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El día a día en Nicaragua (primera parte)

Luis Gonzalez
21 de julio, 2018

El día a día en Nicaragua, ESTE ES EL TEMA EN EL BLOG DE HISTORIAS URBANAS DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

Las noticias que recibimos de Nicaragua se centran en los policías y paramilitares leales al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo que derribaron tranques, invadieron pueblos y penetraron en el barrio indígena de Monimbó, cuyos habitantes plantaron cara al orteguismo como ayer lo hicieron frente al somocismo.

Falta enterarnos del sentir y pensar del ciudadano que pasó de la crítica silenciosa a la acción contra el régimen a riesgo de su vida, su trabajo y la tranquilidad de su familia. Con esa idea mandé varias preguntas por correo electrónico a una amiga mía, a quien identificaré como Berta Centeno.

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Es periodista egresada de la Universidad Centroamericana, reside en algún lugar de Managua y asistió a varias de las manifestaciones que fueron disueltas a tiros por los orteguistas.

Berta nos asegura que la oposición apuesta por la resistencia pacífica, la fe mantiene en pie al nicaragüense y el humor les ayuda a alimentar la esperanza de un cambio pese a los sufrimientos de la gente.

Seguro conocés a gente que se fajó contra los Somoza, que enfrentó a la contra y acompañó el «gobierno desde la calle» que alzó Daniel Ortega apenas le entregó la faja presidencial a Violeta Barrios viuda de Chamorro. ¿Qué opinan acerca de lo que sucede desde abril?

Mi mamá fue una de ellas. Dice que no había nadie en los 70 que no estuviera involucrado en esa lucha. Suele comparar algunos hechos y actitudes de Ortega con el Somoza de entonces. Los viejos dicen que Somoza no cruzó ciertas líneas que Ortega ha cruzado. Afirman que es más violento. Ellos son los más seguros del desenlace que tendrá esta historia, pero confían en que Nicaragua no pasará el mismo proceso de los 80 y 90. Nicaragua es un país diferente de aquel: no quedará un país devastado por una guerra civil. El único temor son todas esas armas que van a quedar en manos de delincuentes y la máscara que ha botado la Policía Nacional, cómplice del narcotráfico (buscá la noticia de los furgones cargados de drogas que interceptaron en El Salvador y que salieron de Nicaragua cuando se «liberaron los tranques» de Carazo) y de un gobierno genocida.

¿Es cierto que la mano de Estados Unidos está detrás de los manifestantes, como lo aseguran ciertos sectores de la izquierda continental e insular?

La comunidad de nicas en varios países han organizado eventos y colectas para ayudar a los estudiantes, plantones en embajadas y manifestaciones para llamar la atención sobre lo que sucede. Ese es el financiamiento del que yo conozco.

También se sabe de visitas de altos funcionarios gringos reunidos con Ortega para mediar y hacer presión. La pregunta es ¿por qué los ha recibido y qué han hablado?

Luego de estas reuniones se han visto retrocesos y avances.

La gente de la Alianza también ha buscado apoyo en EUA, sobre todo con la congresista (Ileana) Ros-Lehtinen. La aplicación de la Ley Magnistky y la revocación de visas a funcionarios del gobierno te muestran que a Ortega le pesan los Estados Unidos. Sin embargo, más que movidas diplomáticas y presión internacional, aquí pensamos que no pueden ni deben hacer nada más. Ese creo que es el único consenso: los trapos sucios se lavan en casa.

Guatemala demoró tres meses en pronunciarse acerca de lo que sucede en Nicaragua. Solo Costa Rica ha presionado desde el comienzo. ¿Qué impresión te causa la reacción del Istmo?

Creo que es una impresión generalizada de agradecimiento. Se entiende que cada país tiene una realidad y un contexto particular. Cada cual vive sus propios dramas. Guatemala recién sufrió una catástrofe natural y es normal que estén más concentrados en eso que en los problemas de Nicaragua.

La relación amor-odio con Costa Rica es algo difícil de manejar porque las opiniones son diversas. Yo, particularmente, sé de la xenofobia que existe en Costa Rica hacia los nicas y también me quejo de porqué mis compatriotas eligen irse a dar el lomo en un país donde no nos quieren, un país que históricamente ha ambicionado y cercenado nuestro territorio. Pero tengo amigos que se expresan muy bien de ese país.

En el actual contexto, Costa Rica y Colombia, países con quienes hemos tenido los más duros enfrentamientos, han sido los más arrechos defensores de la causa contra el dictador. El Salvador ha alegado no estar suficientemente informado como para emitir un juicio y Honduras apenas y suena.

En Guatemala se presumió de que no hubo ni un muerto en las manifestaciones que derribaron a la pareja presidencial formada por Otto Pérez y Roxana Baldetti. Ahora estamos bajo el rumbo incierto de la presidencia de Jimmy Morales. ¿Hay líderes fiables en Nicaragua que puedan asegurar la gobernabilidad del país en el posible escenario después de Ortega?

Sí. Vemos caras destacadas en la misma Alianza Cívica: Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga y Michael Healy se mencionan como presidenciables. Son hombres capaces y suficientemente conocidos, podrían sumar votos en las elecciones. Todo dependerá de cómo se conjuguen las fuerzas políticas que de alguna manera han logrado mantener guardadas sus banderas y que no gozan de la aprobación popular por haber sido cómplices de la instauración de una dictadura silenciosa.

Dos campesinos, Francisca Ramírez y Medardo Mairena serían excelentes opciones. Aunque por sus orígenes humildes están menos preparados para dirigir todo un país, la fuerza de carácter y la voluntad que tienen son innegables. Mi fórmula ideal sería doña Francisca de presidenta y Mike Healy de vice.

Me contaste que la gente sigue al tanto las sesiones de la OEA relacionadas con Nicaragua. ¿Cuáles son sus reacciones?

Las reacciones son diversas y muy representativas del espíritu del nica: en los grupos de Whatsapp y en Twitter y en Facebook vas a ver comentarios instantáneos de alguna frase o declaración… así como cuando ven un partido de fútbol y en las redes ves los posts de «gooooool». También ves reacciones en los sitios públicos como en el Food Court de Metrocentro: después de la votación, la gente se emocionó tanto que espontáneamente empezaron a cantar el himno nacional. Hermoso.

Me maravilló la historia del viejito armado con mortero que aparecía en calles del barrio de Monimbó, identificado con San Jerónimo, patrono de Masaya. ¿Cómo se manifiesta la religiosidad popular en estos días?

Puedo decirte que hasta los ateos creen en Dios en estos días. Incluso, el eterno pleito entre católicos y evangélicos prácticamente ha desaparecido. Creo que la fe es lo que nos mantiene en pie y con el espíritu en alto.

Por el otro lado, podés ver gente que sigue apoyando al gobierno y ves actos en contra de la iglesia que son indecibles. Turbas azuzadas por los paramilitares que gritan insultos y obscenidades a los sacerdotes, gente que parece poseída por un demonio de odio e ira. Nos pegamos de nuestros pastores que, desde el principio, hablaron de una batalla espiritual que también se está librando: el bien contra el mal, ángeles contra demonios.

Pese a tanta muerte y enfrentamientos, ¿hay espacio para el escape a través del humor? ¿Hay chistes y memes que lo reflejen?

Las redes están llenas de ellos. En ambos bandos, creo yo. Nos tomamos los insultos con humor: a los marchistas nos llamaron «vandálicos» y ahora es casi un elogio que te digan así. A los empleados estatales y gente progobierno les llamamos «sapos» y el otro día vi una marcha rojinegra en Ocotal en la que la gente llevaba pequeñas máscaras de sapitos verdes junto con sus banderas. También los memes son un fenómeno interesante: no sé quién los haga pero los sacan y los viralizan con una velocidad impresionante. Además son súper ingeniosos.

Es el espíritu del Güegüense. Nos reímos para no llorar y hacemos mofa de nuestra desgracia para encontrar fuerza en la risa y mantener viva la esperanza y el espíritu.

¿Creés que se mantendrá la resistencia pacífica, a pesar de los abusos cometidos por policías y paramilitares?

Creo que sí. El llamado a no caer en la tentación de la violencia está siempre presente en los líderes y los pastores. Se han registrado eventos violentos por parte de los autoconvocados, pero no es la tónica generalizada. Son hechos muy aislados y han sucedido en las zonas más asediadas: un paramilitar quemado en los barrios orientales de Managua el mismo día en que murió una familia calcinada dentro de su casa, un agente quemado en Masaya, después de varios días bajo asedio de los paramilitares y policías.

Sin embargo, las armas de los autoconvocados siguen siendo mayormente los morteros, hechizas y tiradoras. Paros, marchas, plantones, barricadas, zanjas y tranques para la autodefensa. Si lo comparás con las armas de alto calibre de los policías y paramilitares, no es nada. Desobediencia civil es la consigna.

Fotografía tomada de La Prensa

El día a día en Nicaragua (primera parte)

Luis Gonzalez
21 de julio, 2018

El día a día en Nicaragua, ESTE ES EL TEMA EN EL BLOG DE HISTORIAS URBANAS DE JOSÉ VICENTE SOLÓRZANO AGUILAR.

Las noticias que recibimos de Nicaragua se centran en los policías y paramilitares leales al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo que derribaron tranques, invadieron pueblos y penetraron en el barrio indígena de Monimbó, cuyos habitantes plantaron cara al orteguismo como ayer lo hicieron frente al somocismo.

Falta enterarnos del sentir y pensar del ciudadano que pasó de la crítica silenciosa a la acción contra el régimen a riesgo de su vida, su trabajo y la tranquilidad de su familia. Con esa idea mandé varias preguntas por correo electrónico a una amiga mía, a quien identificaré como Berta Centeno.

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Es periodista egresada de la Universidad Centroamericana, reside en algún lugar de Managua y asistió a varias de las manifestaciones que fueron disueltas a tiros por los orteguistas.

Berta nos asegura que la oposición apuesta por la resistencia pacífica, la fe mantiene en pie al nicaragüense y el humor les ayuda a alimentar la esperanza de un cambio pese a los sufrimientos de la gente.

Seguro conocés a gente que se fajó contra los Somoza, que enfrentó a la contra y acompañó el «gobierno desde la calle» que alzó Daniel Ortega apenas le entregó la faja presidencial a Violeta Barrios viuda de Chamorro. ¿Qué opinan acerca de lo que sucede desde abril?

Mi mamá fue una de ellas. Dice que no había nadie en los 70 que no estuviera involucrado en esa lucha. Suele comparar algunos hechos y actitudes de Ortega con el Somoza de entonces. Los viejos dicen que Somoza no cruzó ciertas líneas que Ortega ha cruzado. Afirman que es más violento. Ellos son los más seguros del desenlace que tendrá esta historia, pero confían en que Nicaragua no pasará el mismo proceso de los 80 y 90. Nicaragua es un país diferente de aquel: no quedará un país devastado por una guerra civil. El único temor son todas esas armas que van a quedar en manos de delincuentes y la máscara que ha botado la Policía Nacional, cómplice del narcotráfico (buscá la noticia de los furgones cargados de drogas que interceptaron en El Salvador y que salieron de Nicaragua cuando se «liberaron los tranques» de Carazo) y de un gobierno genocida.

¿Es cierto que la mano de Estados Unidos está detrás de los manifestantes, como lo aseguran ciertos sectores de la izquierda continental e insular?

La comunidad de nicas en varios países han organizado eventos y colectas para ayudar a los estudiantes, plantones en embajadas y manifestaciones para llamar la atención sobre lo que sucede. Ese es el financiamiento del que yo conozco.

También se sabe de visitas de altos funcionarios gringos reunidos con Ortega para mediar y hacer presión. La pregunta es ¿por qué los ha recibido y qué han hablado?

Luego de estas reuniones se han visto retrocesos y avances.

La gente de la Alianza también ha buscado apoyo en EUA, sobre todo con la congresista (Ileana) Ros-Lehtinen. La aplicación de la Ley Magnistky y la revocación de visas a funcionarios del gobierno te muestran que a Ortega le pesan los Estados Unidos. Sin embargo, más que movidas diplomáticas y presión internacional, aquí pensamos que no pueden ni deben hacer nada más. Ese creo que es el único consenso: los trapos sucios se lavan en casa.

Guatemala demoró tres meses en pronunciarse acerca de lo que sucede en Nicaragua. Solo Costa Rica ha presionado desde el comienzo. ¿Qué impresión te causa la reacción del Istmo?

Creo que es una impresión generalizada de agradecimiento. Se entiende que cada país tiene una realidad y un contexto particular. Cada cual vive sus propios dramas. Guatemala recién sufrió una catástrofe natural y es normal que estén más concentrados en eso que en los problemas de Nicaragua.

La relación amor-odio con Costa Rica es algo difícil de manejar porque las opiniones son diversas. Yo, particularmente, sé de la xenofobia que existe en Costa Rica hacia los nicas y también me quejo de porqué mis compatriotas eligen irse a dar el lomo en un país donde no nos quieren, un país que históricamente ha ambicionado y cercenado nuestro territorio. Pero tengo amigos que se expresan muy bien de ese país.

En el actual contexto, Costa Rica y Colombia, países con quienes hemos tenido los más duros enfrentamientos, han sido los más arrechos defensores de la causa contra el dictador. El Salvador ha alegado no estar suficientemente informado como para emitir un juicio y Honduras apenas y suena.

En Guatemala se presumió de que no hubo ni un muerto en las manifestaciones que derribaron a la pareja presidencial formada por Otto Pérez y Roxana Baldetti. Ahora estamos bajo el rumbo incierto de la presidencia de Jimmy Morales. ¿Hay líderes fiables en Nicaragua que puedan asegurar la gobernabilidad del país en el posible escenario después de Ortega?

Sí. Vemos caras destacadas en la misma Alianza Cívica: Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga y Michael Healy se mencionan como presidenciables. Son hombres capaces y suficientemente conocidos, podrían sumar votos en las elecciones. Todo dependerá de cómo se conjuguen las fuerzas políticas que de alguna manera han logrado mantener guardadas sus banderas y que no gozan de la aprobación popular por haber sido cómplices de la instauración de una dictadura silenciosa.

Dos campesinos, Francisca Ramírez y Medardo Mairena serían excelentes opciones. Aunque por sus orígenes humildes están menos preparados para dirigir todo un país, la fuerza de carácter y la voluntad que tienen son innegables. Mi fórmula ideal sería doña Francisca de presidenta y Mike Healy de vice.

Me contaste que la gente sigue al tanto las sesiones de la OEA relacionadas con Nicaragua. ¿Cuáles son sus reacciones?

Las reacciones son diversas y muy representativas del espíritu del nica: en los grupos de Whatsapp y en Twitter y en Facebook vas a ver comentarios instantáneos de alguna frase o declaración… así como cuando ven un partido de fútbol y en las redes ves los posts de «gooooool». También ves reacciones en los sitios públicos como en el Food Court de Metrocentro: después de la votación, la gente se emocionó tanto que espontáneamente empezaron a cantar el himno nacional. Hermoso.

Me maravilló la historia del viejito armado con mortero que aparecía en calles del barrio de Monimbó, identificado con San Jerónimo, patrono de Masaya. ¿Cómo se manifiesta la religiosidad popular en estos días?

Puedo decirte que hasta los ateos creen en Dios en estos días. Incluso, el eterno pleito entre católicos y evangélicos prácticamente ha desaparecido. Creo que la fe es lo que nos mantiene en pie y con el espíritu en alto.

Por el otro lado, podés ver gente que sigue apoyando al gobierno y ves actos en contra de la iglesia que son indecibles. Turbas azuzadas por los paramilitares que gritan insultos y obscenidades a los sacerdotes, gente que parece poseída por un demonio de odio e ira. Nos pegamos de nuestros pastores que, desde el principio, hablaron de una batalla espiritual que también se está librando: el bien contra el mal, ángeles contra demonios.

Pese a tanta muerte y enfrentamientos, ¿hay espacio para el escape a través del humor? ¿Hay chistes y memes que lo reflejen?

Las redes están llenas de ellos. En ambos bandos, creo yo. Nos tomamos los insultos con humor: a los marchistas nos llamaron «vandálicos» y ahora es casi un elogio que te digan así. A los empleados estatales y gente progobierno les llamamos «sapos» y el otro día vi una marcha rojinegra en Ocotal en la que la gente llevaba pequeñas máscaras de sapitos verdes junto con sus banderas. También los memes son un fenómeno interesante: no sé quién los haga pero los sacan y los viralizan con una velocidad impresionante. Además son súper ingeniosos.

Es el espíritu del Güegüense. Nos reímos para no llorar y hacemos mofa de nuestra desgracia para encontrar fuerza en la risa y mantener viva la esperanza y el espíritu.

¿Creés que se mantendrá la resistencia pacífica, a pesar de los abusos cometidos por policías y paramilitares?

Creo que sí. El llamado a no caer en la tentación de la violencia está siempre presente en los líderes y los pastores. Se han registrado eventos violentos por parte de los autoconvocados, pero no es la tónica generalizada. Son hechos muy aislados y han sucedido en las zonas más asediadas: un paramilitar quemado en los barrios orientales de Managua el mismo día en que murió una familia calcinada dentro de su casa, un agente quemado en Masaya, después de varios días bajo asedio de los paramilitares y policías.

Sin embargo, las armas de los autoconvocados siguen siendo mayormente los morteros, hechizas y tiradoras. Paros, marchas, plantones, barricadas, zanjas y tranques para la autodefensa. Si lo comparás con las armas de alto calibre de los policías y paramilitares, no es nada. Desobediencia civil es la consigna.

Fotografía tomada de La Prensa