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Fortalecer a la niña de hoy es empoderar a la mujer de mañana

Redacción República
08 de marzo, 2015

Las Naciones Unidas comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo en 1975, Año Internacional de la Mujer. Dos años más tarde, en diciembre de 1977, la Asamblea General adoptó una resolución proclamando un día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional para que los Estados miembros puedan celebrar cualquier día del año siguiendo su tradición histórica y nacional.

El Día Internacional de la Mujer surgió de las actividades de los movimientos obreros a finales del siglo XX en América del Norte y Europa. Desde entonces, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una dimensión global para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo por igual. El creciente movimiento internacional de las féminas, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre la mujer, ha ayudado a que su conmemoración ofrezca la oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en las esferas política y económica.

El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.

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La mujer guatemalteca

La desigualdad de género en Guatemala es latente; existen dos puntos comunes que han generado una lucha y solidaridad en las mujeres: la violencia imperante y la falta de acceso a la educación y a la salud.

Además, Guatemala se ubica dentro de los primeros lugares donde más mujeres son asesinadas, esto aunado a la falta de oportunidades y violación a los derechos de la mujer,  lo que nos permite tener una panorámica de la situación del género femenino en el país.

María Machicado, representante de ONU-Mujeres, dio a conocer que últimamente se ha visto un descenso en las cifras de asesinatos de hombres en Guatemala; sin embargo, expresó su preocupación debido a que esto no ha ocurrido en el número de hechos de violencia contra mujeres.

Por su parte, la procuradora adjunta de la PDH, Hilda Morales, señaló que en nuestro país en promedio son asesinadas tres mujeres cada día.

Pero aún con todas las dificultades y problemas sociales a los que las mujeres nos enfrentamos día a día, no olvidemos que la acción de desaprender los patrones de conducta y modificar una cultura desigual como la nuestra, para tener mejores oportunidades, requiere un proceso de lucha constante.

La niña de hoy es la mujer de mañana

Los conocimientos, las ideas y la energía de las niñas son cruciales para el pleno logro de los objetivos de la igualdad, el desarrollo y la paz. Para que una niña desarrolle plenamente sus potencialidades es preciso que crezca en un medio propicio donde se satisfagan sus necesidades espirituales, intelectuales y materiales de supervivencia, protección y desarrollo, que salvaguarden sus derechos en condiciones de igualdad.

Para que la mujer participe en las actividades en condiciones de igualdad con el hombre, en todos los aspectos de la vida y el desarrollo, es hora de que se reconozcan la dignidad humana y el valor de la niña y de que se le garantice el pleno disfrute de sus derechos humanos y libertades fundamentales, cuya ratificación universal se pide encarecidamente. Sin embargo, es evidente en todo el mundo que la discriminación y la violencia contra las niñas empieza en las primeras fases de la vida y continúan durante toda su vida.

Las niñas tienen a menudo menos acceso a la nutrición, los servicios de salud física, mental y la educación, por lo que disfrutan de menos derechos, menos oportunidades y menos beneficios, tanto en la infancia como en la adolescencia a comparación de los niños. Son con frecuencia objeto de diversas formas de explotación sexual y económica, pedofilia, prostitución forzada y posiblemente venta de sus órganos y tejidos, violencia y prácticas nocivas como el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo, el incesto, la mutilación genital y el matrimonio prematuro, incluso en la niñez.

La mitad de la población mundial tiene menos de 25 años, y la mayor parte de los jóvenes del mundo – más del 85% – vive en países en desarrollo. Los encargados de formular las políticas deberían reconocer lo que implican estos factores demográficos. Es preciso tomar medidas especiales para asegurar que las jóvenes adquieran preparación para la vida de manera que puedan participar activa y eficazmente en todos los niveles de la dirección social, cultural, política y económica.

Será indispensable que la comunidad internacional demuestre un interés renovado en el futuro, y se comprometa a inspirar a una nueva generación de mujeres y hombres para que trabajen juntos por una sociedad más justa. Esta nueva generación de dirigentes debe aceptar y promover un mundo en el que todos los niños estén a salvo de injusticias, opresión y desigualdad, y en libertad de desarrollar su propio potencial. Por consiguiente, el principio de la igualdad de la mujer y el hombre debe formar parte integrante del proceso de socialización.

Situaciones a erradicar para promover la dignificación de la mujer

❖ Persistente y creciente carga de la pobreza que afecta a la mujer

❖ Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de educación y capacitación

❖ Insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de atención de la salud y servicios conexos

❖ Violencia contra la mujer

❖ Consecuencias de los conflictos armados y de otro tipo en las mujeres, incluidas las que viven bajo ocupación extranjera

❖ Desigualdad en las estructuras y políticas económicas, en todas las formas de actividades productivas y en el acceso a los recursos

❖ Desigualdad entre la mujer y el hombre en el ejercicio del poder y en la adopción de decisiones a todos los niveles

❖ Falta de mecanismos suficientes a todos los niveles para promover el adelanto de la mujer

❖ Falta de respeto y promoción y protección insuficientes de los derechos humanos de la mujer

❖ Estereotipos sobre la mujer y desigualdad de acceso y participación de la mujer en todos los sistemas de comunicación, especialmente en los medios de difusión

❖ Desigualdades basadas en el género en la gestión de los recursos naturales y la protección del medio ambiente

❖ Persistencia de la discriminación contra la niña y violación de sus derechos

La educación como mecanismo para erradicar la desigualdad

En muchas regiones del país persiste la discriminación en el acceso de las niñas a la educación debido a actitudes arraigadas, a embarazos y matrimonios a edad temprana, a lo inadecuado que resulta el material didáctico y educacional y al sesgo de género que este muestra al acoso sexual y a la falta de instalaciones de enseñanza apropiadas y accesibles en el sentido físico y en otros sentidos. Las niñas comienzan a realizar tareas domésticas pesadas a edad muy temprana. Se espera que las niñas y las mujeres asuman a la vez responsabilidades respecto de su educación y responsabilidades domésticas, lo que a menudo conduce a un rendimiento escolar insatisfactorio y a la deserción escolar temprana, con consecuencias duraderas en todos los aspectos de la vida de la mujer.

La violencia contra la mujer

La violencia impide el logro de los objetivos de igualdad, desarrollo y paz. La violencia contra la mujer viola y menoscaba su disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La inveterada incapacidad de proteger y promover esos derechos y libertades en los casos de violencia contra la mujer es un problema que incumbe a todos los Estados y exige que se adopten medidas al respecto. Desde hace varios años se ha ampliado considerablemente el conocimiento de las causas, las consecuencias y el alcance de esa violencia, así como las medidas encaminadas a ponerle fin. En todas las sociedades, en mayor o menor medida, las mujeres y las niñas están sujetas a malos tratos de índole física, sexual y psicológica, sin distinción en cuanto a su nivel de ingresos, clase y cultura. La baja condición social y económica de la mujer puede ser tanto una causa como una consecuencia de la violencia.

El verdadero significado del 8 de marzo

Hay que resaltar que la situación de la mujer ha evolucionado de manera vertiginosa desde que un millón de mujeres se reunieran el 19 de marzo de 1911 para reivindicar públicamente lo que por naturaleza les correspondía, pero no debemos olvidar que más de un siglo después aún hay objetivos que no se han logrado, como la no discriminación de la mujer en el trabajo.

No debemos relajarnos ni conformarnos con los pocos avances en la búsqueda de la igualdad, especialmente el 8 de marzo. No debemos ser conformistas, recordemos que esta es nuestra causa y que ningún organismo oficial va a defenderla con más ímpetu que las mismas mujeres. Podemos hacerlo desde nuestras familias, amigos y trabajo, sobre todo recordando que lo tenemos mucho más fácil actualmente ya que otras han superado muchas dificultades a lo largo de la historia.

Todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe.

Dentro del mensaje de Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por el Día Internacional de la Mujer, indicó que este es un año vital para el avance de la causa de los derechos humanos de las mujeres. La comunidad internacional está trabajando duro para establecer una nueva agenda para el desarrollo sostenible que se basará en lo logrado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y conformará las políticas y las inversiones sociales para la próxima generación. Para que sea realmente transformadora la agenda para el desarrollo después de 2015, debe dar prioridad a la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres. El mundo no alcanzará nunca el 100% de sus objetivos si el 50% de la población no puede realizar su pleno potencial. Dando rienda suelta al poder de las mujeres podemos asegurar el futuro para todos.

Fortalecer a la niña de hoy es empoderar a la mujer de mañana

Redacción República
08 de marzo, 2015

Las Naciones Unidas comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo en 1975, Año Internacional de la Mujer. Dos años más tarde, en diciembre de 1977, la Asamblea General adoptó una resolución proclamando un día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional para que los Estados miembros puedan celebrar cualquier día del año siguiendo su tradición histórica y nacional.

El Día Internacional de la Mujer surgió de las actividades de los movimientos obreros a finales del siglo XX en América del Norte y Europa. Desde entonces, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una dimensión global para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo por igual. El creciente movimiento internacional de las féminas, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre la mujer, ha ayudado a que su conmemoración ofrezca la oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en las esferas política y económica.

El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.

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La mujer guatemalteca

La desigualdad de género en Guatemala es latente; existen dos puntos comunes que han generado una lucha y solidaridad en las mujeres: la violencia imperante y la falta de acceso a la educación y a la salud.

Además, Guatemala se ubica dentro de los primeros lugares donde más mujeres son asesinadas, esto aunado a la falta de oportunidades y violación a los derechos de la mujer,  lo que nos permite tener una panorámica de la situación del género femenino en el país.

María Machicado, representante de ONU-Mujeres, dio a conocer que últimamente se ha visto un descenso en las cifras de asesinatos de hombres en Guatemala; sin embargo, expresó su preocupación debido a que esto no ha ocurrido en el número de hechos de violencia contra mujeres.

Por su parte, la procuradora adjunta de la PDH, Hilda Morales, señaló que en nuestro país en promedio son asesinadas tres mujeres cada día.

Pero aún con todas las dificultades y problemas sociales a los que las mujeres nos enfrentamos día a día, no olvidemos que la acción de desaprender los patrones de conducta y modificar una cultura desigual como la nuestra, para tener mejores oportunidades, requiere un proceso de lucha constante.

La niña de hoy es la mujer de mañana

Los conocimientos, las ideas y la energía de las niñas son cruciales para el pleno logro de los objetivos de la igualdad, el desarrollo y la paz. Para que una niña desarrolle plenamente sus potencialidades es preciso que crezca en un medio propicio donde se satisfagan sus necesidades espirituales, intelectuales y materiales de supervivencia, protección y desarrollo, que salvaguarden sus derechos en condiciones de igualdad.

Para que la mujer participe en las actividades en condiciones de igualdad con el hombre, en todos los aspectos de la vida y el desarrollo, es hora de que se reconozcan la dignidad humana y el valor de la niña y de que se le garantice el pleno disfrute de sus derechos humanos y libertades fundamentales, cuya ratificación universal se pide encarecidamente. Sin embargo, es evidente en todo el mundo que la discriminación y la violencia contra las niñas empieza en las primeras fases de la vida y continúan durante toda su vida.

Las niñas tienen a menudo menos acceso a la nutrición, los servicios de salud física, mental y la educación, por lo que disfrutan de menos derechos, menos oportunidades y menos beneficios, tanto en la infancia como en la adolescencia a comparación de los niños. Son con frecuencia objeto de diversas formas de explotación sexual y económica, pedofilia, prostitución forzada y posiblemente venta de sus órganos y tejidos, violencia y prácticas nocivas como el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo, el incesto, la mutilación genital y el matrimonio prematuro, incluso en la niñez.

La mitad de la población mundial tiene menos de 25 años, y la mayor parte de los jóvenes del mundo – más del 85% – vive en países en desarrollo. Los encargados de formular las políticas deberían reconocer lo que implican estos factores demográficos. Es preciso tomar medidas especiales para asegurar que las jóvenes adquieran preparación para la vida de manera que puedan participar activa y eficazmente en todos los niveles de la dirección social, cultural, política y económica.

Será indispensable que la comunidad internacional demuestre un interés renovado en el futuro, y se comprometa a inspirar a una nueva generación de mujeres y hombres para que trabajen juntos por una sociedad más justa. Esta nueva generación de dirigentes debe aceptar y promover un mundo en el que todos los niños estén a salvo de injusticias, opresión y desigualdad, y en libertad de desarrollar su propio potencial. Por consiguiente, el principio de la igualdad de la mujer y el hombre debe formar parte integrante del proceso de socialización.

Situaciones a erradicar para promover la dignificación de la mujer

❖ Persistente y creciente carga de la pobreza que afecta a la mujer

❖ Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de educación y capacitación

❖ Insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de atención de la salud y servicios conexos

❖ Violencia contra la mujer

❖ Consecuencias de los conflictos armados y de otro tipo en las mujeres, incluidas las que viven bajo ocupación extranjera

❖ Desigualdad en las estructuras y políticas económicas, en todas las formas de actividades productivas y en el acceso a los recursos

❖ Desigualdad entre la mujer y el hombre en el ejercicio del poder y en la adopción de decisiones a todos los niveles

❖ Falta de mecanismos suficientes a todos los niveles para promover el adelanto de la mujer

❖ Falta de respeto y promoción y protección insuficientes de los derechos humanos de la mujer

❖ Estereotipos sobre la mujer y desigualdad de acceso y participación de la mujer en todos los sistemas de comunicación, especialmente en los medios de difusión

❖ Desigualdades basadas en el género en la gestión de los recursos naturales y la protección del medio ambiente

❖ Persistencia de la discriminación contra la niña y violación de sus derechos

La educación como mecanismo para erradicar la desigualdad

En muchas regiones del país persiste la discriminación en el acceso de las niñas a la educación debido a actitudes arraigadas, a embarazos y matrimonios a edad temprana, a lo inadecuado que resulta el material didáctico y educacional y al sesgo de género que este muestra al acoso sexual y a la falta de instalaciones de enseñanza apropiadas y accesibles en el sentido físico y en otros sentidos. Las niñas comienzan a realizar tareas domésticas pesadas a edad muy temprana. Se espera que las niñas y las mujeres asuman a la vez responsabilidades respecto de su educación y responsabilidades domésticas, lo que a menudo conduce a un rendimiento escolar insatisfactorio y a la deserción escolar temprana, con consecuencias duraderas en todos los aspectos de la vida de la mujer.

La violencia contra la mujer

La violencia impide el logro de los objetivos de igualdad, desarrollo y paz. La violencia contra la mujer viola y menoscaba su disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La inveterada incapacidad de proteger y promover esos derechos y libertades en los casos de violencia contra la mujer es un problema que incumbe a todos los Estados y exige que se adopten medidas al respecto. Desde hace varios años se ha ampliado considerablemente el conocimiento de las causas, las consecuencias y el alcance de esa violencia, así como las medidas encaminadas a ponerle fin. En todas las sociedades, en mayor o menor medida, las mujeres y las niñas están sujetas a malos tratos de índole física, sexual y psicológica, sin distinción en cuanto a su nivel de ingresos, clase y cultura. La baja condición social y económica de la mujer puede ser tanto una causa como una consecuencia de la violencia.

El verdadero significado del 8 de marzo

Hay que resaltar que la situación de la mujer ha evolucionado de manera vertiginosa desde que un millón de mujeres se reunieran el 19 de marzo de 1911 para reivindicar públicamente lo que por naturaleza les correspondía, pero no debemos olvidar que más de un siglo después aún hay objetivos que no se han logrado, como la no discriminación de la mujer en el trabajo.

No debemos relajarnos ni conformarnos con los pocos avances en la búsqueda de la igualdad, especialmente el 8 de marzo. No debemos ser conformistas, recordemos que esta es nuestra causa y que ningún organismo oficial va a defenderla con más ímpetu que las mismas mujeres. Podemos hacerlo desde nuestras familias, amigos y trabajo, sobre todo recordando que lo tenemos mucho más fácil actualmente ya que otras han superado muchas dificultades a lo largo de la historia.

Todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe.

Dentro del mensaje de Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por el Día Internacional de la Mujer, indicó que este es un año vital para el avance de la causa de los derechos humanos de las mujeres. La comunidad internacional está trabajando duro para establecer una nueva agenda para el desarrollo sostenible que se basará en lo logrado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y conformará las políticas y las inversiones sociales para la próxima generación. Para que sea realmente transformadora la agenda para el desarrollo después de 2015, debe dar prioridad a la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres. El mundo no alcanzará nunca el 100% de sus objetivos si el 50% de la población no puede realizar su pleno potencial. Dando rienda suelta al poder de las mujeres podemos asegurar el futuro para todos.