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Si Dios me quita la vida (12)

Gabriel Arana Fuentes
28 de enero, 2018

Estas son las Crónicas policiales del Comisario Wenceslao Pérez Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

El cadáver tiene nombre

El comisario terminó de un solo trago la horchata, revisó si todavía podía comer algo de los platos y cuando comprobó que no, su mano automáticamente buscó una bolsa de maní garapiñado. Sus dientes trituraron varios, tragó en seco y entonces prestó atención a los avances de investigación que realizaba Fabio.

—Según la mujer, varias veces, espiando desde su ventana, se percató que dos individuos descendían del picop y se dirigían a casa de los Figueroa. Uno de ellos era de estatura media, regordete, de tez blanca, algo colorado de un rostro redondo pringado de pocos pelos y quien lo acompañaba tenía rasgos muy parecidos.

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Ella considera que se podía tratar de dos hermanos. La mujer considera que es posible que ellos estuvieran en esa casa el sábado de los asesinatos. Conversé con otros vecinos, pero no obtuve datos relevantes. También interrogué a los tres locos aquellos, el basurero, el cobrador y el hombre del traje gris. Este último, comisario, es pariente de doña Lucrecia de Figueroa. Responde al nombre de César Izaguirre, es visitador médico y asegura que el fin de semana estaba de gira por el oriente. Eso lo estamos verificando.

—Cuéntenos de su visita a la morgue

—Hasta este momento, comisario, hay 12 cadáveres de los fallecidos en el estadio que no han sido reclamados o identificados. (Fabio hizo una pausa en su narración. Tomó la escudilla de la sopa con ambas manos y la dirigió a su boca, sopló para luchar contra lo caliente, se excusó con un “permiso” y tragó varias veces).

—Aquí viene la buena noticia, comisario. Tal y como usted lo solicitó, revisé cuidadosamente y en efecto, uno de los cuerpos, en definitiva, pertenece al hijo mayor de la familia Figueroa. Comprobé con fotografías y el doctor Sierra, el forense me ayudó para comprobar que en efecto, él es.

… Su nombre es Diego Byron Figueroa Izaguirre, 20 años. El informe forense señala que murió por asfixia, vestía una camisola de la selección. Sierra encontró elevadas cantidades de alcohol y droga, comisario.

—¿Fabio?

—No siga, comisario, en efecto, revisé sus bolsos, pero no encontré ninguna factura ni nada que se le parezca. Solamente encontramos el codo del boleto de entrada al estadio. En su billetera se encontró una gran cantidad de dinero, más de 500 quetzales, comisario. Además, una fotografía de una muchacha, que responde al nombre de María José, al dorso aparece una dedicatoria para el mayor de los Figueroa. Esta es la foto, miren… En la tal dedicatoria se lee: “para mi gordo lindo, de su gorda, qué valiente es usted”. Lo curioso es que tiene la fecha del mismo sábado de la tragedia. Un par de agentes andan en busca de la chica. Ya calculamos estatura y demás. ¿Qué le parece, comisario?

— (…)

Tras el silencio del comisario, los tres policías decidieron tácitamente terminar con lo que a cada uno le quedaba de comida en los plato. Menos el comisario, claro, que había limpiado hasta lo último con un par de tortillas que la habían hecho de cuchara. Enio y Fabio limpiaron huesos, acabaron con las sopas, las tortillas y el fresco. Cuando doña Carmen, utilizando su oído biónico, escuchó el ruido de los cubiertos contra los platos vacíos, apareció con el cuaderno de apuntes, en el que registraba el crédito diario.

—Ya viene fin de mes, señores, les encargo.

—Bueno señores. La masacre del Mateo Flores va encaminada hacia las autoridades de la Federación y se relaciona con la sobre venta de boletos. Hay un equipo investigando. Nosotros nos enfocaremos en dar con el paradero de los responsables de la masacre de la zona 2. Voy a preparar un informe para el ministro. Continúen con la investigación, pero necesito de que antes que se retiren para sus casas, me llamen, pues espero tener más novedades. Recuerden que estaremos a disposición las veinticuatro horas del día. Buen provecho.

El comisario caminó hacia la sexta avenida. Se detuvo ante un chiclero a quien le pidió 4 bolsas de maní garapiñado. Dio unos pasos hacia el parque Enrique Gómez Carrillo. Mientras subía la gradas, su rostro se baño en sudor. El dedo gordo del pie le recordó el exagerado dolor de la gota. Su cabeza estaba a punto de estallar. En definitiva, su salud andaba mal. La imagen de los dos terrier entre los cadáveres de las sirvientas apareció en su mente. Quién sabe por qué. Muy en el fondo el comisario tenía una corazonada, pero todavía no la tenía clara.

Datos curiosos del comisario Wenceslao Pérez Chanán

  • Lugar de nacimiento: Gualán, Zacapa

  • Cumpleaños: 28 de septiembre, día de San Wenceslao

  • Domicilio: Colonial El Mezquital

  • Casado con: Wendy Rodríguez

  • Hijos: Cinco

  • Mascota: Muñeca, una american pitt bulterrier (el comisario participó en un operativo en un palenque donde realizaban peleas clandestinas de perros. Allí rescató a la perra y luego la llevó a su hogar).

  • Físico: Es de un metro sesenta y cinco de estatura, regordete, su cara es redonda, un ralo bigote le crece sobre los labios de vez en cuando. Es fuerte de brazos y constantemente viste el uniforme y su arma reglamentarios. Padece de ácido úrico, la presión alta y con algunos problemas de corazón.

  • Su equipo de trabajo: Enio y Fabio (ambos nacidos en Oriente), Julia, su secretaria.

  • Amigos: solamente un escritor. Se llama Arturo Castillo, pero lo cambió por Arthur Koestler. Actualmente está detenido en una cárcel en Heredia, Costa Rica, acusado de narcotráfico.


  • Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinadochana

Mira la entrevista con Francisco Alejando Méndez en este enlace


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28 de enero, 2018

Estas son las Crónicas policiales del Comisario Wenceslao Pérez Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

El cadáver tiene nombre

El comisario terminó de un solo trago la horchata, revisó si todavía podía comer algo de los platos y cuando comprobó que no, su mano automáticamente buscó una bolsa de maní garapiñado. Sus dientes trituraron varios, tragó en seco y entonces prestó atención a los avances de investigación que realizaba Fabio.

—Según la mujer, varias veces, espiando desde su ventana, se percató que dos individuos descendían del picop y se dirigían a casa de los Figueroa. Uno de ellos era de estatura media, regordete, de tez blanca, algo colorado de un rostro redondo pringado de pocos pelos y quien lo acompañaba tenía rasgos muy parecidos.

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Ella considera que se podía tratar de dos hermanos. La mujer considera que es posible que ellos estuvieran en esa casa el sábado de los asesinatos. Conversé con otros vecinos, pero no obtuve datos relevantes. También interrogué a los tres locos aquellos, el basurero, el cobrador y el hombre del traje gris. Este último, comisario, es pariente de doña Lucrecia de Figueroa. Responde al nombre de César Izaguirre, es visitador médico y asegura que el fin de semana estaba de gira por el oriente. Eso lo estamos verificando.

—Cuéntenos de su visita a la morgue

—Hasta este momento, comisario, hay 12 cadáveres de los fallecidos en el estadio que no han sido reclamados o identificados. (Fabio hizo una pausa en su narración. Tomó la escudilla de la sopa con ambas manos y la dirigió a su boca, sopló para luchar contra lo caliente, se excusó con un “permiso” y tragó varias veces).

—Aquí viene la buena noticia, comisario. Tal y como usted lo solicitó, revisé cuidadosamente y en efecto, uno de los cuerpos, en definitiva, pertenece al hijo mayor de la familia Figueroa. Comprobé con fotografías y el doctor Sierra, el forense me ayudó para comprobar que en efecto, él es.

… Su nombre es Diego Byron Figueroa Izaguirre, 20 años. El informe forense señala que murió por asfixia, vestía una camisola de la selección. Sierra encontró elevadas cantidades de alcohol y droga, comisario.

—¿Fabio?

—No siga, comisario, en efecto, revisé sus bolsos, pero no encontré ninguna factura ni nada que se le parezca. Solamente encontramos el codo del boleto de entrada al estadio. En su billetera se encontró una gran cantidad de dinero, más de 500 quetzales, comisario. Además, una fotografía de una muchacha, que responde al nombre de María José, al dorso aparece una dedicatoria para el mayor de los Figueroa. Esta es la foto, miren… En la tal dedicatoria se lee: “para mi gordo lindo, de su gorda, qué valiente es usted”. Lo curioso es que tiene la fecha del mismo sábado de la tragedia. Un par de agentes andan en busca de la chica. Ya calculamos estatura y demás. ¿Qué le parece, comisario?

— (…)

Tras el silencio del comisario, los tres policías decidieron tácitamente terminar con lo que a cada uno le quedaba de comida en los plato. Menos el comisario, claro, que había limpiado hasta lo último con un par de tortillas que la habían hecho de cuchara. Enio y Fabio limpiaron huesos, acabaron con las sopas, las tortillas y el fresco. Cuando doña Carmen, utilizando su oído biónico, escuchó el ruido de los cubiertos contra los platos vacíos, apareció con el cuaderno de apuntes, en el que registraba el crédito diario.

—Ya viene fin de mes, señores, les encargo.

—Bueno señores. La masacre del Mateo Flores va encaminada hacia las autoridades de la Federación y se relaciona con la sobre venta de boletos. Hay un equipo investigando. Nosotros nos enfocaremos en dar con el paradero de los responsables de la masacre de la zona 2. Voy a preparar un informe para el ministro. Continúen con la investigación, pero necesito de que antes que se retiren para sus casas, me llamen, pues espero tener más novedades. Recuerden que estaremos a disposición las veinticuatro horas del día. Buen provecho.

El comisario caminó hacia la sexta avenida. Se detuvo ante un chiclero a quien le pidió 4 bolsas de maní garapiñado. Dio unos pasos hacia el parque Enrique Gómez Carrillo. Mientras subía la gradas, su rostro se baño en sudor. El dedo gordo del pie le recordó el exagerado dolor de la gota. Su cabeza estaba a punto de estallar. En definitiva, su salud andaba mal. La imagen de los dos terrier entre los cadáveres de las sirvientas apareció en su mente. Quién sabe por qué. Muy en el fondo el comisario tenía una corazonada, pero todavía no la tenía clara.

Datos curiosos del comisario Wenceslao Pérez Chanán

  • Lugar de nacimiento: Gualán, Zacapa

  • Cumpleaños: 28 de septiembre, día de San Wenceslao

  • Domicilio: Colonial El Mezquital

  • Casado con: Wendy Rodríguez

  • Hijos: Cinco

  • Mascota: Muñeca, una american pitt bulterrier (el comisario participó en un operativo en un palenque donde realizaban peleas clandestinas de perros. Allí rescató a la perra y luego la llevó a su hogar).

  • Físico: Es de un metro sesenta y cinco de estatura, regordete, su cara es redonda, un ralo bigote le crece sobre los labios de vez en cuando. Es fuerte de brazos y constantemente viste el uniforme y su arma reglamentarios. Padece de ácido úrico, la presión alta y con algunos problemas de corazón.

  • Su equipo de trabajo: Enio y Fabio (ambos nacidos en Oriente), Julia, su secretaria.

  • Amigos: solamente un escritor. Se llama Arturo Castillo, pero lo cambió por Arthur Koestler. Actualmente está detenido en una cárcel en Heredia, Costa Rica, acusado de narcotráfico.


  • Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinadochana

Mira la entrevista con Francisco Alejando Méndez en este enlace


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