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María Fernanda Carlos: la guatemalteca que bordó su empoderamiento

Entre lienzos y colores, una artista que desentraña la fuerza de ser mujer. 

María Fernanda Carlos: la guatemalteca que bordó su empoderamiento (Fotografía: República)
Alicia Utrera
08 de marzo, 2024

En Guatemala, la artista visual María Fernanda Carlos teje su narrativa de empoderamiento y creatividad. Su historia, profundamente enraizada en el legado familiar del arte, comienza en el estudio de su padre, un escultor que le presentó el mundo del arte desde su más tierna infancia. Durante aproximadamente 15 años, María Fernanda ha dedicado su vida a la expresión artística, considerándolo no solo una carrera sino un privilegio y una forma de gratitud. “Para mí, ser artista es tener la oportunidad de compartir una idea, de abrir diálogos y conectar con la sociedad,” compartió con pasión y seriedad.

Su obra, un reflejo de su interés en la sociedad y la condición humana, explora la compleja interacción entre las emociones y su influencia en el cuerpo. María Fernanda considera el arte como una herramienta fundamental para generar diálogo y reflexión sobre lo que ocurre dentro de nuestras mentes y cómo esto repercute en nuestra existencia física. Este compromiso con el impacto social de su trabajo es palpable en cada una de las piezas que realiza.

La artista subrayó la importancia del arte en el empoderamiento femenino, particularmente en un contexto guatemalteco donde las oportunidades son escasas y el camino complejo. Sin embargo, ve en este desafío una fuente de fortaleza. “El arte es para la mujer una gran herramienta,” afirmó, destacando cómo el proceso creativo puede ser una fuente de empoderamiento personal y colectivo. María Fernanda invitó a las mujeres a creer en ellas mismas, a luchar con garra y a perseguir sus pasiones con disciplina y constancia.

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Un bordado de resiliencia

Una de las obras más emotivas de María Fernanda nació en un momento de vulnerabilidad personal: su posparto. Incapaz de moverse libremente debido a la cesárea, se volcó hacia el bordado, una técnica que le permitió explorar y cuestionar su valor e identidad en el mundo. Este período de introspección dio lugar a piezas profundamente conmovedoras, como la que dice “para que esa mujer nazca, la otra tendrá que morir”, reflejando el duelo y la transformación que experimenta al asumir su nuevo rol de madre.

La serie que incluye esta obra es un homenaje a las mujeres de su vida y a todas las que, generación tras generación, han tenido que dejar algo de sí para nutrir y cuidar a los demás. A través del bordado, María Fernanda se conecta con esta tradición femenina, utilizando su arte como medio para cuestionar, celebrar y redescubrir la identidad femenina.

María Fernanda Carlos enfrenta los retos de ser artista en Guatemala con valentía y una firme creencia en el poder transformador del arte. La falta de seguridad y oportunidades no han mermado su determinación de seguir creando y dejando un legado para las futuras generaciones. Con su trabajo no solo busca reflejar un acto de expresión personal, sino también llamar a la acción, invitando a otras mujeres a encontrar su voz y fuerza interna a través del arte.

La evolución de María Fernanda como artista y persona está marcada por su capacidad de explorar diferentes medios y su compromiso con la autenticidad y el crecimiento personal. Desde la pintura hasta el video y el bordado, cada proyecto es una oportunidad para salir de su zona de confort y conectar con otros en niveles profundos y significativos.

Para las futuras generaciones de artistas mujeres, María Fernanda ofrece un consejo cargado de convicción y esperanza: encontrar su fuerza interna y perseguir sus sueños con pasión y sin miedo. En un mundo donde ser mujer conlleva desafíos únicos, su obra y su vida son un ejemplo del poder creativo y transformador que reside en cada una.

María Fernanda Carlos no solo se ha destacado en el mundo del arte por su talento y sensibilidad, sino también por su capacidad de inspirar y empoderar a otras mujeres a través de su obra. Con su arte desea transmitir el privilegio de ser mujer, de la riqueza de nuestras experiencias y de la importancia de reclamar y celebrar nuestra identidad y fuerza en un mundo que a menudo intenta silenciarnos.

 

María Fernanda Carlos: la guatemalteca que bordó su empoderamiento

Entre lienzos y colores, una artista que desentraña la fuerza de ser mujer. 

María Fernanda Carlos: la guatemalteca que bordó su empoderamiento (Fotografía: República)
Alicia Utrera
08 de marzo, 2024

En Guatemala, la artista visual María Fernanda Carlos teje su narrativa de empoderamiento y creatividad. Su historia, profundamente enraizada en el legado familiar del arte, comienza en el estudio de su padre, un escultor que le presentó el mundo del arte desde su más tierna infancia. Durante aproximadamente 15 años, María Fernanda ha dedicado su vida a la expresión artística, considerándolo no solo una carrera sino un privilegio y una forma de gratitud. “Para mí, ser artista es tener la oportunidad de compartir una idea, de abrir diálogos y conectar con la sociedad,” compartió con pasión y seriedad.

Su obra, un reflejo de su interés en la sociedad y la condición humana, explora la compleja interacción entre las emociones y su influencia en el cuerpo. María Fernanda considera el arte como una herramienta fundamental para generar diálogo y reflexión sobre lo que ocurre dentro de nuestras mentes y cómo esto repercute en nuestra existencia física. Este compromiso con el impacto social de su trabajo es palpable en cada una de las piezas que realiza.

La artista subrayó la importancia del arte en el empoderamiento femenino, particularmente en un contexto guatemalteco donde las oportunidades son escasas y el camino complejo. Sin embargo, ve en este desafío una fuente de fortaleza. “El arte es para la mujer una gran herramienta,” afirmó, destacando cómo el proceso creativo puede ser una fuente de empoderamiento personal y colectivo. María Fernanda invitó a las mujeres a creer en ellas mismas, a luchar con garra y a perseguir sus pasiones con disciplina y constancia.

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Un bordado de resiliencia

Una de las obras más emotivas de María Fernanda nació en un momento de vulnerabilidad personal: su posparto. Incapaz de moverse libremente debido a la cesárea, se volcó hacia el bordado, una técnica que le permitió explorar y cuestionar su valor e identidad en el mundo. Este período de introspección dio lugar a piezas profundamente conmovedoras, como la que dice “para que esa mujer nazca, la otra tendrá que morir”, reflejando el duelo y la transformación que experimenta al asumir su nuevo rol de madre.

La serie que incluye esta obra es un homenaje a las mujeres de su vida y a todas las que, generación tras generación, han tenido que dejar algo de sí para nutrir y cuidar a los demás. A través del bordado, María Fernanda se conecta con esta tradición femenina, utilizando su arte como medio para cuestionar, celebrar y redescubrir la identidad femenina.

María Fernanda Carlos enfrenta los retos de ser artista en Guatemala con valentía y una firme creencia en el poder transformador del arte. La falta de seguridad y oportunidades no han mermado su determinación de seguir creando y dejando un legado para las futuras generaciones. Con su trabajo no solo busca reflejar un acto de expresión personal, sino también llamar a la acción, invitando a otras mujeres a encontrar su voz y fuerza interna a través del arte.

La evolución de María Fernanda como artista y persona está marcada por su capacidad de explorar diferentes medios y su compromiso con la autenticidad y el crecimiento personal. Desde la pintura hasta el video y el bordado, cada proyecto es una oportunidad para salir de su zona de confort y conectar con otros en niveles profundos y significativos.

Para las futuras generaciones de artistas mujeres, María Fernanda ofrece un consejo cargado de convicción y esperanza: encontrar su fuerza interna y perseguir sus sueños con pasión y sin miedo. En un mundo donde ser mujer conlleva desafíos únicos, su obra y su vida son un ejemplo del poder creativo y transformador que reside en cada una.

María Fernanda Carlos no solo se ha destacado en el mundo del arte por su talento y sensibilidad, sino también por su capacidad de inspirar y empoderar a otras mujeres a través de su obra. Con su arte desea transmitir el privilegio de ser mujer, de la riqueza de nuestras experiencias y de la importancia de reclamar y celebrar nuestra identidad y fuerza en un mundo que a menudo intenta silenciarnos.