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“Ayn Rand lo dijo”, no es un argumento.

Mario Winter
23 de enero, 2019

Mi amigo Craig Biddle, editor de la revistaThe Objective Standard, escribió unartículo intitulado «“Ayn Rand Said” Is Not an Argument» (“Ayn Rand lo dijo” Noes un Argumento), con el que coincido totalmente.  Allí expone que algunos seguidores de AynRand, responden ocasionalmente a algún argumento que él o alguien ha hecho conel contraargumento: “Pero Ayn Rand dijo…” –como si el hecho de que Randcomentara sobre un tema parecido o relacionado la convirtiera en la fuente dela verdad en el asunto.

Aunque Rand dio argumentos basados enevidencia para formular sus principios filosóficos, también emitió juicios deopinión que son discutibles.  Biddle diceque los que usan como argumentos esas falacias, emiten “argumentos” como:

• Rand dijo que la homosexualidad esinmoral, por tanto es inmoral.

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•Rand dijo que la música de Beethoven esmalevolente, por tanto es malevolente.

•Rand dijo que una mujer que busca serpresidente, estaría por ese mismo hecho, psicológicamente descalificada para eltrabajo, entonces eso es verdad.

Tales aseveraciones no son argumentos, sinofalacias.  De hecho son casos de lafalacia ipse dixit o apelar a laautoridad.  Esta forma de argumentarniega las virtudes Objetivistas de racionalidad e independencia.  Esencialmente la racionalidad consiste enidentificar con objetividad la realidad, en basar las convicciones y accionesen los hechos, en como son las cosas, tan bien como pueda uno discernirlos.  La Independencia de criterio es el hábito deformar uno sus propios juicios, basados en los hechos.  Es vivir activamente, razonando yresponsabilizándose de los pensamientos propios, en lugar de reciclar lasopiniones de otros y mantener una pasiva conformidad con las creencias de losdemás.  Es el hábito de valorar la verdad,y ésta, la verdad, es una relación que tiene una parte de un todo cognitivo conlos hechos de la realidad, cuando esa proposición expresa en términosconceptuales un reconocimiento de esos hechos. Por el contrario, una proposición es falsa cuando contradice cualquierhecho.  La Independencia es aceptar quenada sino la mente de cada uno, individualmente, es la que puede llevar a caboese proceso delicado, complejo y crucial de identificación, de entender, que esel pensar.  Nada puede dirigir eseproceso sino la voluntad y juicio propios.  Pensar es una acción volitiva.  Enfocar la mente en el proceso de deliberar esuna acción volitiva.  Deliberar esaplicar el juicio propio.  Y nada puededirigir el juicio propio sino la integridad moral –que es rehusarse a fingirque las cosas son distintas de como son.

Desde luego dice Biddle, pocas personashacen tales apelaciones a la autoridad tan directamente. Típicamente, susapelaciones se esconden dentro de una verborrea adicional. Pero ya sea, abiertao escondida, la apelación a la autoridad es una apelación a la autoridad, y portanto, una falacia. Biddle da un par de ejemplos de lectores que le han escritousando tal falacia, pero yo citaré sólo uno:

“Habíamos impreso una foto de Martin LutherKing Jr., con esta cita de su discurso ‘A Proper Sense of Priorities’:

«La cobardía pregunta, “¿Es seguro?” Laconveniencia pregunta, “¿Es político?” La vanidad pregunta, “¿Es popular?” Perola conciencia pregunta. “¿Es correcto?” Y entonces llega un momento cuando unodebe tomar una posición que ni es segura, ni es política, ni es popular –perouno debe tomarla porque es correcta.»”

En respuesta a esa publicación, un lectorpublicó esta cita de Ayn Rand, seguida por un comentario propio:

«“Es muy tarde para adquirir esperanzas degestos, afirmaciones o eventos singulares fuera de contexto.  Actos de racionalidad individuales pueden serimportantes, talvez más importantes que nunca, pero sólo si son parte de lapolítica filosófica consistente de un hombre.  Notas aleatorias (aun si pudiesen encontrarse)no pueden salvarnos ni inspirarnos hoy.

No puedo comunicar hasta qué punto desearíayo que fuera posible publicar un ‘Archivo de Logros’ o reportar con másfrecuencia eventos positivos.  Pero –‘esmás temprano de lo que piensas.’ Imprimir las así llamadas citas ‘inspiradoras’ de fuentes aleatoriassería peor que inútil: implicaría una aprobación que no podemos otorgarle aesas fuentes.” –The Objectivist,Marzo 1967, página 238 de la antología.

Ayn Rand escribió esto el mismo año queMartin Luther King dio su discurso conteniendo esas palabras. ¿Tal vez seaconveniente tener esto en mente la próxima vez que ustedes se sientan con ganasde compartir algo dicho por alguien cuya filosofía básica sea totalmenteantitética al Objetivismo, como la del Dr. King?»

Aquí la apelación a la autoridad vaacompañada de una aserción que en esencia significa: “¡Rand no estaría deacuerdo con lo que ustedes hicieron aquí, debería darles vergüenza!” El usar laapelación a la autoridad con la intención de avergonzar a la gente es caer enotra falacia adicional, que irónicamente Rand identificó y llamó “el argumentode intimidación.”

Biddle le respondió, tan educadamente comopudo de la siguiente manera:

“[Nombre de a quien se dirige], losescritores y editores de TOS no están de acuerdo con todo lo que Ayn Randescribió o dijo.  De acuerdo a la citaque puso usted de ella, no deberíamos tomar inspiración de o imprimir citas deThomas Jefferson porque él tenía esclavos y por tanto no tenía una filosofíaconsistente con respecto a defender los derechos individuales.

El propósito de compartir esta cita de MLKes porque es una afirmación excelente por un hombre, que aunque imperfecto,tenía algunas cualidades y virtudes muy admirables.”

Como comenta Biddle en relación a esoscomentarios falaces, el principio que los comentaristas no han pescado, es quela verdad no es el reconocimiento de las palabras de Rand, sino laidentificación de la realidad.  Desdeluego, identificar la realidad es muchas veces más difícil que citar de unlibro sobre un asunto particular.  Por unlado, identificar la realidad requiere identificar el contexto relevantealrededor del asunto en cuestión.  Esecontexto es parte de la realidad.  Esparte de lo que uno debe tomar en cuenta si el propósito de uno es conocer laverdad.

Aquellos que tratan a Rand como laautoridad final en materia de ética, política, estética o cualquier otra cosa(con excepción de lo que califica como parte de su filosofía), malentienden elObjetivismo.  También exhiben un gradopeligroso de mentalidad de segunda mano y de seguidores de un culto.

No hay nada de malo en citar a Rand o acualquier otro en un argumento, si la cita refuerza la propia evidencia que unopresenta.  Como dice Biddle en suartículo, uno puede muy bien y legítimamente citar a Charles Darwin cuando seargumenta sobre la teoría de la evolución, o a Ludwig von Mises cuando seargumenta sobre la practicidad del mercado libre, o a Ayn Rand cuando seargumenta por una posición donde sus ideas filosóficas aplican.

Pero citar a Rand como si fuera la autoridad final en algún asunto es una apelación a la autoridad y un abandono de la lógica.  Si uno no puede sostener y fundamentar su argumento con evidencia y lógica, entonces uno no tiene argumento alguno.  Discutir sobre ética, política y otros asuntos complejos, requiere que uno piense por sí mismo, que uno encuentre el contexto relevante, y que uno se comprometa a seguir la evidencia y la lógica –a donde sea que lleven.  Esta es la manera de amarrar el pensamiento propio a la realidad, de conseguir que nuestras elecciones y acciones sirvan a nuestra vida.  Y esta es la manera en que Ayn Rand desarrolló el Objetivismo.


República es ajena a la opinión expresada en este artículo

“Ayn Rand lo dijo”, no es un argumento.

Mario Winter
23 de enero, 2019

Mi amigo Craig Biddle, editor de la revistaThe Objective Standard, escribió unartículo intitulado «“Ayn Rand Said” Is Not an Argument» (“Ayn Rand lo dijo” Noes un Argumento), con el que coincido totalmente.  Allí expone que algunos seguidores de AynRand, responden ocasionalmente a algún argumento que él o alguien ha hecho conel contraargumento: “Pero Ayn Rand dijo…” –como si el hecho de que Randcomentara sobre un tema parecido o relacionado la convirtiera en la fuente dela verdad en el asunto.

Aunque Rand dio argumentos basados enevidencia para formular sus principios filosóficos, también emitió juicios deopinión que son discutibles.  Biddle diceque los que usan como argumentos esas falacias, emiten “argumentos” como:

• Rand dijo que la homosexualidad esinmoral, por tanto es inmoral.

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•Rand dijo que la música de Beethoven esmalevolente, por tanto es malevolente.

•Rand dijo que una mujer que busca serpresidente, estaría por ese mismo hecho, psicológicamente descalificada para eltrabajo, entonces eso es verdad.

Tales aseveraciones no son argumentos, sinofalacias.  De hecho son casos de lafalacia ipse dixit o apelar a laautoridad.  Esta forma de argumentarniega las virtudes Objetivistas de racionalidad e independencia.  Esencialmente la racionalidad consiste enidentificar con objetividad la realidad, en basar las convicciones y accionesen los hechos, en como son las cosas, tan bien como pueda uno discernirlos.  La Independencia de criterio es el hábito deformar uno sus propios juicios, basados en los hechos.  Es vivir activamente, razonando yresponsabilizándose de los pensamientos propios, en lugar de reciclar lasopiniones de otros y mantener una pasiva conformidad con las creencias de losdemás.  Es el hábito de valorar la verdad,y ésta, la verdad, es una relación que tiene una parte de un todo cognitivo conlos hechos de la realidad, cuando esa proposición expresa en términosconceptuales un reconocimiento de esos hechos. Por el contrario, una proposición es falsa cuando contradice cualquierhecho.  La Independencia es aceptar quenada sino la mente de cada uno, individualmente, es la que puede llevar a caboese proceso delicado, complejo y crucial de identificación, de entender, que esel pensar.  Nada puede dirigir eseproceso sino la voluntad y juicio propios.  Pensar es una acción volitiva.  Enfocar la mente en el proceso de deliberar esuna acción volitiva.  Deliberar esaplicar el juicio propio.  Y nada puededirigir el juicio propio sino la integridad moral –que es rehusarse a fingirque las cosas son distintas de como son.

Desde luego dice Biddle, pocas personashacen tales apelaciones a la autoridad tan directamente. Típicamente, susapelaciones se esconden dentro de una verborrea adicional. Pero ya sea, abiertao escondida, la apelación a la autoridad es una apelación a la autoridad, y portanto, una falacia. Biddle da un par de ejemplos de lectores que le han escritousando tal falacia, pero yo citaré sólo uno:

“Habíamos impreso una foto de Martin LutherKing Jr., con esta cita de su discurso ‘A Proper Sense of Priorities’:

«La cobardía pregunta, “¿Es seguro?” Laconveniencia pregunta, “¿Es político?” La vanidad pregunta, “¿Es popular?” Perola conciencia pregunta. “¿Es correcto?” Y entonces llega un momento cuando unodebe tomar una posición que ni es segura, ni es política, ni es popular –perouno debe tomarla porque es correcta.»”

En respuesta a esa publicación, un lectorpublicó esta cita de Ayn Rand, seguida por un comentario propio:

«“Es muy tarde para adquirir esperanzas degestos, afirmaciones o eventos singulares fuera de contexto.  Actos de racionalidad individuales pueden serimportantes, talvez más importantes que nunca, pero sólo si son parte de lapolítica filosófica consistente de un hombre.  Notas aleatorias (aun si pudiesen encontrarse)no pueden salvarnos ni inspirarnos hoy.

No puedo comunicar hasta qué punto desearíayo que fuera posible publicar un ‘Archivo de Logros’ o reportar con másfrecuencia eventos positivos.  Pero –‘esmás temprano de lo que piensas.’ Imprimir las así llamadas citas ‘inspiradoras’ de fuentes aleatoriassería peor que inútil: implicaría una aprobación que no podemos otorgarle aesas fuentes.” –The Objectivist,Marzo 1967, página 238 de la antología.

Ayn Rand escribió esto el mismo año queMartin Luther King dio su discurso conteniendo esas palabras. ¿Tal vez seaconveniente tener esto en mente la próxima vez que ustedes se sientan con ganasde compartir algo dicho por alguien cuya filosofía básica sea totalmenteantitética al Objetivismo, como la del Dr. King?»

Aquí la apelación a la autoridad vaacompañada de una aserción que en esencia significa: “¡Rand no estaría deacuerdo con lo que ustedes hicieron aquí, debería darles vergüenza!” El usar laapelación a la autoridad con la intención de avergonzar a la gente es caer enotra falacia adicional, que irónicamente Rand identificó y llamó “el argumentode intimidación.”

Biddle le respondió, tan educadamente comopudo de la siguiente manera:

“[Nombre de a quien se dirige], losescritores y editores de TOS no están de acuerdo con todo lo que Ayn Randescribió o dijo.  De acuerdo a la citaque puso usted de ella, no deberíamos tomar inspiración de o imprimir citas deThomas Jefferson porque él tenía esclavos y por tanto no tenía una filosofíaconsistente con respecto a defender los derechos individuales.

El propósito de compartir esta cita de MLKes porque es una afirmación excelente por un hombre, que aunque imperfecto,tenía algunas cualidades y virtudes muy admirables.”

Como comenta Biddle en relación a esoscomentarios falaces, el principio que los comentaristas no han pescado, es quela verdad no es el reconocimiento de las palabras de Rand, sino laidentificación de la realidad.  Desdeluego, identificar la realidad es muchas veces más difícil que citar de unlibro sobre un asunto particular.  Por unlado, identificar la realidad requiere identificar el contexto relevantealrededor del asunto en cuestión.  Esecontexto es parte de la realidad.  Esparte de lo que uno debe tomar en cuenta si el propósito de uno es conocer laverdad.

Aquellos que tratan a Rand como laautoridad final en materia de ética, política, estética o cualquier otra cosa(con excepción de lo que califica como parte de su filosofía), malentienden elObjetivismo.  También exhiben un gradopeligroso de mentalidad de segunda mano y de seguidores de un culto.

No hay nada de malo en citar a Rand o acualquier otro en un argumento, si la cita refuerza la propia evidencia que unopresenta.  Como dice Biddle en suartículo, uno puede muy bien y legítimamente citar a Charles Darwin cuando seargumenta sobre la teoría de la evolución, o a Ludwig von Mises cuando seargumenta sobre la practicidad del mercado libre, o a Ayn Rand cuando seargumenta por una posición donde sus ideas filosóficas aplican.

Pero citar a Rand como si fuera la autoridad final en algún asunto es una apelación a la autoridad y un abandono de la lógica.  Si uno no puede sostener y fundamentar su argumento con evidencia y lógica, entonces uno no tiene argumento alguno.  Discutir sobre ética, política y otros asuntos complejos, requiere que uno piense por sí mismo, que uno encuentre el contexto relevante, y que uno se comprometa a seguir la evidencia y la lógica –a donde sea que lleven.  Esta es la manera de amarrar el pensamiento propio a la realidad, de conseguir que nuestras elecciones y acciones sirvan a nuestra vida.  Y esta es la manera en que Ayn Rand desarrolló el Objetivismo.


República es ajena a la opinión expresada en este artículo