Con la llegada del invierno, los automovilistas se enfrentan nuevamente al denso tráfico y a la lluvia acumulada en varias arterias debido a los tragantes colapsados. De por sí, manejar en la ciudad de Guatemala resulta complicado y todo apunta a que esto se agravará.

Permanecer en una posa profunda puede causar daños en los vehículos y dificulta el paso de los peatones que se ven expuestos a cruzar las aceras debido a que daña las flechas, los shocks y neumáticos. “Estuve una vez en el Anillo Periférico bajo una tormenta y como no tenía unos cobertores especiales, el agua se metió al carro, mojó el filtro de aire y me salió caro repararlo”, recuerda María Recinos.

“Es terrible, se mojan las candelas y el carro se apaga. Solo empujado se puede mover, eso ocasiona más tráfico y hay que ahorillarse, eso enmedio de la tormenta, con los conductores desesperados…”, describió Ileana Salazar.

Los lugares más complicados para los automovilistas son el Columpio de Vista Hermosa, zona 15 y los pasos a desnivel, principalmente los del Periférico.

Problema permanente

Hace diez años, la Municipalidad Capitalina informó  acerca de la existencia de 45 mil tragantes en la ciudad que cada 72 horas se convertían en un basurero, pese a los esfuerzos por mantenerlos libres. Según el último reporte de la comuna, cada semana se limpia un promedio de dos mil de estos dispositivos en la ciudad y se procede al cambio de tapaderas en mal estado.

Los tragantes son las aberturas ubicadas en las superficies de las calles o bordillos que dan acceso a las aguas pluviales al sistema de drenaje, es decir, el conjunto de tuberías o conductos que trabajan como canales en donde corren las aguas cloacales o pluviales, pero lejos de su función, se convierten en basureros.

Cada invierno, varios de estos tragantes colapsan y provocan la saturación de agua en las arterias de la ciudad con el consecuente riesgo de accidentes, tráfico denso y desperfectos mecánicos. Este año se espera un invierno copioso, esto implica que hay riesgo de que los tragantes se saturen de nuevo.

Dentro de estos conductos se localizan latas, envases, botes e incluso restos de colchones, según las descripciones proporcionadas por la Municipalidad. Hace dos semanas se procedió a limpiar los tragantes en la colonia Santa Ana, zona 5 a solicitud de la alcaldía auxiliar y las labores están a cargo de las cuadrillas de la Dirección de Obras y la Empresa Municipal de Agua (Empagua).

Recientemente se limpió el sector de la 13 avenida y 35 calle, zona 11, la Carretera al Atlántico a la altura del Centro Comercial Metronorte y la 5a avenida, entre 18 y 20 calles de la zona 14.

Llaman a evitar bloqueo

Carlos Sandoval, vocero de la comuna metropolitana, refirió que hay varios efectos producto de la obstrucción de tragantes, por ejemplo, el deterioro del concreto que deriva en unas fisuras conocidas como “piel de cocodrilo”, que al humedecerse terminan siendo baches (que también dañan los automóviles).

El portavoz describe que la obstrucción de los tragantes afecta varias zonas, pero hay lugares más dramáticos como algunos ubicados en las zonas 5, 6, 7, 21 y 18. Finalizó con que se debe impulsar la costumbre de no tirar basura en la calle.

Otra comuna que también debe enfrentarse con una situación similar es la de Villa Nueva. “Los tragantes no son basureros, si los tapamos, nos inundamos”, son algunos de los mensajes que las autoridades de esa comuna lanzan al público para hacer consciencia desde 2012.

Se estima que ese año, se sacó una camionada diaria de desechos acumulados en el sistema de desfogue, lo cual se traduce en unas cinco toneladas de basura y lodo de los tragantes. “La basura arrastrada hacia las cunetas causa, además, taponamiento de los tragantes, su rebalse, debilita la cinta asfáltica, creando baches y grietas que afectan a automovilistas y transeúntes”, finalizan en un boletín de prensa.