Guatemala se encuentra al borde de una temporada de huracanes de alto riesgo, con expectativas de un incremento significativo en la actividad de tormentas. Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), el país podría experimentar condiciones climáticas extremas comparables a las registradas en los años 2005, 2010 y 2020.

Lo que se debe saber. Estas predicciones resuenan con el informe de la Universidad Estatal de Colorado (CSU), que anticipa una temporada extremadamente activa en el Atlántico, con hasta 23 tormentas nombradas.

• César George, meteorólogo de Insivumeh, señala que, basándose en los pronósticos actuales, el pico del riesgo para Guatemala se situaría en la segunda mitad de la temporada de lluvias, particularmente entre los meses de agosto y octubre. Este período podría traer consigo un aumento en la probabilidad de impacto por sistemas tropicales, poniendo al pacífico centroamericano en una situación de vulnerabilidad ante las tormentas.
• La situación se agrava con las condiciones actuales del Atlántico, el Caribe y el Golfo de México, que presentan temperaturas más altas que nunca antes registradas, potencialmente contribuyendo a una temporada de huracanes más activa. Esta tendencia es preocupante, ya que el fenómeno climático de El Niño, que suele influir en el clima global, podría desvanecerse a principios de mayo, dejando condiciones neutras que favorecen el incremento de la lluvia entre junio y julio.
• Los expertos del CSU, incluidos el investigador Phil Klotzbach y el profesor Michael Bell, recalcan que la actividad de huracanes prevista para este año podría ser un 170 % superior al promedio de la temporada de 1991-2020, destacando la importancia de tomar precauciones adecuadas, especialmente para aquellos en zonas costeras. "Solo hace falta una tormenta cerca de usted para que esta sea una temporada activa", advierte Bell.