En tiempos recientes ha sido muy común ver como españoles (Pedro T.), mejicanos (Ma. Dolores) entre otros, están participando en la vida política de Guatemala de manera muy activa. Lo interesante es palpar como cada uno de ellos ha desarrollado un amor a una patria que no era suya y con un apego que pocos guatemaltecos demostramos.
De igual manera como algunos cubanos (Dr. De la Torre) también han adoptado a esta tierra como suya.
Que mueve a estos personajes a tener esta relación tan entrañable a esta tierra que aparentemente esta en medio de un CAOS total y que los mismos guatemaltecos tratamos con “Malinchismo”. No será que ellos si pueden ver lo que nuestra miopía no nos deja, no podrá de alguna manera, ver el que viene de afuera, toda esta riqueza que nos atosiga y se desperdicia. La que nos hace inservibles por haber nacido en la abundancia. Gracias a estos personajes por dejarnos percibir y sobre todo por amar esta Guatemala, que a los nacidos aquí nos cuesta tanto ver.
Es muy importante que despertemos ese sentimiento de pertenencia que debe ser solamente nuestro. Debemos desarrollar ese orgullo de ser guatemaltecos, de vivir en un paraíso de contrastes, donde se dio esa fusión de culturas que ha creado la que hoy nos debiera enorgullecer y que a la postre es la suma de por lo menos dos de ellas: la “Mayensí” amalgamada con la europea.
Estar orgullosos de lo que somos, gente buena, amable y en general muy feliz. No dejemos que todo lo malo que se nos achaca nos nuble la realidad de lo que en realidad somos. Veamos el vaso medio lleno y no medio vacío. No somos distintos de otras sociedades que tienen cosas tanto buenas como malas, pero que no se dejan acomplejar por lo que se dice de ellas. Aprendamos de esta gente que no nació en este terruño pero que aprendió a ver las cosas que nos hacen distintos y sobretodo valiosos a los ojos de los demás.
Pocas regiones tienen una historia tan interesante como la nuestra. Donde podemos ver los vestigios de culturas ancestrales con monumentos magníficos que son considerados maravillas de la Humanidad. Ver esa fusión de razas, de colores y de costumbres que nos hacen lo que somos. Hay tanto de lo que nos podemos sentir orgullosos que a veces nos perdemos queriendo emular a quienes tienen mucho menos historia pero más orgullo de lo que son. Somos el resultado de la mezcla de los monumentos mayas y los molinos de viento del Quijote. Podemos contar ambas historias porque ambas son parte de nuestros ancestros. Sin olvidar que nuestra herencia ha sido enriquecida con muchas más influencias tal cual la alemana que también es parte de nuestra historia reciente. Basta con visitar las fincas de café de nuestra zona agrícola, sin olvidar nuestras cervezas.
Ser guatemaltecos es el resultado de la suma de dos o más culturas no somos una media cultura. Hay tanto de lo cual sentir orgullo que no perdamos tiempo en tratar de ser algo que no somos.
En tiempos recientes ha sido muy común ver como españoles (Pedro T.), mejicanos (Ma. Dolores) entre otros, están participando en la vida política de Guatemala de manera muy activa. Lo interesante es palpar como cada uno de ellos ha desarrollado un amor a una patria que no era suya y con un apego que pocos guatemaltecos demostramos.
De igual manera como algunos cubanos (Dr. De la Torre) también han adoptado a esta tierra como suya.
Que mueve a estos personajes a tener esta relación tan entrañable a esta tierra que aparentemente esta en medio de un CAOS total y que los mismos guatemaltecos tratamos con “Malinchismo”. No será que ellos si pueden ver lo que nuestra miopía no nos deja, no podrá de alguna manera, ver el que viene de afuera, toda esta riqueza que nos atosiga y se desperdicia. La que nos hace inservibles por haber nacido en la abundancia. Gracias a estos personajes por dejarnos percibir y sobre todo por amar esta Guatemala, que a los nacidos aquí nos cuesta tanto ver.
Es muy importante que despertemos ese sentimiento de pertenencia que debe ser solamente nuestro. Debemos desarrollar ese orgullo de ser guatemaltecos, de vivir en un paraíso de contrastes, donde se dio esa fusión de culturas que ha creado la que hoy nos debiera enorgullecer y que a la postre es la suma de por lo menos dos de ellas: la “Mayensí” amalgamada con la europea.
Estar orgullosos de lo que somos, gente buena, amable y en general muy feliz. No dejemos que todo lo malo que se nos achaca nos nuble la realidad de lo que en realidad somos. Veamos el vaso medio lleno y no medio vacío. No somos distintos de otras sociedades que tienen cosas tanto buenas como malas, pero que no se dejan acomplejar por lo que se dice de ellas. Aprendamos de esta gente que no nació en este terruño pero que aprendió a ver las cosas que nos hacen distintos y sobretodo valiosos a los ojos de los demás.
Pocas regiones tienen una historia tan interesante como la nuestra. Donde podemos ver los vestigios de culturas ancestrales con monumentos magníficos que son considerados maravillas de la Humanidad. Ver esa fusión de razas, de colores y de costumbres que nos hacen lo que somos. Hay tanto de lo que nos podemos sentir orgullosos que a veces nos perdemos queriendo emular a quienes tienen mucho menos historia pero más orgullo de lo que son. Somos el resultado de la mezcla de los monumentos mayas y los molinos de viento del Quijote. Podemos contar ambas historias porque ambas son parte de nuestros ancestros. Sin olvidar que nuestra herencia ha sido enriquecida con muchas más influencias tal cual la alemana que también es parte de nuestra historia reciente. Basta con visitar las fincas de café de nuestra zona agrícola, sin olvidar nuestras cervezas.
Ser guatemaltecos es el resultado de la suma de dos o más culturas no somos una media cultura. Hay tanto de lo cual sentir orgullo que no perdamos tiempo en tratar de ser algo que no somos.