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Michelle Mendoza y Andrei González, periodista y fiscal, no solo comparten documentos y filtraciones

La reportera de CNN en Español se involucró con una fuente, nada menos que un exfiscal que le filtró ilegalmente información de procesos en reserva. Además de ello, habiéndose ido ella, dejó a su suerte a sus dos hijas menores.

Michelle Mendoza y Adrei González, corresponsal de CNN en Español para Guatemala y exfiscal de la FECI.
Redacción República
29 de abril, 2022

Michelle Mendoza es una figura conocida de Guatemala, no solo por su paso por la cadena de noticias internacionales CNN en Español o por su relación con políticos guatemaltecos, sino también por su militancia o afinidad con grupos extremistas del país.

Su puesto de trabajo en CNN en Español no ocurrió de la noche a la mañana, sino que antes de llegar allí tuvo su paso por varios medios de comunicación guatemaltecos. Pero fue en ese último en el que dio a conocer sus verdaderas intenciones: estar del lado de quienes en ese momento tenían el control de las instituciones de justicia. De manera empírica fue que ejerció la profesión.

Pero como nada es para siempre, se terminó ese poder del cual se rodeó la periodista, y cada una de las personas que estuvo cerca de ella fueron dejando el país. Todos afirman que están exiliados, pero realmente están huyendo de la justicia guatemalteca. Todos, hasta el momento, se encuentran seguros bajo el amparo de Estados Unidos.

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Tiempo después de esa fuga a cuentagotas de operadores de justicia le tocó irse a Michelle Mendoza, quien ahora, y desde hace varios meses, vive en tierras del Tío Sam.

Michelle Mendoza, corresponsal para Guatemala de CNN en Español.

Afinidad política

Parte de la carrera de Michelle Mendoza en la Comunicación ocurrió cuando ella estuvo en la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y posteriormente en el gobierno de Álvaro Colom. En ese momento tuvo poder que provenía del poder de las personas que integraban el Organismo Ejecutivo. Pero ese capítulo finalizó, y ella dejó la política. O por lo menos, eso parecía.

Después vinieron los casos de corrupción que presentó el Ministerio Público (MP) dirigido por Thelma Aldana, con quien llegó a formar una robusta amistad.

Pero ella no tenía datos de los hechos en ese momento. Fue después de que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) salió del país que Michelle comenzó a ser generadora de información sensible en casos de alto impacto. Prueba de eso son sus comentarios en Twitter, plataforma por medio de la cual daba avisos de las acciones que serían emprendidas por el órgano encargado de la persecución penal.

En febrero de este año, en el programa Conclusiones de CNN en Español, el presentador Fernando del Rincón entrevistó al exfiscal Juan Francisco Sandoval luego de que esa cadena de noticias filtrara detalles de la declaración de un testigo protegido al que se llamó “testigo A”, que supuestamente incriminaba al presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

Ese caso, como casi todos los que la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) empujaba, estaba en el juzgado de Erika Aifán. Cuando se supo de la filtración, todos los ojos se fijaron en ella porque la misma jueza declaró en medios de comunicación que ella la tenía en una caja fuerte del juzgado. Sin embargo, Michelle desmintió que la filtración haya sido de ella.  

Entonces todos se imaginaron que Sandoval era la fuente de la filtración, pero en esa entrevista Del Rincón aclaró que no habían conseguido el audio de la declaración del “testigo A” por medio del exjefe de la FECI.

Esa filtración, que la sustrajeron ilegalmente de la FECI cuando se fueron, se la dio Andrei González a Michelle Mendoza. Después de lo declarado por Aifán y por Del Rincón, es obvio quién le dio ese audio ilegalmente a Mendoza.

Parte del trabajo de un periodista es obtener información y difundirla, pero también está conseguir y cultivar las fuentes de información. ¿Cómo se debe hacer eso? No existe un procedimiento establecido para que los profesionales cumplan con ese cometido, pero la ética debe prevalecer, ante todo.

De izquierda a derecha: Andrei González, exfiscal de la FECI; Iván Velásquez, exjefe de la CICIG; Thelma Aldana, exfiscal general; y Juan Francisco Sandoval, exjefe de la FECI.

La fuente

Andrei González es un joven abogado guatemalteco que trabajó en la FECI durante el tiempo de Sandoval al frente de esa unidad. Ambos se encuentran en Washington, en EE. UU. en donde son protegidos para no enfrentar la justicia en su país.

La relación de afinidad que se formó entre el profesional del derecho y la periodista fue más allá y trascendió esa delgada línea ética que todo comunicador debe respetar: no involucrarse de forma personal con sus fuentes.

Algún tiempo después de que él llegó a EE. UU., Michelle emprendió un viaje a la misma tierra.

Prueba de eso han sido las citaciones judiciales que le fueron hechas y a las cuales envió a sus familiares, en quienes dejó su representación.

Michelle, que es madre de dos niñas, las abandonó en Guatemala; ella, mientras tanto, vive en Washington donde también reside Andrei.

La periodista se mantuvo sin ningún estrés al lado de quien seguramente fue su fuente en la FECI y quien, al compartir una relación sentimental, le daba detalles específicos y secretos de los casos que se investigaban en esa unidad fiscal.

La reportera se involucró con una fuente, nada menos que un exfiscal que le filtró ilegalmente información de procesos en reserva.  Además de ello, habiéndose ido ella, dejó a su suerte a sus dos hijas menores. 

 

*Para la elaboración de la presente nota se tuvo la intención de contactar tanto a Andrei González como a Michelle Mendoza. El primero fue imposible de contactar. En el caso de ella, se llamó y escribió al teléfono que se tenía de ella, pero es probable que ya no use líneas telefónicas de Guatemala.

Michelle Mendoza y Andrei González, periodista y fiscal, no solo comparten documentos y filtraciones

La reportera de CNN en Español se involucró con una fuente, nada menos que un exfiscal que le filtró ilegalmente información de procesos en reserva. Además de ello, habiéndose ido ella, dejó a su suerte a sus dos hijas menores.

Michelle Mendoza y Adrei González, corresponsal de CNN en Español para Guatemala y exfiscal de la FECI.
Redacción República
29 de abril, 2022

Michelle Mendoza es una figura conocida de Guatemala, no solo por su paso por la cadena de noticias internacionales CNN en Español o por su relación con políticos guatemaltecos, sino también por su militancia o afinidad con grupos extremistas del país.

Su puesto de trabajo en CNN en Español no ocurrió de la noche a la mañana, sino que antes de llegar allí tuvo su paso por varios medios de comunicación guatemaltecos. Pero fue en ese último en el que dio a conocer sus verdaderas intenciones: estar del lado de quienes en ese momento tenían el control de las instituciones de justicia. De manera empírica fue que ejerció la profesión.

Pero como nada es para siempre, se terminó ese poder del cual se rodeó la periodista, y cada una de las personas que estuvo cerca de ella fueron dejando el país. Todos afirman que están exiliados, pero realmente están huyendo de la justicia guatemalteca. Todos, hasta el momento, se encuentran seguros bajo el amparo de Estados Unidos.

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Tiempo después de esa fuga a cuentagotas de operadores de justicia le tocó irse a Michelle Mendoza, quien ahora, y desde hace varios meses, vive en tierras del Tío Sam.

Michelle Mendoza, corresponsal para Guatemala de CNN en Español.

Afinidad política

Parte de la carrera de Michelle Mendoza en la Comunicación ocurrió cuando ella estuvo en la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y posteriormente en el gobierno de Álvaro Colom. En ese momento tuvo poder que provenía del poder de las personas que integraban el Organismo Ejecutivo. Pero ese capítulo finalizó, y ella dejó la política. O por lo menos, eso parecía.

Después vinieron los casos de corrupción que presentó el Ministerio Público (MP) dirigido por Thelma Aldana, con quien llegó a formar una robusta amistad.

Pero ella no tenía datos de los hechos en ese momento. Fue después de que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) salió del país que Michelle comenzó a ser generadora de información sensible en casos de alto impacto. Prueba de eso son sus comentarios en Twitter, plataforma por medio de la cual daba avisos de las acciones que serían emprendidas por el órgano encargado de la persecución penal.

En febrero de este año, en el programa Conclusiones de CNN en Español, el presentador Fernando del Rincón entrevistó al exfiscal Juan Francisco Sandoval luego de que esa cadena de noticias filtrara detalles de la declaración de un testigo protegido al que se llamó “testigo A”, que supuestamente incriminaba al presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

Ese caso, como casi todos los que la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) empujaba, estaba en el juzgado de Erika Aifán. Cuando se supo de la filtración, todos los ojos se fijaron en ella porque la misma jueza declaró en medios de comunicación que ella la tenía en una caja fuerte del juzgado. Sin embargo, Michelle desmintió que la filtración haya sido de ella.  

Entonces todos se imaginaron que Sandoval era la fuente de la filtración, pero en esa entrevista Del Rincón aclaró que no habían conseguido el audio de la declaración del “testigo A” por medio del exjefe de la FECI.

Esa filtración, que la sustrajeron ilegalmente de la FECI cuando se fueron, se la dio Andrei González a Michelle Mendoza. Después de lo declarado por Aifán y por Del Rincón, es obvio quién le dio ese audio ilegalmente a Mendoza.

Parte del trabajo de un periodista es obtener información y difundirla, pero también está conseguir y cultivar las fuentes de información. ¿Cómo se debe hacer eso? No existe un procedimiento establecido para que los profesionales cumplan con ese cometido, pero la ética debe prevalecer, ante todo.

De izquierda a derecha: Andrei González, exfiscal de la FECI; Iván Velásquez, exjefe de la CICIG; Thelma Aldana, exfiscal general; y Juan Francisco Sandoval, exjefe de la FECI.

La fuente

Andrei González es un joven abogado guatemalteco que trabajó en la FECI durante el tiempo de Sandoval al frente de esa unidad. Ambos se encuentran en Washington, en EE. UU. en donde son protegidos para no enfrentar la justicia en su país.

La relación de afinidad que se formó entre el profesional del derecho y la periodista fue más allá y trascendió esa delgada línea ética que todo comunicador debe respetar: no involucrarse de forma personal con sus fuentes.

Algún tiempo después de que él llegó a EE. UU., Michelle emprendió un viaje a la misma tierra.

Prueba de eso han sido las citaciones judiciales que le fueron hechas y a las cuales envió a sus familiares, en quienes dejó su representación.

Michelle, que es madre de dos niñas, las abandonó en Guatemala; ella, mientras tanto, vive en Washington donde también reside Andrei.

La periodista se mantuvo sin ningún estrés al lado de quien seguramente fue su fuente en la FECI y quien, al compartir una relación sentimental, le daba detalles específicos y secretos de los casos que se investigaban en esa unidad fiscal.

La reportera se involucró con una fuente, nada menos que un exfiscal que le filtró ilegalmente información de procesos en reserva.  Además de ello, habiéndose ido ella, dejó a su suerte a sus dos hijas menores. 

 

*Para la elaboración de la presente nota se tuvo la intención de contactar tanto a Andrei González como a Michelle Mendoza. El primero fue imposible de contactar. En el caso de ella, se llamó y escribió al teléfono que se tenía de ella, pero es probable que ya no use líneas telefónicas de Guatemala.