Carlos Sagastume en 2019 se quedó sin empleo debido al coronavirus, y en 2020 inició un negocio de alimentos. Para no tener problemas tributarios y con la ley comenzó las gestiones para registrar el negocio, pero nunca se imaginó que eran demasiados trámites y que no podría hacerlos debido a lo complejo de cada requisito.

El empresario acudió a un despacho de abogados porque era imposible realizar solo la gestión, pero ello significó utilizar parte de su liquidación (Q11 mil aproximados) para pagar ese gasto extra no previsto en su presupuesto.

Información que coincide con la proporcionado por Eduardo Girón, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).

“Si quiere poner un restaurante o comedor en cualquier lugar del país tienen que hacer un estudio de impacto ambiental, necesita un aval municipal e ir a diferentes ministerios para realizar trámites ¡Y todo esto para un pequeño contribuyente, o emprendedor nuevo!”

Eduardo Girón, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala

Agrega que todo esto se convierte en trámites engorrosos que requiere de tiempo y dinero; y muchas veces las personas no saben cómo realizarlos. “Esto lo que conlleva es que los negocios se hagan en la informalidad“.

Además el problema de no tener una empresa formal es que se privan de mecanismos que existen para tener crecimiento dentro de su operación. Por ejemplo, no van a tener la oportunidad de optar a un crédito bancario si están en la informalidad. Por ello es importante que la mayoría de empresas estén en la formalidad para crecer y desarrollarse.

Detractor del desarrollo

Para el presidente de la CIG, uno de los mayores detractores al desarrollo de una pequeña empresa es la cantidad de trámites que al igual que Sagastume, cientos de guatemaltecos realizan en cada uno de los diferentes ministerios del Gobierno, “son demasiados requisitos”.

Por ello asegura que “la Ley de Simplificación de Trámites significa trabajo, empleo formal y el desarrollo de la micro y pequeñas empresas”.

Agrega que esta Ley va facilitar la incorporación de un proyecto nuevo a la formalidad; teniendo como meta la reducción de la cantidad de trámites requeridos en Guatemala para activar una empresa nueva.

“Hemos visto que conforme van pasando los años de una manera u otra se van incrementando los trámites. Por ejemplo, cada ministerio agrega un trámite diferente. En cada municipalidad hay trámites distintos que se requieren para hacer un emprendimiento o un nuevo negocio”.

Eduardo Girón, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG)

Además, considera que si esta situación no se regula, llega un punto donde lo más fácil es crear una actividad económica que está en la informalidad, ya que las personas evitan pasar por todos estos trámites.

Ley antitrámites facilitará los negocios

Girón explica que con la reciente ley aprobada, Guatemala subirá 15 puntos en el Doing Business que evalúa la facilidad para hacer negocios.

Es una buena señal que se haya dado la aprobación de tres leyes importantes para la reactivación económica como la Ley de Leasing, reformas a la Ley de Zonas Francas y la Ley de Simplificación de Trámites, enfatiza.

También dice que en Guatemala el 37% de los trámites requirieron tres o más interacciones para su resolución en el 2018. Y el promedio en América Latina es únicamente del 25% de estos procedimientos.

“Colombia pueden crear una empresa nueva en menos de dos días, mientras que en Guatemala se requieren de varios días”.

Además, considera que las instituciones gubernamentales están “para facilitar la creación de empresas y empleos, no para hacerla más difícil, o ver cómo se cobra un arbitrio adicional”, concluye.

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