fue siempre un elemento valioso, y como tal se le cuidaba bastante. Derramar la sal accidentalmente exige que se arroje una cantidad sobre el hombro con el fin de segar al diablo que siempre está al acecho de nuestros errores, para de esta manera confundirlo y ganar tiempo.

Romper un espejo: Una de las supersticiones más poderosas y profundamente arraigada considera que quien rompe un espejo tendrá inevitablemente 7 años de mala suerte. La idea procede de que al dañar un espejo nos dañamos a nosotros mismos, ya que la imagen es un reflejo nuestro y algunas doctrinas creen que el cuerpo sufre cambios significativos cada 7 años.

Tocar madera: Probablemente de las supersticiones más antiguas. Tiene su origen en los antiguos pueblos celtas del norte de Europa, quienes divinizaban al bosque (y por tanto a los árboles) como manifestación divina.

El gato negro: Sin duda la más difundida de las supersticiones. Se remonta fácilmente al antiguo Egipto donde a los gatos se les consideraba representación de deidades en la tierra. De ahí pasó a la Europa medieval donde se asoció al gato negro con la brujería y se entendía que cruzarse con un gato negro era un mal presagio, pues una bruja podría andar cerca.