La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió un llamado de atención al gobierno de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega, señalando una serie de acciones que constituyen graves violaciones a los derechos humanos. Según un estudio reciente, estas acciones son comparables con crímenes contra la humanidad, evidenciando un patrón sistemático de represión hacia cualquier forma de oposición.

Lo que se debe saber. Desde las protestas de 2018, donde la respuesta del gobierno fue marcadamente violenta, la situación ha escalado a niveles críticos. La represión se ha extendido, afectando no solo a los opositores políticos, sino también a estudiantes, comunidades indígenas y afrodescendientes, e incluso a miembros de la Iglesia católica.

• Esta situación ha llevado a que cientos de miles de nicaragüenses busquen refugio en países como Estados Unidos y Costa Rica, muchos de los cuales han sido despojados de su nacionalidad, dejándolos en un limbo legal y sin acceso a derechos básicos.
• El reporte del Grupo de Derechos Humanos sobre Nicaragua, que se ha venido elaborando desde marzo de 2022 por un equipo independiente de expertos de la ONU, resalta la intención del régimen de Ortega de silenciar cualquier potencial oposición. La persecución ha alcanzado niveles absurdos, como la acusación a la directora de Miss Nicaragua de conspiración, y el cierre de organizaciones sociales, demostrando la centralización del poder en manos de Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
• El informe insta al gobierno nicaragüense a liberar a los detenidos arbitrariamente y llama a la comunidad internacional a incrementar las sanciones contra individuos e instituciones vinculadas a estas violaciones de derechos humanos. La ONU enfatiza la necesidad de que los altos funcionarios del gobierno, incluyendo al presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo, sean llevados ante la justicia internacional por su papel en la perpetuación de estos crímenes.