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Roberto Ardón: “Hice énfasis en las historias nunca contadas”

Redacción República
08 de marzo, 2015

El director ejecutivo del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) ubicó actores clave que protagonizaron debates presidenciales en el país y describe las principales jornadas que marcaron la pauta en el mundo de esta modalidad de discusión democrática considerada del más alto nivel.

En la actual coyuntura y para el futuro, discutir sobre los debates presidenciales se convierte en una herramienta de análisis. ¿Cómo surgió la idea de escribir al respecto? y ¿cómo logró la compilación de la información para sustentar su aporte?

La iniciativa surge a partir de haber identificado que no se ha escrito acerca de los debates políticos en mi país. Sobre el ejercicio del debate, que es muy importante para cualquier democracia, ha habido episodios muy interesantes en el pasado que consideré oportuno recordarlos y reseñarlos a través de una investigación lo más detallada posible.

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A partir de allí, comencé un trabajo de investigación que me llevó a la Hemeroteca Nacional así como a tomar contacto con académicos, políticos, comunicadores e incluso con los mismos participantes de estos encuentros.   Con este material, ha quedado un análisis muy completo e interesante, por las revelaciones que allí están contenidas. Hice énfasis en las historias nunca contadas, en los resultados no previstos de estos debates y en las agendas de cada uno de quienes fueron parte de ellos.

¿Cuál cree que debería ser la tónica, la línea o la tendencia que debe manejarse en aras de aportar al sistema democrático de un país con la implementación de este tipo de actividades para proveer de insumos responsables al momento de emitir un sufragio?

He insistido en mi libro en la importancia de escoger un formato adecuado para los debates. Ello es clave ya que la selección de una metodología que estimule el contraste, la controversia, la diferencia de opiniones, permite identificar mejor las posiciones de uno u otro proyecto. Sin este elemento, los encuentros políticos pierden su interés y dejan de servir al propósito de educar y orientar a los ciudadanos sobre los proyectos políticos y sus exponentes.

¿Detectó alguna estrategia implementada por políticos guatemaltecos para participar en estas jornadas? ¿Considera que más de alguno no llegó “preparado” a estos debates?

En la elaboración del libro tuve varias experiencias realmente positivas. Una de ellas tiene que ver con la búsqueda de uno de los participantes en el debate, quien está retirado en la actualidad y de quien no tenía muchas referencias. No pude hacer contacto previo con él, así que decidí visitarle en su domicilio, sin previo aviso y arriesgando un poco a que simplemente me negara la posibilidad de entrevistarle. Mi sorpresa fue que no solo me abrió las puertas de su casa sino que fue de gran ayuda en compartir los pormenores del encuentro en el que él participó.

Acerca de las estrategias utilizadas, creo que ha habido en los casos reseñados mucha preparación por parte de los debatientes. Ello contribuyó a la calidad de la discusión. Salvo un caso, en el que la confianza excesiva en sus capacidades pudo perjudicar a uno de los participantes. Esto lo explico en detalle, y analizado en qué forma pudo causarle un perjuicio ante la opinión pública

¿Cuál es el rol que debe asumir la sociedad para fortalecer el desarrollo de la discusión por parte de los políticos?

Una sociedad educada y ciudadanos cultos demandan más y mejor de su clase política. Hay un desafío muy importante en mejorar la formación y conocimiento del electorado y de la ciudadanía en general. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en esa labor.. Sin ello no será posible contar con debates de alta calidad.

Según su investigación, ¿cómo evalúa la madurez del uso de técnicas como la descrita en Guatemala en comparación de otros países?

Creo que en cuanto a formato aún estamos lejos de alcanzar los estándares de discusión que practican algunas democracias en las que el debate es pieza fundamental de la toma de decisiones. Sin embargo, anticipo que para este proceso electoral hay ya una reflexión positiva en el seno de las asociaciones que organizan estas actividades, con el fin de presentarnos un mejor formato. Esto es una buena noticia.

Por otro lado, es fundamental que se desarrolle en las universidades del país la disciplina de la oratoria y argumentación. Existen ya esfuerzos iniciales que hay que continuar apoyando. Esto mejorará la preparación académica de profesionales y políticos.

¿Recuerda usted algún debate que haya marcado a nivel mundial el paso para la implementación de debates a nivel nacional o en la región?

Hay dos grandes escuelas en esta materia. La tradición norteamericana, de moderadores y panelistas que intervienen y preguntas, y la europea, casi una conversación entre políticos, con poca o nula intervención de los moderadores.

En ambos casos hay ejemplos de debates icónicos. En el primer caso vale la pena ver los encuentros que Reagan tuvo con los candidatos demócratas de las elecciones de 1980 y 1984. En el segundo de los casos, los debates entre Aznar y Felipe González marcaron pauta.

¿Cuáles son los grandes errores en los que han incurrido los políticos durante estas jornadas? ¿No asistir a una actividad de esta magnitud incide en la toma de decisiones del sector que tiene acceso a este tipo de información?

Los principales errores están asociados a la falta de preparación. Asimismo la falta de escogencia de una ruta estratégica en cuanto a los mensajes, el modo de transmitirlos y la utilización de ejemplos impactantes puede también perjudicar, si no se selecciona bien.

La renuencia a participar por parte de un candidato en un debate en las democracias avanzadas puede representar el fin de las aspiraciones de ese candidato o proyecto político. La participación en los debates es algo que nuestra sociedad debería demandar de los políticos como un requisito sine qua non para que su proyecto sea tomado en cuenta.

¿A nivel departamental, se puede fortalecer el desarrollo de espacios públicos de discusión por medio de la implementación de este tipo de modalidades?

Sin duda. Debe haber un esfuerzo por formar en la metodología a quienes hacen opinión pública en las distintas áreas de nuestra geografía: medios de comunicación local, gremios, extensiones universitarias y organizaciones no gubernamentales. La práctica del debate a nivel local no solo puede ayudar a entender los planteamientos nacionales de los partidos y de los candidatos sino también las propuestas específicas para resolver los problemas particulares de cada región o localidad.

¿Cuál es el momento idóneo para la programación de debates en el calendario electoral?

Hay dos momentos. Al menos un mes previo a la celebración de la primera vuelta, cuando ya todos los partidos han presentado sus respectivos planteamientos al país. Y luego durante la segunda vuelta, cuando ya solamente quedan dos opciones políticas.

En el primero de los casos se debe ser muy cuidadoso en no perder la efectividad del debate, por ampliar demasiado el espectro de participación. Deben tenerse criterios que ayuden a preseleccionar quienes participan de un encuentro de esta naturaleza. En lo relativo al debate de segunda vuelta, los compromisos de participación deben quedar pactados desde antes de que concluya el proceso en primera ronda.

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Roberto Ardón: “Hice énfasis en las historias nunca contadas”

Redacción República
08 de marzo, 2015

El director ejecutivo del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) ubicó actores clave que protagonizaron debates presidenciales en el país y describe las principales jornadas que marcaron la pauta en el mundo de esta modalidad de discusión democrática considerada del más alto nivel.

En la actual coyuntura y para el futuro, discutir sobre los debates presidenciales se convierte en una herramienta de análisis. ¿Cómo surgió la idea de escribir al respecto? y ¿cómo logró la compilación de la información para sustentar su aporte?

La iniciativa surge a partir de haber identificado que no se ha escrito acerca de los debates políticos en mi país. Sobre el ejercicio del debate, que es muy importante para cualquier democracia, ha habido episodios muy interesantes en el pasado que consideré oportuno recordarlos y reseñarlos a través de una investigación lo más detallada posible.

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A partir de allí, comencé un trabajo de investigación que me llevó a la Hemeroteca Nacional así como a tomar contacto con académicos, políticos, comunicadores e incluso con los mismos participantes de estos encuentros.   Con este material, ha quedado un análisis muy completo e interesante, por las revelaciones que allí están contenidas. Hice énfasis en las historias nunca contadas, en los resultados no previstos de estos debates y en las agendas de cada uno de quienes fueron parte de ellos.

¿Cuál cree que debería ser la tónica, la línea o la tendencia que debe manejarse en aras de aportar al sistema democrático de un país con la implementación de este tipo de actividades para proveer de insumos responsables al momento de emitir un sufragio?

He insistido en mi libro en la importancia de escoger un formato adecuado para los debates. Ello es clave ya que la selección de una metodología que estimule el contraste, la controversia, la diferencia de opiniones, permite identificar mejor las posiciones de uno u otro proyecto. Sin este elemento, los encuentros políticos pierden su interés y dejan de servir al propósito de educar y orientar a los ciudadanos sobre los proyectos políticos y sus exponentes.

¿Detectó alguna estrategia implementada por políticos guatemaltecos para participar en estas jornadas? ¿Considera que más de alguno no llegó “preparado” a estos debates?

En la elaboración del libro tuve varias experiencias realmente positivas. Una de ellas tiene que ver con la búsqueda de uno de los participantes en el debate, quien está retirado en la actualidad y de quien no tenía muchas referencias. No pude hacer contacto previo con él, así que decidí visitarle en su domicilio, sin previo aviso y arriesgando un poco a que simplemente me negara la posibilidad de entrevistarle. Mi sorpresa fue que no solo me abrió las puertas de su casa sino que fue de gran ayuda en compartir los pormenores del encuentro en el que él participó.

Acerca de las estrategias utilizadas, creo que ha habido en los casos reseñados mucha preparación por parte de los debatientes. Ello contribuyó a la calidad de la discusión. Salvo un caso, en el que la confianza excesiva en sus capacidades pudo perjudicar a uno de los participantes. Esto lo explico en detalle, y analizado en qué forma pudo causarle un perjuicio ante la opinión pública

¿Cuál es el rol que debe asumir la sociedad para fortalecer el desarrollo de la discusión por parte de los políticos?

Una sociedad educada y ciudadanos cultos demandan más y mejor de su clase política. Hay un desafío muy importante en mejorar la formación y conocimiento del electorado y de la ciudadanía en general. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en esa labor.. Sin ello no será posible contar con debates de alta calidad.

Según su investigación, ¿cómo evalúa la madurez del uso de técnicas como la descrita en Guatemala en comparación de otros países?

Creo que en cuanto a formato aún estamos lejos de alcanzar los estándares de discusión que practican algunas democracias en las que el debate es pieza fundamental de la toma de decisiones. Sin embargo, anticipo que para este proceso electoral hay ya una reflexión positiva en el seno de las asociaciones que organizan estas actividades, con el fin de presentarnos un mejor formato. Esto es una buena noticia.

Por otro lado, es fundamental que se desarrolle en las universidades del país la disciplina de la oratoria y argumentación. Existen ya esfuerzos iniciales que hay que continuar apoyando. Esto mejorará la preparación académica de profesionales y políticos.

¿Recuerda usted algún debate que haya marcado a nivel mundial el paso para la implementación de debates a nivel nacional o en la región?

Hay dos grandes escuelas en esta materia. La tradición norteamericana, de moderadores y panelistas que intervienen y preguntas, y la europea, casi una conversación entre políticos, con poca o nula intervención de los moderadores.

En ambos casos hay ejemplos de debates icónicos. En el primer caso vale la pena ver los encuentros que Reagan tuvo con los candidatos demócratas de las elecciones de 1980 y 1984. En el segundo de los casos, los debates entre Aznar y Felipe González marcaron pauta.

¿Cuáles son los grandes errores en los que han incurrido los políticos durante estas jornadas? ¿No asistir a una actividad de esta magnitud incide en la toma de decisiones del sector que tiene acceso a este tipo de información?

Los principales errores están asociados a la falta de preparación. Asimismo la falta de escogencia de una ruta estratégica en cuanto a los mensajes, el modo de transmitirlos y la utilización de ejemplos impactantes puede también perjudicar, si no se selecciona bien.

La renuencia a participar por parte de un candidato en un debate en las democracias avanzadas puede representar el fin de las aspiraciones de ese candidato o proyecto político. La participación en los debates es algo que nuestra sociedad debería demandar de los políticos como un requisito sine qua non para que su proyecto sea tomado en cuenta.

¿A nivel departamental, se puede fortalecer el desarrollo de espacios públicos de discusión por medio de la implementación de este tipo de modalidades?

Sin duda. Debe haber un esfuerzo por formar en la metodología a quienes hacen opinión pública en las distintas áreas de nuestra geografía: medios de comunicación local, gremios, extensiones universitarias y organizaciones no gubernamentales. La práctica del debate a nivel local no solo puede ayudar a entender los planteamientos nacionales de los partidos y de los candidatos sino también las propuestas específicas para resolver los problemas particulares de cada región o localidad.

¿Cuál es el momento idóneo para la programación de debates en el calendario electoral?

Hay dos momentos. Al menos un mes previo a la celebración de la primera vuelta, cuando ya todos los partidos han presentado sus respectivos planteamientos al país. Y luego durante la segunda vuelta, cuando ya solamente quedan dos opciones políticas.

En el primero de los casos se debe ser muy cuidadoso en no perder la efectividad del debate, por ampliar demasiado el espectro de participación. Deben tenerse criterios que ayuden a preseleccionar quienes participan de un encuentro de esta naturaleza. En lo relativo al debate de segunda vuelta, los compromisos de participación deben quedar pactados desde antes de que concluya el proceso en primera ronda.