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América Latina lidera revuelta contra modelo de crecimiento de libre mercado

Redacción República
06 de junio, 2021

Los votantes en Perú y México deciden si dan poder a la izquierda marxista mientras América Latina se enfrenta a la crisis económica y al covid-19.

Por qué la vicepresidenta Kamala Harris va a Guatemala y México en su primer viaje oficial

América Latina, que lideró a las naciones en desarrollo en la adopción de un modelo de desarrollo económico favorable al mercado, ahora puede estar alejándolos de él. Los votantes en Perú deciden si llevar como presidente a Pedro Castillo, líder de un partido marxista que busca nacionalizar las minas de propiedad extranjera. Invoca a Lenin y Fidel Castro y cuestiona instituciones democráticas como la prensa libre.

También los mexicanos deciden cuánto control sobre el Congreso le dan a su presidente de izquierda, Andrés Manuel López Obrador. Desde que asumió el cargo en 2018, amplió el control estatal del petróleo, el gas y la electricidad al tiempo que socava la independencia del poder judicial . 

Y hace apenas unas semanas, los chilenos eligieron una lista de delegados de extrema izquierda para reescribir su constitución. Un izquierdista ya gobierna Argentina y las encuestas sugieren que uno podría ganar las elecciones presidenciales de Brasil el próximo año.

La deuda pendiente de América Latina

Si bien América Latina no es ajena a la agitación económica y política, las circunstancias esta vez son bastante diferentes. El colapso de las monedas, la deuda pública desbocada y la hiperinflación que sumergieron a la región en crisis devastadoras, están en gran parte ausentes. (excepto Venezuela y Argentina)

Ello gracias al “consenso de Washington”, un conjunto de políticas que incluyen mantener los presupuestos y la inflación bajo control. Política defendida por los ministros de finanzas y los banqueros centrales de la región, muchos de ellos capacitados en escuelas de Estados Unidos.

Y sin embargo, en la última década América Latina no logró lo que más importaba. No alcanzó un crecimiento económico duradero. Incluso antes del covid-19, la región estaba estancada. 

El producto interno bruto per cápita, ajustado por la inflación y el poder adquisitivo de la moneda, fue el mismo en 2019 que en 2011. En ese tiempo, China creció 66%, India 52%. 

El covid-19 hizo retroceder los ingresos per cápita de América Latina otro 8%, estima el Fondo Monetario Internacional.

El rezago

América Latina todavía está rezagada en parte porque sus tasas de ahorro e inversión se mantienen muy por debajo de las de Asia. Ello debido a su dependencia de las materias primas, que se disparó gracias a la demanda china y luego quebró.

Perú fue en realidad uno de los países con mejor desempeño de la región; El PIB per cápita creció un 2% anual de 2011 a 2019. Mientras que la proporción de la población en situación de pobreza se redujo de 59% en 2004 a 20% en 2019.

“Este fue el milagro peruano”, dijo Oswaldo Molina, economista que dirige Redes, un grupo de expertos con sede en Lima.

Pero los presupuestos generosos no se tradujeron en servicios públicos eficaces. Cuando ocurrió la pandemia, la mitad de las clínicas de salud comunitarias carecían de médicos. El 80% tenía equipos obsoletos o en mal estado e infraestructura inadecuada, y el país tenía solo 276 camas de cuidados intensivos, dijo Molina.

A pesar de la creciente financiación para la educación, la mitad de las escuelas se encuentran en malas condiciones físicas. Muchos peruanos trabajan en la economíainformal” de vendedores ambulantes, trabajadores de la confección y vendedores de alimentos.

No tenían una red de seguridad cuando la pandemia cerró la economía. Los ingresos cayeron un 12% y la pobreza se disparó al 30%. Las tasas de muerte por covid-19 se encuentran entre las más altas de la región.

“La pandemia fue un gran golpe en la cara de la gente”, dijo Molina. “Sin ella, una opción tan extrema como Castillo no existiría”.

Sin llegar a los más necesitados

Las finanzas sanas permitieron a Perú implementar uno de los paquetes de ayuda fiscal más grandes de la región. Pero debido a que las personas en el sector informal a menudo carecen de registros tributarios, cuentas bancarias o títulos de propiedad, no fue posible.

Perú no pudo hacer llegar efectivo a muchos de ellos, dijo Alfredo Thorne, exministro de Finanzas y ahora consultor económico y político en Lima.

“Perú tenía el dinero para hacer esas transferencias y no podía porque no tenía un registro de dónde están los pobres”, dijo. La persistencia del trabajo informal en toda la región refleja las aún altas barreras para el trabajo formal y los negocios.

El descontento electoral en toda la región también es alimentado por políticos corruptos o ineficaces.

Los presidentes a menudo no pueden obtener políticas importantes mediante legislaturas fragmentadas entre numerosos partidos políticos. Esto dijo Andrés Velasco, exministro de Finanzas de Chile y ahora decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics.

Los retos de Castillo y Fujimori

Tanto Castillo como su rival de derecha Keiko Fujimori salieron de una primera ronda de votación de 18 candidatos con menos del 20% cada uno.

Si Castillo prevalece, podría tener dificultades para gobernar ya que su partido no tiene mayoría en el Congreso. Los observadores se preocupan por el compromiso de ambos con la democracia.

Velasco dice que el movimiento político actual no es tanto de izquierda como antisistema, imitando a los movimientos populistas que pusieron a Donald Trump en Estados Unidos y Narendra Modi en India.

Los brasileños eligieron a Jair Bolsonaro como la alternativa populista de derecha a los gobiernos de izquierda manchados por la corrupción.

Incluso en un Chile relativamente próspero y que funciona bien, los manifestantes han pedido que se dé prioridad a la desigualdad y los servicios sociales sobre el crecimiento.

Sin embargo, sean cuales sean las deficiencias de la ortodoxia pro mercado, es probable que ni Castillo ni sus compañeros izquierdistas obtengan mejores resultados. Lo anterior al juzgar por el historial de sus compañeros de viaje.

Hugo Chávez y Nicolás Maduro han dejado a Venezuela empobrecida y aislada. Ecuador, bajo el socialista Rafael Correa, creció mucho más lentamente que Perú.

Brasil, que tuvo un buen desempeño bajo el presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, soportó una recesión aplastante bajo su sucesora, Dilma Rousseff.

Sin embargo, hay pocas ganas de volver a las posturas de libre mercado y libre comercio defendidas durante mucho tiempo por Estados Unidos. En parte porque incluso Estados Unidos parece menos apegado a ellas.

Velasco dijo: “Ya nadie piensa en lo que está haciendo Estados Unidos”.

Escriba a Greg Ip a greg.ip@wsj.com

Este artículo ha sido traducido por Noris Argotte Soto para República

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América Latina lidera revuelta contra modelo de crecimiento de libre mercado

Redacción República
06 de junio, 2021

Los votantes en Perú y México deciden si dan poder a la izquierda marxista mientras América Latina se enfrenta a la crisis económica y al covid-19.

Por qué la vicepresidenta Kamala Harris va a Guatemala y México en su primer viaje oficial

América Latina, que lideró a las naciones en desarrollo en la adopción de un modelo de desarrollo económico favorable al mercado, ahora puede estar alejándolos de él. Los votantes en Perú deciden si llevar como presidente a Pedro Castillo, líder de un partido marxista que busca nacionalizar las minas de propiedad extranjera. Invoca a Lenin y Fidel Castro y cuestiona instituciones democráticas como la prensa libre.

También los mexicanos deciden cuánto control sobre el Congreso le dan a su presidente de izquierda, Andrés Manuel López Obrador. Desde que asumió el cargo en 2018, amplió el control estatal del petróleo, el gas y la electricidad al tiempo que socava la independencia del poder judicial . 

Y hace apenas unas semanas, los chilenos eligieron una lista de delegados de extrema izquierda para reescribir su constitución. Un izquierdista ya gobierna Argentina y las encuestas sugieren que uno podría ganar las elecciones presidenciales de Brasil el próximo año.

La deuda pendiente de América Latina

Si bien América Latina no es ajena a la agitación económica y política, las circunstancias esta vez son bastante diferentes. El colapso de las monedas, la deuda pública desbocada y la hiperinflación que sumergieron a la región en crisis devastadoras, están en gran parte ausentes. (excepto Venezuela y Argentina)

Ello gracias al “consenso de Washington”, un conjunto de políticas que incluyen mantener los presupuestos y la inflación bajo control. Política defendida por los ministros de finanzas y los banqueros centrales de la región, muchos de ellos capacitados en escuelas de Estados Unidos.

Y sin embargo, en la última década América Latina no logró lo que más importaba. No alcanzó un crecimiento económico duradero. Incluso antes del covid-19, la región estaba estancada. 

El producto interno bruto per cápita, ajustado por la inflación y el poder adquisitivo de la moneda, fue el mismo en 2019 que en 2011. En ese tiempo, China creció 66%, India 52%. 

El covid-19 hizo retroceder los ingresos per cápita de América Latina otro 8%, estima el Fondo Monetario Internacional.

El rezago

América Latina todavía está rezagada en parte porque sus tasas de ahorro e inversión se mantienen muy por debajo de las de Asia. Ello debido a su dependencia de las materias primas, que se disparó gracias a la demanda china y luego quebró.

Perú fue en realidad uno de los países con mejor desempeño de la región; El PIB per cápita creció un 2% anual de 2011 a 2019. Mientras que la proporción de la población en situación de pobreza se redujo de 59% en 2004 a 20% en 2019.

“Este fue el milagro peruano”, dijo Oswaldo Molina, economista que dirige Redes, un grupo de expertos con sede en Lima.

Pero los presupuestos generosos no se tradujeron en servicios públicos eficaces. Cuando ocurrió la pandemia, la mitad de las clínicas de salud comunitarias carecían de médicos. El 80% tenía equipos obsoletos o en mal estado e infraestructura inadecuada, y el país tenía solo 276 camas de cuidados intensivos, dijo Molina.

A pesar de la creciente financiación para la educación, la mitad de las escuelas se encuentran en malas condiciones físicas. Muchos peruanos trabajan en la economíainformal” de vendedores ambulantes, trabajadores de la confección y vendedores de alimentos.

No tenían una red de seguridad cuando la pandemia cerró la economía. Los ingresos cayeron un 12% y la pobreza se disparó al 30%. Las tasas de muerte por covid-19 se encuentran entre las más altas de la región.

“La pandemia fue un gran golpe en la cara de la gente”, dijo Molina. “Sin ella, una opción tan extrema como Castillo no existiría”.

Sin llegar a los más necesitados

Las finanzas sanas permitieron a Perú implementar uno de los paquetes de ayuda fiscal más grandes de la región. Pero debido a que las personas en el sector informal a menudo carecen de registros tributarios, cuentas bancarias o títulos de propiedad, no fue posible.

Perú no pudo hacer llegar efectivo a muchos de ellos, dijo Alfredo Thorne, exministro de Finanzas y ahora consultor económico y político en Lima.

“Perú tenía el dinero para hacer esas transferencias y no podía porque no tenía un registro de dónde están los pobres”, dijo. La persistencia del trabajo informal en toda la región refleja las aún altas barreras para el trabajo formal y los negocios.

El descontento electoral en toda la región también es alimentado por políticos corruptos o ineficaces.

Los presidentes a menudo no pueden obtener políticas importantes mediante legislaturas fragmentadas entre numerosos partidos políticos. Esto dijo Andrés Velasco, exministro de Finanzas de Chile y ahora decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics.

Los retos de Castillo y Fujimori

Tanto Castillo como su rival de derecha Keiko Fujimori salieron de una primera ronda de votación de 18 candidatos con menos del 20% cada uno.

Si Castillo prevalece, podría tener dificultades para gobernar ya que su partido no tiene mayoría en el Congreso. Los observadores se preocupan por el compromiso de ambos con la democracia.

Velasco dice que el movimiento político actual no es tanto de izquierda como antisistema, imitando a los movimientos populistas que pusieron a Donald Trump en Estados Unidos y Narendra Modi en India.

Los brasileños eligieron a Jair Bolsonaro como la alternativa populista de derecha a los gobiernos de izquierda manchados por la corrupción.

Incluso en un Chile relativamente próspero y que funciona bien, los manifestantes han pedido que se dé prioridad a la desigualdad y los servicios sociales sobre el crecimiento.

Sin embargo, sean cuales sean las deficiencias de la ortodoxia pro mercado, es probable que ni Castillo ni sus compañeros izquierdistas obtengan mejores resultados. Lo anterior al juzgar por el historial de sus compañeros de viaje.

Hugo Chávez y Nicolás Maduro han dejado a Venezuela empobrecida y aislada. Ecuador, bajo el socialista Rafael Correa, creció mucho más lentamente que Perú.

Brasil, que tuvo un buen desempeño bajo el presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, soportó una recesión aplastante bajo su sucesora, Dilma Rousseff.

Sin embargo, hay pocas ganas de volver a las posturas de libre mercado y libre comercio defendidas durante mucho tiempo por Estados Unidos. En parte porque incluso Estados Unidos parece menos apegado a ellas.

Velasco dijo: “Ya nadie piensa en lo que está haciendo Estados Unidos”.

Escriba a Greg Ip a greg.ip@wsj.com

Este artículo ha sido traducido por Noris Argotte Soto para República

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