El Tribunal Supremo Electoral (TSE) da vergüenza. El ente supremo encargado de velar por el cumplimiento de la Ley Electoral y de Partidos Políticos en nuestro país no tiene ni dientes ni agallas. Los magistrados actuales no son ni la sombra de las ilustres figuras que hicieron valer la ley en el pasado. La insignificante multa de $250,000 impuesta al Partido Patriota por violar de nuevo la ley y la Constitución es una afrenta al honor y dignidad de los guatemaltecos.
El TSE se ha rebajado de ser garante de la democracia a ser cómplice de dichas violaciones. Falta de pruebas es lo que argumentaban algunos. Las pruebas son suficientes en contra del Partido Patriota y de los funcionarios involucrados en esta flagrante violación, que además de descarada es una muestra más del populismo y la ambición desmedida de personas que creen ser superiores a cualquier norma o ley. En este grupo de traidores oportunistas destacan nada más y nada menos que los máximos funcionarios del Organismo Ejecutivo, que de servidores públicos no tienen más que el título, una legisladora que da vergüenza y el flamante ex ministro Sinibaldi, entre otros funcionarios. Ya ni pena les da. Descaradamente se aprovechan de los ciudadanos más necesitados con tal de asegurarse un hueso en estas elecciones. No les importa para nada el juramento que hicieron a la Constitución. Estoy seguro que todos tienen ya un lugar reservado en el infierno, a la par de los cobardes y los corruptos.
El Tribunal Supremo Electoral tenía la oportunidad de poner orden y ganar respeto de una vez por todas, poniéndole final a este circo político que nos viene agobiando desde hace años. Pero no. Decidieron irse por el camino fácil y como cobardes avestruces prefirieron ocultar la cara detrás de una multa más, aunque un poquito más grande para disimular, en vez de blandir la espada que cortaría de un solo tajo a esta agrupación parasitaria y nefasta para nuestro país. En este caso la pena correspondiente era la cancelación del Partido Patriota y hacer una denuncia ante el Ministerio Público y la CC por la reiterada violación a la Constitución, a la Ley Electoral y de Partidos Políticos y abuso de autoridad.
La ley es clara en este sentido, son cómplices también los magistrados del TSE de violentarla y así generar más caos y deteriorar la imagen, el prestigio y la institucionalidad misma de tribunal que integran. Los partidos políticos actuales han venido haciendo lo que les da la gana. Basta con leer las denuncias ciudadanas que inundan las redes sociales, con fotografías y videos de la campaña anticipada, el daño ambiental y contaminación visual causada por los colores rojo, naranja, verde y morado que han tapizado nuestro bello paisaje. El Tribunal Supremo Electoral es cómplice de este desorden e irrespeto a la ley. Todos se creen superiores a la misma. Son una vergüenza, les recuerdo que son servidores públicos y que le deben su lealtad a la patria Guatemala, con la que no se juega ni se le falta el respeto. Le deben su lealtad a la Constitución Política de la República y las leyes vigentes.
Su única función está bien definida. Es hora que la cumplan. La ley es clara en que se cancele a las agrupaciones políticas que la violen en reiteradas ocasiones. En este caso se les amonesto en el principio, se les multo, se les suspendió después del famoso mitin naranja del parque central y ahora se les multa de nuevo. Eso es jugar con nuestra dignidad e inteligencia. Corresponde la cancelación y el castigo y persecución penal en contra de estos funcionarios. A los magistrados y personal del Tribunal Supremo Electoral se les recordara en las páginas más oscuras de nuestra historia, aquellas páginas reservadas para quienes cuando pudiendo hacer algo por salvaguardad nuestra República prefirieron no hacer nada.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) da vergüenza. El ente supremo encargado de velar por el cumplimiento de la Ley Electoral y de Partidos Políticos en nuestro país no tiene ni dientes ni agallas. Los magistrados actuales no son ni la sombra de las ilustres figuras que hicieron valer la ley en el pasado. La insignificante multa de $250,000 impuesta al Partido Patriota por violar de nuevo la ley y la Constitución es una afrenta al honor y dignidad de los guatemaltecos.
El TSE se ha rebajado de ser garante de la democracia a ser cómplice de dichas violaciones. Falta de pruebas es lo que argumentaban algunos. Las pruebas son suficientes en contra del Partido Patriota y de los funcionarios involucrados en esta flagrante violación, que además de descarada es una muestra más del populismo y la ambición desmedida de personas que creen ser superiores a cualquier norma o ley. En este grupo de traidores oportunistas destacan nada más y nada menos que los máximos funcionarios del Organismo Ejecutivo, que de servidores públicos no tienen más que el título, una legisladora que da vergüenza y el flamante ex ministro Sinibaldi, entre otros funcionarios. Ya ni pena les da. Descaradamente se aprovechan de los ciudadanos más necesitados con tal de asegurarse un hueso en estas elecciones. No les importa para nada el juramento que hicieron a la Constitución. Estoy seguro que todos tienen ya un lugar reservado en el infierno, a la par de los cobardes y los corruptos.
El Tribunal Supremo Electoral tenía la oportunidad de poner orden y ganar respeto de una vez por todas, poniéndole final a este circo político que nos viene agobiando desde hace años. Pero no. Decidieron irse por el camino fácil y como cobardes avestruces prefirieron ocultar la cara detrás de una multa más, aunque un poquito más grande para disimular, en vez de blandir la espada que cortaría de un solo tajo a esta agrupación parasitaria y nefasta para nuestro país. En este caso la pena correspondiente era la cancelación del Partido Patriota y hacer una denuncia ante el Ministerio Público y la CC por la reiterada violación a la Constitución, a la Ley Electoral y de Partidos Políticos y abuso de autoridad.
La ley es clara en este sentido, son cómplices también los magistrados del TSE de violentarla y así generar más caos y deteriorar la imagen, el prestigio y la institucionalidad misma de tribunal que integran. Los partidos políticos actuales han venido haciendo lo que les da la gana. Basta con leer las denuncias ciudadanas que inundan las redes sociales, con fotografías y videos de la campaña anticipada, el daño ambiental y contaminación visual causada por los colores rojo, naranja, verde y morado que han tapizado nuestro bello paisaje. El Tribunal Supremo Electoral es cómplice de este desorden e irrespeto a la ley. Todos se creen superiores a la misma. Son una vergüenza, les recuerdo que son servidores públicos y que le deben su lealtad a la patria Guatemala, con la que no se juega ni se le falta el respeto. Le deben su lealtad a la Constitución Política de la República y las leyes vigentes.
Su única función está bien definida. Es hora que la cumplan. La ley es clara en que se cancele a las agrupaciones políticas que la violen en reiteradas ocasiones. En este caso se les amonesto en el principio, se les multo, se les suspendió después del famoso mitin naranja del parque central y ahora se les multa de nuevo. Eso es jugar con nuestra dignidad e inteligencia. Corresponde la cancelación y el castigo y persecución penal en contra de estos funcionarios. A los magistrados y personal del Tribunal Supremo Electoral se les recordara en las páginas más oscuras de nuestra historia, aquellas páginas reservadas para quienes cuando pudiendo hacer algo por salvaguardad nuestra República prefirieron no hacer nada.