Los perros, al igual que los humanos, atraviesan distintos estados de ánimo en función del momento y la situación que viven.

La tristeza, la alegría, el miedo o la ansiedad, son algunas de las sensaciones que compartimos con nuestras mascotas.

Para nuestros amigos de cuatro patas, los ruidos fuertes, las nuevas situaciones y los cambios climáticos pueden ser atemorizantes.

Incapaces de comunicar exactamente qué provoca sus temores, los perros dependen de nosotros para descifrar sus preocupaciones.

¿Cómo calmar a tu perro?

Para minimizar los temores un buen método a emplear es la desensibilización, algo que se puede hacer en casa, pero de manera consistente y compasiva.

Uno de los mayores motivos por los que un perro es ansioso es por cuando ocurre la separación con su dueño. Para un perro, no es necesario estar siempre cerca de su propietario.

De hecho, suele ser una necesidad más para el propio dueño que para la mascota, pero puede generar problemas de apego y la consiguiente ansiedad por separación del animal.

Por tanto, es importante acostumbrar a tu perro a poder quedarse solo un par de horas al día, de preferencia desde edades tempranas cuando aún es cachorro.

Para ayudarle a no sentirse solo y sin una persona de referencia cuando no hay nadie en casa, recomendamos limitar el espacio que ocupa para que ayude a a tu perro a sentirse seguro y protegido.

Puedes conseguirlo adquiriendo una valla para mascotas, parecida a las que se utilizan para niños pequeños y que puedes encontrar fácilmente en las tiendas de mascotas.

Música para calmar

El uso de sonidos de la naturaleza que incluya ruidos moderados de tormentas a menudo puede curar el miedo común a los truenos.

El miedo en perros

Éste puede surgir de un solo incidente. Los ruidos muy fuertes como un globo que explota y la pirotecnia, son desencadenantes comunes del miedo en los perros, evita exponer a tu compañero canino a esas experiencias.

La forma más fácil de evitar el miedo en un perro es acostumbrarlo desde cachorro al mundo que lo rodea. Cuanto más grande sea, más tardará y más difícil le será adaptarse. Llévalo a jugar, al parque y a caminar para que se acostumbre a su entorno.

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