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¿Por qué el linchamiento no es un acto de justicia?

Eder Juarez
23 de agosto, 2016

El domingo último pobladores de Concepción Sacojito, Chinautla, lincharon y quemaron a un presunto extorsionista, posteriormente se enfrentaron a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que rescataron a otro hombre y a dos mujeres a quienes también pretendían linchar.

El cuerpo de la víctima permaneció en el lugar durante la noche y fue hasta la mañana del lunes que el Ministerio Público (MP) y la PNC pudieron ingresar en el lugar. El fallecido fue identificado como William Alexander Aguilar. Según algunos pobladores, estas personas pretendían cometer algún ilícito, por lo cual las atacaron y destruyeron el vehículo en el cual se conducían.

Durante los últimos años los altos índices de violencia en el país, se usan como justificación para asesinar a personas acusadas o sospechosas de cometer actos al margen de la ley, sumando en 11 años, 377 linchados fallecidos.

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También puedes leer: Rivas: Reduciremos la tasa de homicidios de 29 a 23

El Procurador de Derechos Humanos (PDH), Jorge de León Duque, dice que “es preocupante que la población aplique la justicia por su propia mano, cuando se presume que la persona es inocente de los hechos que se le señalan”.

Agrega que mucho de esto tiene que ver con la ausencia del Estado, en una población enardecida y decepcionada por la falta de justicia, “agobiada por las extorsiones, secuestros, y la delincuencia, y que usa esto como salida, pero incurre en un delito, que dicho sea de paso, se debe perseguir penalmente”.

“Estos actos nos demuestran el grado de intolerancia, desesperación y criminalidad que existe en las personas que toman la decisión de quitarle la vida a otros, sin que tenga la certeza que cometió un hecho de delictivo”, manifiesta el funcionario.

Según Luis Linares, Secretario General Adjunto de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), en los linchamientos suceden dos cosas: la desesperación de la población por el incremento de las extorsiones y crímenes asociados a este delito y la falta de castigo de quienes participan en los linchamientos, que a veces son grabados en vivo y en muy pocos casos ha existido una persecución y condenas ejemplares.

Linares refiere que es un fenómeno muy extendido en Guatemala y en medida en que no exista castigo y la delincuencia continúe elevándose cada vez más “inclemente y descarada”, estos actos también se incrementaran.

Además, indica que son manifestaciones de “salvajismo, ante las acciones de los delincuentes que son condenables, los linchadores también incurren en actos condenables, porque lo peor es que las personas linchadas pueden resultar inocentes”.

Por su parte Carmen Rosa de León Escribano, directora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (IEPADES), señala que el linchamiento “es un hecho bárbaro porque implica la decisión de la vida o la muerte de una persona sin haber pasado por un proceso o investigación que determine la justicia que es culpable o inocente”.

“Aquellos que cometen un linchamiento están cometiendo un homicidio con el uso de la fuerza”, manifiesta De León, además considera que no es un hecho de justicia, sino “un hecho de barbarismo, el cual debe ser sancionado socialmente”.

Las víctimas

“Retenciones multitudinarias y linchamientos, casos y víctimas”, es un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos, el cual revela que a partir de 2005, hasta el pasado mes de julio de este año, van 377 muertos producto de linchamientos en el país.

De acuerdo con los datos de la PDH, en 11 años han ocurrido 2 mil 527 linchamientos en los que han resultado heridas 2 mil 150 personas y fallecidos 377. Según las estadísticas, en igual periodo se registraron 1 mil 795 casos de retenciones ilegales.

Según el informe 2013 fue el año más violento, con 52 muertes, seguido de 2011 con 51, 2009 y 2010 con 44 respectivamente, en tanto que el departamento con más casos acumulados de linchamientos y retenciones ilegales es Guatemala (317), seguido de Huehuetenango (188) y Alta Verapaz (172).

¿Por qué el linchamiento no es un acto de justicia?

Eder Juarez
23 de agosto, 2016

El domingo último pobladores de Concepción Sacojito, Chinautla, lincharon y quemaron a un presunto extorsionista, posteriormente se enfrentaron a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que rescataron a otro hombre y a dos mujeres a quienes también pretendían linchar.

El cuerpo de la víctima permaneció en el lugar durante la noche y fue hasta la mañana del lunes que el Ministerio Público (MP) y la PNC pudieron ingresar en el lugar. El fallecido fue identificado como William Alexander Aguilar. Según algunos pobladores, estas personas pretendían cometer algún ilícito, por lo cual las atacaron y destruyeron el vehículo en el cual se conducían.

Durante los últimos años los altos índices de violencia en el país, se usan como justificación para asesinar a personas acusadas o sospechosas de cometer actos al margen de la ley, sumando en 11 años, 377 linchados fallecidos.

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El Procurador de Derechos Humanos (PDH), Jorge de León Duque, dice que “es preocupante que la población aplique la justicia por su propia mano, cuando se presume que la persona es inocente de los hechos que se le señalan”.

Agrega que mucho de esto tiene que ver con la ausencia del Estado, en una población enardecida y decepcionada por la falta de justicia, “agobiada por las extorsiones, secuestros, y la delincuencia, y que usa esto como salida, pero incurre en un delito, que dicho sea de paso, se debe perseguir penalmente”.

“Estos actos nos demuestran el grado de intolerancia, desesperación y criminalidad que existe en las personas que toman la decisión de quitarle la vida a otros, sin que tenga la certeza que cometió un hecho de delictivo”, manifiesta el funcionario.

Según Luis Linares, Secretario General Adjunto de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), en los linchamientos suceden dos cosas: la desesperación de la población por el incremento de las extorsiones y crímenes asociados a este delito y la falta de castigo de quienes participan en los linchamientos, que a veces son grabados en vivo y en muy pocos casos ha existido una persecución y condenas ejemplares.

Linares refiere que es un fenómeno muy extendido en Guatemala y en medida en que no exista castigo y la delincuencia continúe elevándose cada vez más “inclemente y descarada”, estos actos también se incrementaran.

Además, indica que son manifestaciones de “salvajismo, ante las acciones de los delincuentes que son condenables, los linchadores también incurren en actos condenables, porque lo peor es que las personas linchadas pueden resultar inocentes”.

Por su parte Carmen Rosa de León Escribano, directora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (IEPADES), señala que el linchamiento “es un hecho bárbaro porque implica la decisión de la vida o la muerte de una persona sin haber pasado por un proceso o investigación que determine la justicia que es culpable o inocente”.

“Aquellos que cometen un linchamiento están cometiendo un homicidio con el uso de la fuerza”, manifiesta De León, además considera que no es un hecho de justicia, sino “un hecho de barbarismo, el cual debe ser sancionado socialmente”.

Las víctimas

“Retenciones multitudinarias y linchamientos, casos y víctimas”, es un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos, el cual revela que a partir de 2005, hasta el pasado mes de julio de este año, van 377 muertos producto de linchamientos en el país.

De acuerdo con los datos de la PDH, en 11 años han ocurrido 2 mil 527 linchamientos en los que han resultado heridas 2 mil 150 personas y fallecidos 377. Según las estadísticas, en igual periodo se registraron 1 mil 795 casos de retenciones ilegales.

Según el informe 2013 fue el año más violento, con 52 muertes, seguido de 2011 con 51, 2009 y 2010 con 44 respectivamente, en tanto que el departamento con más casos acumulados de linchamientos y retenciones ilegales es Guatemala (317), seguido de Huehuetenango (188) y Alta Verapaz (172).