Bernardo Arévalo, en su primera candidatura presidencial, derrotó a Sandra Torres, quien corría por tercera vez; Torres perdió gran parte de su mayor caudal electoral: el interior del país.

Panorama general. Tras haber pasado a segunda vuelta con un escaso 11%, Bernardo Arévalo ganó la presidencia con un 58%, atrayendo casi 1 millón 779 mil nuevos votos. Con una participación previsiblemente baja, Sandra Torres fracasó, nuevamente, en movilizar a su electorado para afrontar un balotaje. 

• A pesar de que Sandra Torres creció con respecto a la primera vuelta, Arévalo le superó en casi 1 millón de votos.  
   
• El alto nivel de descontento, sumado a los intentos de sabotaje a los resultados de la primera vuelta, fortalecieron el mensaje de rechazo a la clase política tradicional, reflejado en la primera vuelta.  

Qué destacar. La gran sorpresa ha sido el cambio en el mapa electoral, donde Bernardo Arévalo ganó todos los distritos que el partido Vamos ganó en primera vuelta, además de muchos otros departamentos del interior. 

• Mientras que, la derrota en el departamento de Guatemala era casi una certeza para Sandra Torres, el interior de la República era un bastión para la candidata de la UNE. 
   
• Incapaz de cambiar la tendencia histórica de votar por alcaldes y abstenerse en segunda vuelta, Torres fracasó en la única estrategia que podía ayudarle a ganar: incentivar una alta participación. 
   
• Con un 55% de abstencionismo, Sandra Torres ganó solamente en cinco departamentos: Petén, Izabal, Alta Verapaz, Quiché y Zacapa. La derrota de la UNE en sus feudos evidencia el contundente rechazo a su figura. 

Datos clave. Mientras que el voto nulo fue la opción preferida del electorado en primera vuelta, el porcentaje disminuyó significativamente en segunda vuelta. El voto en blanco pasó de un 6.98% a un 1.25%. En cuanto al voto nulo, el cambio fue de un 17.38% a un escaso 3.49%.

 Los datos parecen indicar que gran parte del voto de rechazo de la primera vuelta se convirtió en apoyo para Semilla. 

• Muchos evitaron votar por Bernardo Arévalo en primera vuelta, debido a la percepción de las pocas posibilidades que tenía de avanzar al balotaje. La idea del “voto útil” se esfumó tras su pase a segunda vuelta.
   
• Semilla pasó de un 29% en el municipio de Guatemala, a casi un 79% en segunda vuelta. Arévalo logró lo que Sandra Torres tanto intentó en su campaña: atraer a gran parte del voto de la derecha urbana. 

En conclusión. Los resultados de la segunda vuelta confirmaron lo evidenciado el 25 de junio: el desgaste de la clase política actual era insostenible. 

• Semilla se benefició de la falta de calidad en los proyectos de oposición, además de una buena campaña para atraer al voto joven y urbano. 
   
• Arévalo tiene el desafío de gobernar a una ciudadanía que espera mucho cambio y cero tolerancia con la corrupción; un reto complicado para un país con una burocracia como la guatemalteca. 
   
• Mientras que los guatemaltecos tienen mucha fe en el proyecto de Semilla, tendrán, a su vez, poca paciencia si no se cumple con las ambiciosas promesas hechas en campaña.