“El odio y la violencia sobre la base de la religión no pueden tener lugar en nuestra sociedad”, dijo por medio de un comunicado Jeff Sessions, fiscal general.
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El sospechoso fue identificado como Robert Bowers, un supremacista blanco de 46 años, habría gritado durante el tiroteo: “Todos los judíos deben morir”.
El ataque ocurrió en la congregación judía Tree of Life en Squirrel Hill. El tirador usó un fusil de asalto AR-15 y unapistola Glock.
A Bower también se le encontró un arma adicional atada al tobillo y una pistola en la cintura, indica la Policía.
El ataque ocurrió en la sinagoga Tree of Life en la ciudad de Pittsburgh, EE. UU.
En el ataque 11 personas inocentes fueron asesinadas de manera repentina y brutal durante los servicios religiosos que se realizaban en una sinagoga de Pittsburgh, en el noreste de EE. UU.
El Departamento de Justicia señaló que presentará delitos de odio y otros cargos penales contra el acusado, incluidos los cargos que podrían conducir a la pena de muerte.
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“Se continuará apoyando a nuestros socios estatales y locales y continuaremos aplicando toda la fuerza de la ley contra cualquier persona que viole los derechos civiles del pueblo estadounidense”, se lee en el documento oficial.
“Hubo 11 muertos en el tiroteo”, indicó Wendell Hissrich, director de Seguridad Pública de Pittsburgh, en una conferencia de prensa, donde indicó que hubo seis heridos, entre ellos cuatro policías.
Cero tolerancia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció por medio de su cuenta de Twitter. “No debe haber tolerancia para el antisemitismo”, indicó horas después de que un se diera el ataque en la sinanoga.
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