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Los damnificados por Iota y Eta en Honduras piden ayuda mientras siguen los derrumbes

Edgar Quiñónez
26 de noviembre, 2020

Miles de damnificados hondureños de las tormentas tropicales Iota y Eta, a las que sumaron otras precipitaciones que han azotado la región noroccidental del país, claman por ayuda en sus comunidades destruidas o en albergues, mientras que en algunas regiones los derrumbes de cerros siguen causando destrozos.

Alcaldes y pobladores de varios municipios de departamentos como Ocotepeque, Copán, Santa Bárbara, Lempira, Intibucá y La Paz, todos en el occidente del país, piden ayuda para rehabilitar carreteras, puentes, restablecer los servicios de agua potable y energía eléctrica, entre otros.

El mismo llamado hacen en los departamentos de Cortés, Yoro, Atlántida, Colón y Gracias, en el norte y toda la región caribeña de Honduras, donde en algunas comunidades todavía hay partes bajas inundadas o incomunicadas, por el desbordamiento de ríos caudalosos.

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Los dos fenómenos naturales también causaron daños en los orientales departamentos de Olancho y El Paraíso, este último por donde entró Iota; y en menor grado en Comayagua y Francisco Morazán, en el centro; y Choluteca y Valle, en el sur, por donde salió el fenómeno natural en ruta hacia el Pacífico.

En algunos municipios los damnificados piden agua y alimentos, otros la rehabilitación de carreteras y puentes, mientras que los más afectados, que perdieron su casa, claman por una vivienda o un predio seguro donde puedan construir.

Fotografía de EFE/Casa Presidencial.

Daños a la infraestructura

Los departamentos del occidente del país, los mayores productores de café, principal producto de exportación de Honduras, sufren muchos daños en las carreteras de acceso y caminos hacia las zonas altas donde se cultiva el grano.

Hay fincas donde, según sus propietarios, la montaña está “rasgada, con grandes grietas”, causadas por las torrenciales lluvias que en noviembre azotaron a Honduras.

En Tegucigalpa, la capital, las lluvias han dejado deslizamientos de tierra en cerros que la circundan donde viven familias, muchas al cobijo de casas hechas con tablas rústicas y láminas de zinc, que de hecho no están construidas, sino como colgadas, retando a la fuerza de la gravedad.

En pueblos cercanos a la capital, sus habitantes, agricultores en su mayoría, han sufrido daños en los cultivos de hortalizas, frutas, vegetales y flores, entre otros productos.

Fotografía de EFE/Casa Presidencial.

Zona más afectada en Honduras

Aunque los estragos que dejaron las tormentas abarcan la mayoría del país, la zona norte, principalmente la que cubre el extenso y fértil valle de Sula, donde además se localiza la zona más industrial y comercial, y San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, fue la más devastada.

Según fuentes oficiales, más de 3,5 millones de hondureños fueron afectados por las graves inundaciones, que causaron destrozos en toda la infraestructura productiva.

En materia agrícola, por ejemplo, se perdieron miles de hectáreas de banano, caña de azúcar, arroz, maíz, fríjoles, palma africana, cítricos, a lo que se suman otros sectores como la ganadería, granjas avícolas y la destrucción total o parcial de viviendas, carreteras, puentes e industrias, entre otras obras.

En San Pedro Sula, el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales quedó inundado por el inmenso espejo de agua en que quedó convertido todo el valle de Sula. Posiblemente abrirá en diciembre.

El agua ha labrado bases de carreteras de asfalto y concreto hidráulico que se han convertido en trampas que pueden ser mortales, según expertos, si no se trabaja pronto en tareas de reparación.

Información de EFE noticias.

Los damnificados por Iota y Eta en Honduras piden ayuda mientras siguen los derrumbes

Edgar Quiñónez
26 de noviembre, 2020

Miles de damnificados hondureños de las tormentas tropicales Iota y Eta, a las que sumaron otras precipitaciones que han azotado la región noroccidental del país, claman por ayuda en sus comunidades destruidas o en albergues, mientras que en algunas regiones los derrumbes de cerros siguen causando destrozos.

Alcaldes y pobladores de varios municipios de departamentos como Ocotepeque, Copán, Santa Bárbara, Lempira, Intibucá y La Paz, todos en el occidente del país, piden ayuda para rehabilitar carreteras, puentes, restablecer los servicios de agua potable y energía eléctrica, entre otros.

El mismo llamado hacen en los departamentos de Cortés, Yoro, Atlántida, Colón y Gracias, en el norte y toda la región caribeña de Honduras, donde en algunas comunidades todavía hay partes bajas inundadas o incomunicadas, por el desbordamiento de ríos caudalosos.

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Los dos fenómenos naturales también causaron daños en los orientales departamentos de Olancho y El Paraíso, este último por donde entró Iota; y en menor grado en Comayagua y Francisco Morazán, en el centro; y Choluteca y Valle, en el sur, por donde salió el fenómeno natural en ruta hacia el Pacífico.

En algunos municipios los damnificados piden agua y alimentos, otros la rehabilitación de carreteras y puentes, mientras que los más afectados, que perdieron su casa, claman por una vivienda o un predio seguro donde puedan construir.

Fotografía de EFE/Casa Presidencial.

Daños a la infraestructura

Los departamentos del occidente del país, los mayores productores de café, principal producto de exportación de Honduras, sufren muchos daños en las carreteras de acceso y caminos hacia las zonas altas donde se cultiva el grano.

Hay fincas donde, según sus propietarios, la montaña está “rasgada, con grandes grietas”, causadas por las torrenciales lluvias que en noviembre azotaron a Honduras.

En Tegucigalpa, la capital, las lluvias han dejado deslizamientos de tierra en cerros que la circundan donde viven familias, muchas al cobijo de casas hechas con tablas rústicas y láminas de zinc, que de hecho no están construidas, sino como colgadas, retando a la fuerza de la gravedad.

En pueblos cercanos a la capital, sus habitantes, agricultores en su mayoría, han sufrido daños en los cultivos de hortalizas, frutas, vegetales y flores, entre otros productos.

Fotografía de EFE/Casa Presidencial.

Zona más afectada en Honduras

Aunque los estragos que dejaron las tormentas abarcan la mayoría del país, la zona norte, principalmente la que cubre el extenso y fértil valle de Sula, donde además se localiza la zona más industrial y comercial, y San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, fue la más devastada.

Según fuentes oficiales, más de 3,5 millones de hondureños fueron afectados por las graves inundaciones, que causaron destrozos en toda la infraestructura productiva.

En materia agrícola, por ejemplo, se perdieron miles de hectáreas de banano, caña de azúcar, arroz, maíz, fríjoles, palma africana, cítricos, a lo que se suman otros sectores como la ganadería, granjas avícolas y la destrucción total o parcial de viviendas, carreteras, puentes e industrias, entre otras obras.

En San Pedro Sula, el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales quedó inundado por el inmenso espejo de agua en que quedó convertido todo el valle de Sula. Posiblemente abrirá en diciembre.

El agua ha labrado bases de carreteras de asfalto y concreto hidráulico que se han convertido en trampas que pueden ser mortales, según expertos, si no se trabaja pronto en tareas de reparación.

Información de EFE noticias.