Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Resurgir de las cenizas

María Dolores Arias
12 de junio, 2018

A más de una semana de la erupción del Volcán de Fuego hemos escuchado y leído historias de héroes. Aquéllos que tomaron las decisiones correctas aun cuando las circunstancias les eran adversas, como es el caso de Evelyn Ordoñez, gerente del hotel y campo de golf La Reunión que gracias a su oportuna decisión de evacuar el lugar, salvó la vida de más de 300 personas que se encontraban en ese momento en las instalaciones.  

O la historia de Rubén Darío que, con la ayuda de soldados y policías,  rescató a 37 personas entre ellos, su esposa e hijos, cuando las autoridades los daban por muertos y no le permitían ingresar al lugar.  O las historias de rescatistas que lograron rescatar con vida a personas, incluida una bebé, y animales. Aquéllos rescatistas que recuperaron los cuerpos de los familiares que fallecieron en ese lugar.

Historias de aquéllos que desde sus posibilidades, acorde a sus talentos y habilidades ayudaron a las víctimas de este desastre natural. Como las mujeres del Cantón Paoj, San Sebastián, Retalhuleu que donaron dos mil tamalitos de chipilín para los damnificados, la señora que llevó  dos pares de botas para rescatistas o las empresas que donaron cientos de botas también para los rescatistas.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Muchas historias que ya han sido contadas, las cuales demuestran que en medio de esta tragedia, hay muchas cosas buenas que hacen menos pesado el ambiente. Como lo comentaba anteriormente, “Los desastres naturales ponen a prueba la fortaleza de carácter del ser humano, sacan a flote las virtudes y los vicios de quienes lo padecen. Sale lo mejor y lo peor de nuestra especie. Nos enteramos de historias de héroes que hacen menos difícil sobrellevar la tragedia y nos conmueven.

La grandeza de estas historias me hace reflexionar, si serán iguales las historias de reconstrucción que recordaremos. La reconstrucción es una fase muy importante, ya que se juega el futuro de los damnificados, el futuro de quienes se quedaron sin nada.  Es entonces, cuando me pregunto ¿a qué velocidad queremos reconstruir?

La velocidad de reconstrucción está estrechamente relacionada con la velocidad con la cual los ciudadanos podamos generar riqueza, ya sea a través de empleos o emprendimientos propios. Riqueza que se genera por la inversión directa, ya sea extranjera o local.

Es importante comprender que la recuperación real, sostenible y de largo plazo vendrá de los ciudadanos, de la riqueza que podamos generar y de la rapidez con la que podamos generarla.  Algunos, le dirán que es el gobierno quien deberá aumentar el gasto público para incentivar la economía. Sin embargo, no le dirán que para aumentar el gasto público deberán subir impuestos o endeudarnos, que a largo plazo son más impuestos.

Actualmente ya se discute en el Congreso aprobar un préstamo por Q1,850 millones con la excusa de que una parte de ella, menos de la mitad se usará para la reconstrucción. Muy probablemente querrán hacerle creer que es por el bien de los damnificados, que el dinero servirá para atender a las víctimas y la infraestructura vial.

Pero ¿acaso no existe ya un ministerio de desarrollo social con presupuesto de más de Q900 millones? ¿O un ministerio de comunicaciones con un presupuesto de más de Q4,000millones? ¿O secretarías y otras dependencias con más de Q1 mil millones asignados? ¿O los casi Q400 millones asignados para atención a desastres y gestión de riesgos?

Si los diputados realmente están preocupados por el futuro de los damnificados podrían empezar pidiéndole al Ejecutivo que en lugar de solicitar más deuda, les entreguen una propuesta de readecuación presupuestaria con el propósito de utilizar mejor los recursos que ya se aprobaron.

La velocidad de reconstrucción y la posibilidad de poder rehacer las pérdidas materiales de las víctimas dependerá de la rapidez en aprobar reformas que incentiven la generación de riqueza. Insisto, es importante que comprendamos que la recuperación vendrá de la riqueza que generemos los ciudadanos, el tiempo que nos lleve dependerá de la cantidad de obstáculos que nos ponga el gobierno.

No es con más deuda pública como lograremos salir adelante sino por el contrario es aligerando la pesada carga del gobierno y dejándonos en libertad que lograremos, como el ave fénix, resurgir de las cenizas.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Resurgir de las cenizas

María Dolores Arias
12 de junio, 2018

A más de una semana de la erupción del Volcán de Fuego hemos escuchado y leído historias de héroes. Aquéllos que tomaron las decisiones correctas aun cuando las circunstancias les eran adversas, como es el caso de Evelyn Ordoñez, gerente del hotel y campo de golf La Reunión que gracias a su oportuna decisión de evacuar el lugar, salvó la vida de más de 300 personas que se encontraban en ese momento en las instalaciones.  

O la historia de Rubén Darío que, con la ayuda de soldados y policías,  rescató a 37 personas entre ellos, su esposa e hijos, cuando las autoridades los daban por muertos y no le permitían ingresar al lugar.  O las historias de rescatistas que lograron rescatar con vida a personas, incluida una bebé, y animales. Aquéllos rescatistas que recuperaron los cuerpos de los familiares que fallecieron en ese lugar.

Historias de aquéllos que desde sus posibilidades, acorde a sus talentos y habilidades ayudaron a las víctimas de este desastre natural. Como las mujeres del Cantón Paoj, San Sebastián, Retalhuleu que donaron dos mil tamalitos de chipilín para los damnificados, la señora que llevó  dos pares de botas para rescatistas o las empresas que donaron cientos de botas también para los rescatistas.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Muchas historias que ya han sido contadas, las cuales demuestran que en medio de esta tragedia, hay muchas cosas buenas que hacen menos pesado el ambiente. Como lo comentaba anteriormente, “Los desastres naturales ponen a prueba la fortaleza de carácter del ser humano, sacan a flote las virtudes y los vicios de quienes lo padecen. Sale lo mejor y lo peor de nuestra especie. Nos enteramos de historias de héroes que hacen menos difícil sobrellevar la tragedia y nos conmueven.

La grandeza de estas historias me hace reflexionar, si serán iguales las historias de reconstrucción que recordaremos. La reconstrucción es una fase muy importante, ya que se juega el futuro de los damnificados, el futuro de quienes se quedaron sin nada.  Es entonces, cuando me pregunto ¿a qué velocidad queremos reconstruir?

La velocidad de reconstrucción está estrechamente relacionada con la velocidad con la cual los ciudadanos podamos generar riqueza, ya sea a través de empleos o emprendimientos propios. Riqueza que se genera por la inversión directa, ya sea extranjera o local.

Es importante comprender que la recuperación real, sostenible y de largo plazo vendrá de los ciudadanos, de la riqueza que podamos generar y de la rapidez con la que podamos generarla.  Algunos, le dirán que es el gobierno quien deberá aumentar el gasto público para incentivar la economía. Sin embargo, no le dirán que para aumentar el gasto público deberán subir impuestos o endeudarnos, que a largo plazo son más impuestos.

Actualmente ya se discute en el Congreso aprobar un préstamo por Q1,850 millones con la excusa de que una parte de ella, menos de la mitad se usará para la reconstrucción. Muy probablemente querrán hacerle creer que es por el bien de los damnificados, que el dinero servirá para atender a las víctimas y la infraestructura vial.

Pero ¿acaso no existe ya un ministerio de desarrollo social con presupuesto de más de Q900 millones? ¿O un ministerio de comunicaciones con un presupuesto de más de Q4,000millones? ¿O secretarías y otras dependencias con más de Q1 mil millones asignados? ¿O los casi Q400 millones asignados para atención a desastres y gestión de riesgos?

Si los diputados realmente están preocupados por el futuro de los damnificados podrían empezar pidiéndole al Ejecutivo que en lugar de solicitar más deuda, les entreguen una propuesta de readecuación presupuestaria con el propósito de utilizar mejor los recursos que ya se aprobaron.

La velocidad de reconstrucción y la posibilidad de poder rehacer las pérdidas materiales de las víctimas dependerá de la rapidez en aprobar reformas que incentiven la generación de riqueza. Insisto, es importante que comprendamos que la recuperación vendrá de la riqueza que generemos los ciudadanos, el tiempo que nos lleve dependerá de la cantidad de obstáculos que nos ponga el gobierno.

No es con más deuda pública como lograremos salir adelante sino por el contrario es aligerando la pesada carga del gobierno y dejándonos en libertad que lograremos, como el ave fénix, resurgir de las cenizas.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo