En nuestra vida cotidiana, nos enfrentamos a diversos momentos de estrés que pueden complicar nuestro día a día, pero es crucial distinguirlos de los episodios de ansiedad. Es por eso que distintos psicólogos han brindado algunas claves para diferenciar estos dos conceptos estrechamente relacionados.

El estrés se origina como una reacción ante situaciones percibidas como amenazantes en el presente, y tiende a desaparecer una vez que se elimina el factor estresor. Por ejemplo, el estrés puede surgir por la falta de tiempo para preparar un examen, pero desaparece una vez que se completa la prueba. Sin embargo, también existe el estrés crónico, como las preocupaciones económicas o el cuidado de un ser querido con una enfermedad crónica, este persiste hasta que se resuelve la causa subyacente.

En contraste, la ansiedad surge debido a pensamientos, miedos o preocupaciones persistentes e intensas, que no necesariamente están relacionados con eventos actuales. La ansiedad se enfoca en el futuro y está estrechamente ligada a factores internos de naturaleza psicológica y emocional.

Algunas diferencias fundamentales entre el estrés y la ansiedad son primero en cuanto a las causas, el estrés generalmente se relaciona con factores externos, mientras que la ansiedad puede manifestarse incluso en ausencia de un factor estresante. Además, la duración del estrés suele ser determinada y desaparece cuando cesa el factor estresante, mientras que la ansiedad puede prolongarse indefinidamente.

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Es importante señalar que el estrés puede desencadenar síntomas de ansiedad y depresión, pero su respuesta principal es la activación de una respuesta para abordar y resolver el problema. Por otro lado, la ansiedad genera una respuesta que puede llevar a la huida, la lucha o el bloqueo.

Cómo abordar el estrés y la ansiedad 

La necesidad de abordar el estrés y la ansiedad de manera diferente es fundamental. En el caso del estrés, se centra en el manejo presente, evaluando las amenazas percibidas y ayudando a identificar recursos para gestionarlo mejor.

Por su parte, en el tratamiento de la ansiedad se realiza una evaluación más detallada de los factores psicológicos y emocionales del individuo, considerando la temporalidad e intensidad de los síntomas. Aunque también se trabaja en el presente, se hace hincapié en el pasado, donde probablemente se encuentre el origen del problema. 

Por consiguiente comprender la diferencia entre el estrés y la ansiedad es fundamental para abordar adecuadamente estos problemas de salud mental. Reconocer sus causas, duración, síntomas y respuestas característicos es esencial para aplicar los enfoques terapéuticos adecuados y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.