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Empresas se aprovechan del trabajo de escritores utilizado por la IA

La capacidad de chatbots como ChatGPT o Bard para escribir textos indistinguibles de los de autores famosos nos asombra, pero esta característica tiene una connotación negativa. Hoy, miles de autores se enfrentan a la explotación de su obra por parte de estas empresas con sus inteligencias artificiales.

FUENTE DE IMAGEN: VALENCIACITY.ES
Luis Rivas
19 de julio, 2023

Casi 8000 autores firmaron una carta abierta a seis importantes empresas de IA, incluidas OpenAI, Alphabet (Google), Meta, IBM, Microsoft y Stability AI, entre ellas Margaret Atwood (autora de "The Handmaid's Tale") y Alexander Chee. (quien hizo su debut con el éxito de ventas "Edinburgh").

The Author's Guild, una organización estadounidense de autores, ha recibido quejas de estos autores que afirman que estas empresas están utilizando sus obras escritas para entrenar modelos de inteligencia artificial sin su consentimiento ni compensación monetaria alguna.

Un estudio de 2019 de esta organización encontró que los autores ganan progresivamente menos dinero. Afirman que, en los últimos diez años, el ingreso promedio mensual fue de $6,080 en 2017, 42% menos que en 2009.

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No hay una necesidad urgente de que una IA escriba una novela, según Alexander Chee, uno de los autores que firmó esa carta, quien habló al respecto en NPR. Las únicas personas que podrían necesitar algo como esto son aquellas que subestiman el trabajo de los escritores.

La directora ejecutiva de Author's Gild, Mary Rasenberger, envió a estas empresas una severa advertencia: "No está bien usar nuestro trabajo de IA sin nuestro consentimiento o pago. Comiencen a pagarnos y a comunicarse con nosotros, por favor".

Esta ONG preferiría llegar a un acuerdo con estas empresas sin tener que presentar una demanda, por lo que preferiría evitar ir a los tribunales. Señaló que las demandas "cuestan mucho dinero" y "toman mucho tiempo".

Sin embargo, algunos autores han acudido a los tribunales por su cuenta. Paul Tremblay y Sarah Silverman son dos de ellos; Recientemente presentaron una demanda contra Meta y OpenAI por robar sus ideas. La acción legal es un paso crucial para garantizar que los escritores reciban una compensación justa, según la agente literaria con sede en Nueva York Gina Maccoby.

La industria de la inteligencia artificial ha sido objeto de numerosas quejas, demandas y críticas en el pasado. Como ejemplos, casos como Getty demandando a Stable Diffusion y GitHub Copilot confrontando a los desarrolladores.

Lo cierto es que chatbots como ChatGPT o Bard entrenan con enormes conjuntos de datos de los que se sabe muy poco: la transparencia de estas empresas es casi nula, y es probable que este tipo de conflictos aumenten en el futuro. Shutterstock se asoció con OpenAI, por ejemplo.

Los autores de The Author's Gild ya han intentado predecir esto, y ahora dejan claro que las empresas de IA no pueden usar estos trabajos para entrenar sus modelos. Sin embargo, Macoby dejó en claro que, a pesar de su prohibición, todavía hay un problema crucial: "¿Cómo saber si un libro está en un conjunto de datos que ha sido utilizado por un modelo de IA?" Es difícil probar estos procesos porque estas empresas no entran en detalles.

Empresas se aprovechan del trabajo de escritores utilizado por la IA

La capacidad de chatbots como ChatGPT o Bard para escribir textos indistinguibles de los de autores famosos nos asombra, pero esta característica tiene una connotación negativa. Hoy, miles de autores se enfrentan a la explotación de su obra por parte de estas empresas con sus inteligencias artificiales.

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Luis Rivas
19 de julio, 2023

Casi 8000 autores firmaron una carta abierta a seis importantes empresas de IA, incluidas OpenAI, Alphabet (Google), Meta, IBM, Microsoft y Stability AI, entre ellas Margaret Atwood (autora de "The Handmaid's Tale") y Alexander Chee. (quien hizo su debut con el éxito de ventas "Edinburgh").

The Author's Guild, una organización estadounidense de autores, ha recibido quejas de estos autores que afirman que estas empresas están utilizando sus obras escritas para entrenar modelos de inteligencia artificial sin su consentimiento ni compensación monetaria alguna.

Un estudio de 2019 de esta organización encontró que los autores ganan progresivamente menos dinero. Afirman que, en los últimos diez años, el ingreso promedio mensual fue de $6,080 en 2017, 42% menos que en 2009.

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No hay una necesidad urgente de que una IA escriba una novela, según Alexander Chee, uno de los autores que firmó esa carta, quien habló al respecto en NPR. Las únicas personas que podrían necesitar algo como esto son aquellas que subestiman el trabajo de los escritores.

La directora ejecutiva de Author's Gild, Mary Rasenberger, envió a estas empresas una severa advertencia: "No está bien usar nuestro trabajo de IA sin nuestro consentimiento o pago. Comiencen a pagarnos y a comunicarse con nosotros, por favor".

Esta ONG preferiría llegar a un acuerdo con estas empresas sin tener que presentar una demanda, por lo que preferiría evitar ir a los tribunales. Señaló que las demandas "cuestan mucho dinero" y "toman mucho tiempo".

Sin embargo, algunos autores han acudido a los tribunales por su cuenta. Paul Tremblay y Sarah Silverman son dos de ellos; Recientemente presentaron una demanda contra Meta y OpenAI por robar sus ideas. La acción legal es un paso crucial para garantizar que los escritores reciban una compensación justa, según la agente literaria con sede en Nueva York Gina Maccoby.

La industria de la inteligencia artificial ha sido objeto de numerosas quejas, demandas y críticas en el pasado. Como ejemplos, casos como Getty demandando a Stable Diffusion y GitHub Copilot confrontando a los desarrolladores.

Lo cierto es que chatbots como ChatGPT o Bard entrenan con enormes conjuntos de datos de los que se sabe muy poco: la transparencia de estas empresas es casi nula, y es probable que este tipo de conflictos aumenten en el futuro. Shutterstock se asoció con OpenAI, por ejemplo.

Los autores de The Author's Gild ya han intentado predecir esto, y ahora dejan claro que las empresas de IA no pueden usar estos trabajos para entrenar sus modelos. Sin embargo, Macoby dejó en claro que, a pesar de su prohibición, todavía hay un problema crucial: "¿Cómo saber si un libro está en un conjunto de datos que ha sido utilizado por un modelo de IA?" Es difícil probar estos procesos porque estas empresas no entran en detalles.