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Análisis: China avanza sobre Centroamérica con su entrada al PARLACEN

.
Sebastián Gennari
23 de agosto, 2023

El lunes 21 de agosto, a propuesta de Nicaragua, la República Popular China fue admitida como observador permanente del PARLACEN, obligando a la República de China (Taiwán) a retirarse del organismo. La propuesta fue aprobada con 73 votos a favor, 32 en contra y nueve abstenciones, sin conocerse la identidad de los votos; acudieron a la sesión, celebrada en Managua, 114 de los 120 diputados del legislativo centroamericano.

Voces. Defendiendo su “soberanía y dignidad”, Taiwán consideró imposible su permanencia en el ente y arremetió contra Managua y Pekín, acusándolas de haberse confabulado para “destruir” la democracia en la región.

  • La respuesta diplomática no se hizo esperar. La Cancillería guatemalteca defendió a su aliado, condenando “categóricamente” la decisión del PARLACEN.
  • Los senadores estadounidenses Tim Kaine (demócrata) y Marco Rubio (republicano) también criticaron la medida, y no es difícil concluir que el voto habrá irritado al Departamento de Estado en Washington. 

Entre líneas. Si bien China fue invitada directamente por Nicaragua, también cuenta con sus embajadas centroamericanas para ganar terreno. En todo caso, el objetivo es constreñir al máximo la participación internacional del Gobierno taiwanés.

  • En palabras de Francisco Beltranena, profesor universitario y analista estratégico, el significado de este suceso es más bien “simbólico”, pues las decisiones del PARLACEN no son vinculantes.
  • Apuntó, sin embargo, que es “significativo geopolíticamente el hecho de que China esté interesada”. 

Ecos regionales. La veda a Taiwán es coherente con la política de la mayoría de países centroamericanos. Salvo Guatemala y Belice, el resto de Centroamérica es cuando menos indiferente a Taipéi, habiendo sacrificado esta relación en los últimos años a favor de Pekín; primero fue Costa Rica, después Panamá, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y Honduras.

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  • Lo cierto es que Taiwán ha perdido a Centroamérica, otrora su bastión, pero aún quedan vestigios del antiguo vínculo. La membresía del PARLACEN fue la primera en caer, pero Taiwán sigue siendo observador del SICA y accionista del Banco Centroamericano de Integración (BCIE).
  • Es posible, aunque no por ello recomendable, que en el seno del SICA se den dinámicas similares a las del PARLACEN. El BCIE depende del mercado de capitales taiwanés para financiarse, por lo que la exclusión de Taiwán podría tornarse peliaguda.
  • Ante semejante panorama, Beltranena afirma: “A Guatemala la están empujando hacia el aislamiento por no juntarse con la República Popular”. 

Sí, pero. Este aislamiento no es absoluto: EE. UU. resiente la creciente influencia china en la región y, aunque por consideraciones de Estado no lo diga abiertamente, le complace que Taiwán aún cuente con apoyos. 

El balance. La cuestión fundamental gira en torno a la política de “Una sola China”. Tanto Pekín como Taipéi reclaman ser el legítimo Gobierno chino. En Pekín gobiernan desde 1949 los vencedores de la guerra civil china, mientras que en Taipéi se refugiaron los vencidos.

  • El presidente electo, Bernardo Arévalo, ha manifestado su deseo de preservar la relación diplomática con Taiwán y, a la vez, un trato de “pueblo a pueblo” con China, una posición vaga e indefinida, que hasta ahora le ha servido.
  • Guatemala podría mantener su relación comercial informal con China, pero la falta de reconocimiento diplomático eliminaría gran parte de los atractivos. Carecería, por ejemplo, de acceso a los créditos del Banco de Exportación e Importación de China, que ha anunciado proyectos centroamericanos tasados en varios cientos de millones de dólares.
  • En definitiva, Taiwán reconoce que es imposible competir con China en “diplomacia de chequera”; acepta que sus posibilidades económicas son ínfimas en comparación. Se refugiará en las relaciones que cree sólidas y, en todo caso, cuenta con el apoyo de EE. UU., que se reserva el derecho de intervenir en caso de una invasión china de Taiwán.
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Análisis: China avanza sobre Centroamérica con su entrada al PARLACEN

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Sebastián Gennari
23 de agosto, 2023

El lunes 21 de agosto, a propuesta de Nicaragua, la República Popular China fue admitida como observador permanente del PARLACEN, obligando a la República de China (Taiwán) a retirarse del organismo. La propuesta fue aprobada con 73 votos a favor, 32 en contra y nueve abstenciones, sin conocerse la identidad de los votos; acudieron a la sesión, celebrada en Managua, 114 de los 120 diputados del legislativo centroamericano.

Voces. Defendiendo su “soberanía y dignidad”, Taiwán consideró imposible su permanencia en el ente y arremetió contra Managua y Pekín, acusándolas de haberse confabulado para “destruir” la democracia en la región.

  • La respuesta diplomática no se hizo esperar. La Cancillería guatemalteca defendió a su aliado, condenando “categóricamente” la decisión del PARLACEN.
  • Los senadores estadounidenses Tim Kaine (demócrata) y Marco Rubio (republicano) también criticaron la medida, y no es difícil concluir que el voto habrá irritado al Departamento de Estado en Washington. 

Entre líneas. Si bien China fue invitada directamente por Nicaragua, también cuenta con sus embajadas centroamericanas para ganar terreno. En todo caso, el objetivo es constreñir al máximo la participación internacional del Gobierno taiwanés.

  • En palabras de Francisco Beltranena, profesor universitario y analista estratégico, el significado de este suceso es más bien “simbólico”, pues las decisiones del PARLACEN no son vinculantes.
  • Apuntó, sin embargo, que es “significativo geopolíticamente el hecho de que China esté interesada”. 

Ecos regionales. La veda a Taiwán es coherente con la política de la mayoría de países centroamericanos. Salvo Guatemala y Belice, el resto de Centroamérica es cuando menos indiferente a Taipéi, habiendo sacrificado esta relación en los últimos años a favor de Pekín; primero fue Costa Rica, después Panamá, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y Honduras.

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  • Lo cierto es que Taiwán ha perdido a Centroamérica, otrora su bastión, pero aún quedan vestigios del antiguo vínculo. La membresía del PARLACEN fue la primera en caer, pero Taiwán sigue siendo observador del SICA y accionista del Banco Centroamericano de Integración (BCIE).
  • Es posible, aunque no por ello recomendable, que en el seno del SICA se den dinámicas similares a las del PARLACEN. El BCIE depende del mercado de capitales taiwanés para financiarse, por lo que la exclusión de Taiwán podría tornarse peliaguda.
  • Ante semejante panorama, Beltranena afirma: “A Guatemala la están empujando hacia el aislamiento por no juntarse con la República Popular”. 

Sí, pero. Este aislamiento no es absoluto: EE. UU. resiente la creciente influencia china en la región y, aunque por consideraciones de Estado no lo diga abiertamente, le complace que Taiwán aún cuente con apoyos. 

El balance. La cuestión fundamental gira en torno a la política de “Una sola China”. Tanto Pekín como Taipéi reclaman ser el legítimo Gobierno chino. En Pekín gobiernan desde 1949 los vencedores de la guerra civil china, mientras que en Taipéi se refugiaron los vencidos.

  • El presidente electo, Bernardo Arévalo, ha manifestado su deseo de preservar la relación diplomática con Taiwán y, a la vez, un trato de “pueblo a pueblo” con China, una posición vaga e indefinida, que hasta ahora le ha servido.
  • Guatemala podría mantener su relación comercial informal con China, pero la falta de reconocimiento diplomático eliminaría gran parte de los atractivos. Carecería, por ejemplo, de acceso a los créditos del Banco de Exportación e Importación de China, que ha anunciado proyectos centroamericanos tasados en varios cientos de millones de dólares.
  • En definitiva, Taiwán reconoce que es imposible competir con China en “diplomacia de chequera”; acepta que sus posibilidades económicas son ínfimas en comparación. Se refugiará en las relaciones que cree sólidas y, en todo caso, cuenta con el apoyo de EE. UU., que se reserva el derecho de intervenir en caso de una invasión china de Taiwán.