El viernes 2 de febrero, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) panameña rechazó el recurso de casación presentado por el expresidente Ricardo Martinelli del partido Realizando Metas (RM, derecha), sentenciado a 10 años y ocho meses de prisión por blanqueo de capitales en el caso New Business. Martinelli; también deberá pagar una multa de US$19.2M.

• La condena es inapelable. La ley panameña inhabilita a aquellos privados de la libertad por más de cinco años, de manera que parecería estarse extinguiendo la carrera política de Martinelli. Ahora bien, la inhabilitación no es automática y debe ser solicitada por el Tribunal Electoral (TE).
• Los abogados del expresidente, considerado el favorito de cara a las elecciones del 5 de mayo, critican como injusta la decisión de la CSJ. Insisten en que Martinelli cuenta con fuero electoral desde el 3 de febrero, cosa que los letrados del tribunal rechazan.
• Martinelli habla de un “caso chimbo” en su contra e insiste que será candidato. De no serlo, pediría a sus simpatizantes votar por José Raúl Mulino, su compañero de fórmula. No es seguro que lo obedezcan: su popularidad es personalísima.

Entre líneas. Según Martinelli, la justicia, dirigida por el presidente Laurentino Cortizo (PRD, centro), se ha ensañado con él, juzgándolo incluso antes de que se le imputara y llevando sus casos “de manera expedita”. Más allá de los crímenes de Martinelli, cuyos hijos cumplieron sentencias por corrupción, no deja de ser cierto que con él se ha procedido con una velocidad inusual.

• Martinelli habla del “peor exabrupto judicial” de la era republicana y afirma que lo intentarán matar después de apresarlo. Exagera: a sus 71 años, es probable que se le conceda prisión domiciliaria. En todo caso, afirma que, de llegar a la presidencia, creará una asamblea constituyente originaria.
• Ha anunciado, además, que denunciará al presidente Cortizo ante la Asamblea Nacional, así como al actual vicepresidente, José Gabriel Carrizo, quien aspira a la presidencia por el PRD, el partido de Gobierno.
• Martinelli tiene un as bajo la manga: una alianza con Zulay Rodríguez, conocida por buscar restringir la migración venezolana. A pesar de estar adscrita al PRD, es candidata presidencial por libre postulación.

Los datos. Panamá es un país en aprietos. La sequía ha afectado al canal de Panamá, ocasionándole pérdidas de US$700M al Estado. Por lo demás, la recién cerrada mina Cobre Panamá representaba el 5% del PIB, más de 7,000 empleos y el 75% de las exportaciones locales.

• Además, el erario ya no percibirá las regalías anticipadas, que tenían un mínimo legal de US$375M. Se esperaba que en 2025 superaran los US$400M. Gran parte de los fondos estaban destinados a sanear las cuentas de la Caja de Seguridad Social.
• También se ha visto perjudicada la imagen del país como destino seguro para las inversiones extranjeras. Panamá ha demostrado tener los riesgos políticos y la inseguridad jurídica de cualquier país centroamericano.
• No sorprende, entonces, que Martinelli lidere todas las encuestas. Cuando se lo excluye, la candidata más popular es Zulay Rodríguez, con apenas el 14% del voto; 49% dice no saber por quién votar.

El balance. Visto lo visto, es probable que Martinelli sea inhabilitado y no logre regresar al Palacio de las Garzas; es muy remota la posibilidad de que el TE avale su candidatura. Sin embargo, puede “ganar” si José Raúl Mulino, su candidato a vicepresidente, o la diputada Zulay Rodríguez llegan al poder.

• En caso de llegar al poder, o de que lo haga Mulino, probablemente gobernará como lo hizo de 2009 a 2014, enfatizando la inversión en infraestructura. Debe recordarse que, bajo su gestión, el PIB panameño logró un crecimiento anual del 9%.
• De Martinelli se dice: “Robó, pero hizo”. El expresidente la detesta —insiste en su inocencia, lógicamente—, pero la frase encapsula perfectamente los motivos de su popularidad.
• La corrupción, en resumidas cuentas, es particularmente irritante cuando las cosas van mal. Los políticos harían bien en entender que, a pesar de su conducta, el electorado es indulgente si se registran buenos resultados, particularmente económicos.