Los salvadoreños ven con asombro cómo se desarrolla la macabra historia de un expolicía bautizado como el psicópata de Chalchuapa. Se trata de un hombre considerado de alto peligro y con trastornos mentales evidentes que asegura haber sepultado a 47 víctimas en su vivienda.
Las autoridades de El Salvador, también incrédulas de lo manifestado por Hugo Ernesto Osorio Chávez, revisan cada centímetro de un terreno contiguo a su casa para confirmar o descartar el testimonio. Por ahora solo se han encontrado los restos de 14 personas, indican los médicos forenses.
Osorio fue capturado el domingo 9 de mayo señalado de homicidios. Junto con el exagente de la Policía también fueron detenidas otras personas que se supone son cómplices del hombre que acapara la atención de los salvadoreños y los medios de comunicación.
El psicópata del que nadie sospechaba
Hasta la detención de Osorio, nadie o pocos sabían qué ocurría en la vivienda del expolicía. Y aunque se empiezan a conocer algunos detalles contados de manera directa por el apresado, quedan muchas preguntas por responder.
¿Cuántas víctimas fueron asesinadas y sepultadas por el llamado psicópata de Chalchuapa y sus cómplices? ¿Por qué mataron a las personas? ¿Quiénes son las decenas de víctimas?
Por ahora todo es un misterio. Incluso, las autoridades consideran que podría tratarse de personas que alguna vez intentaron salir del país y fueron engañadas.
“Puede ser que encontremos cuerpos de personas que en algún momento pagaron para que los llevaran hacia otro país y es posible que esas personas nunca hayan salido del territorio”, dijo el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.
“No podemos decir cuántos cuerpos más podemos encontrar en la vivienda, hasta ahora tenemos dos encontrados y dos cuerpos más en una fosa”, comentó el 9 de mayo el funcionario.
La fuerzas de seguridad dieron con Osorio luego del crimen de dos hombres y dos mujeres. Siguiendo el caso, el hilo de la investigación los llevó a abrir nuevas puertas, cada vez más llenas de horror. El proceso mantiene en vilo a la población de El Salvador que se pregunta cómo un hombre capacitado para regirse por la ley se convirtió en un monstruo capaz de matar solo por placer.
Fotografías: El Diario de Hoy, El Salvador.
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