Facciones del partido demócrata barajan la posibilidad de reemplazar a Joe Biden para poder ganar las elecciones.

Panorama general. A menos de nueve meses para las elecciones en EE. UU., el escenario principal sigue siendo una repetición de 2020: Donald Trump y Joe Biden por la presidencia. Mientras que Trump aventaja las primarias con 63 delegados a 17 de Nikki Haley, Biden ha ganado los 91 delegados disputados hasta el momento en las primarias demócratas, que parecen ser solamente una formalidad. 

• Mientras que Biden es el candidato demócrata que mejor desempeño tiene en las encuestas contra Trump, prácticamente todos los sondeos relevantes dan al republicano como virtual ganador.  

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• Los márgenes siguen sin superar los cinco puntos de ventaja, por lo que el escenario continúa cerrado, pero levemente a favor de Trump. 

En perspectiva. Con los republicanos como ligeros favoritos para las elecciones del 5 de noviembre, los demócratas tienen un problema complejo de manejar: conseguir un candidato que rete y reemplace al actual presidente. Las alternativas, sin embargo —entre las que se perfilan Dean Phillips, Gavin Newsom y Gretchen Whitmer— puntean hasta 10 puntos por debajo de Trump.

• Las dudas sobre Biden se dispararon después de que un fiscal especial determinara que el presidente “retuvo y reveló intencionalmente materiales clasificados”. 

• No obstante, no enfrentó cargos debido a su estado mental. El fiscal determinó que sería complicado obtener una condena: se dijo que Biden da la impresión de ser un "anciano con mala memoria". 

Voces. El informe de la investigación recopila más de 147 testigos –entre ellos el propio Biden– y aseguró que "sería difícil convencer a un jurado de que debería condenarlo, para entonces un ex presidente de más de 80 años, por un delito grave que requiere un estado mental de obstinación".

• El mismo informe señaló que Biden tenía “limitaciones significativas” y que no recordaba cuándo fue vicepresidente de EE. UU. (entre 2007 y 2019) ni la muerte de su hijo Beau (2015). 

Entre líneas. El escándalo, además de restarle popularidad al presidente ante el electorado, ha generado dudas internas en su partido. Desde que el informe se hizo público, los rumores de un posible reemplazo han surgido; sin embargo, los escenarios son complicados, con las primarias demócratas ya encaminadas.  

• Aunque menos de un 3% de los delegados se han asignado, es poco probable que entre a la carrera un nuevo –y fuerte– candidato, puesto que a finales de febrero se llega a la fecha límite de inscripción en prácticamente todos los estados.  

• El calendario obliga a tomar decisiones apresuradas puesto que, para marzo, un nuevo candidato solo podría competir en las primarias en Montana, Nebraska, Nueva Jersey, Nuevo México, Oregón, Dakota del Sur y DC (282 posibles delegados de 3,820). 

• Por otro lado, Biden podría hacerse con más de un tercio de los delegados (1,420) el 5 de marzo, en el Super Tuesday, cuando se celebran primarias en más de 15 estados. Los demócratas corren contra el reloj.  

Sí, pero. Las vías alternas para las facciones opuestas a Biden son buscar su incapacitación o una revuelta en la Convención Nacional Demócrata. Ambas son poco probables, puesto que buscar que Biden sea incapacitado debilitaría inmensurablemente la imagen del partido y los delegados han afirmado su lealtad al presidente. El único escenario viable —aunque poco probable— es que Biden ceda su candidatura. El mandatario podría esperar a que terminen las primarias y anunciar, antes de la convención, que no aceptaría una nominación.  

• Esto podría verse como un ejercicio de sinceridad, puesto que, aunque la base de votantes del partido confíe en él, su edad y estado mental genera desconfianza en el electorado a nivel nacional.  

• De esta manera, el partido demócrata podría capitalizar el rechazo hacia Trump entre los progresistas —que han dejado de apoyar a Biden por su apoyo hacia Israel y las últimas medidas por mantener control de la frontera sur— y revertir la desventaja en las encuestas.  

• Voces internas del partido ya hablan de nombres como Michelle Obama y Kamala Harris. 

El balance. El partido demócrata se enfrenta a un escenario adverso, dónde una traición al presidente podría ser tan impopular ante el electorado moderado como la propia nominación de Biden. A las facciones disidentes solo les queda esperar algo casi inimaginable: que “el hombre más poderoso del mundo” renuncie a todo ese poder en un acto de humildad. Más que convencerlo, a Biden tendrían que obligarlo. 

• Hasta ahora, el partido ha respaldado a su principal candidato, desmintiendo los rumores sobre pugnas internas. 

• La corriente podría cambiar en la medida que se acerque el 5 de noviembre y la tendencia en las encuestas se mantenga —o empeore— a favor de Trump.