En el artículo de la vez anterior se comentó acerca de la importancia que significa contar con un presupuesto, pues es una herramienta que nos sirve y nos ayuda para ordenar nuestras finanzas, sea empresarial, personal o familiar.

En esta ocasión consideramos pertinente hacerlo sobre los elementos o aspectos necesarios en la fase de elaboración de tal presupuesto, específicamente en uno personal o familiar como base para una buena toma de decisiones o para alcanzar la meta que nos estemos trazando, como puede ser, por ejemplo, alcanzar cierto nivel de ahorro.

Para ello se tiene que establecer: Cuál es el período que se quiere presupuestar, si es semanal, mensual o anual; estimar los ingresos que se considera se puedan llegar a obtener, sean fijos o variables; detallar los gastos, subdividiéndolos en fijos (pago de préstamos, alimentación, servicios básicos, entre otros) y variables (gastos médicos, tarjeta de crédito).

Esto es importante por cuanto que, si el deseo es, como se dijo, alcanzar cierto nivel de ahorro, se puede pensar en una reducción de gastos, especialmente en cuanto a los no esenciales.

Por otro lado, es conveniente incluir una cantidad de gastos varios, para cubrir todos aquellos no previstos, tales como alguna actividad familiar, satisfacer deseos pasajeros (antojos), salir a cenar, vestuario. Además, siempre es bueno considerar un fondo de emergencia, para enfrentar cualquier imprevisto económico.

En síntesis, planificar un presupuesto y administrarlo constante y adecuadamente, permite tener disciplina, se aprende a priorizar y ajustar los gastos conforme a los ingresos, identificar y corregir gastos innecesarios, reducir o eliminar deudas y, lo más importante, fijar una meta para realizar una inversión o ahorro, para de esa manera alcanzar una mejor salud financiera.