La democracia depende de una ciudadanía bien informada. Los medios de comunicación tienen que recuperar su papel de narradores fiables y los divulgadores de opinión no deben estar exentos, porque aun desde páginas de opinión como esta, tenemos la responsabilidad de ser narradores fiables, dejando claro ante el lector nuestras inclinaciones, y fundamentando nuestras opiniones.