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Madre vieja

Adriana Lopez
19 de febrero, 2016

La semana pasada se llevó a cabo un acto de maravillosa valentía y éste río fue el protagonista. Desde hace tiempo se venía peleando el abastecimiento de agua y tal como uno se lo imagina, las empresas grandes eran las que estaban extrayendo la mayor cantidad de agua para regar sus cultivos. Eso está bien, si son grandes necesitan más agua que unos cultivos de pequeños pedazos de tierra ¿no? Pero el problema fue que estos monstruos de la producción bananera, azucarera y palmera, quisieron darse el lujo de consumir casi el 75% del agua que corría en el río Madre Vieja; lo que quiere decir que muchas personas se quedaron sin acceso a una buena cantidad de agua para abastecer sus cultivos porque ellos prácticamente privatizaron el río.

Claro que comenzaron a salir demandas de parte de los hombres y mujeres que necesitaban el agua perdida, y éstas manifestaciones de disgusto desembocaron en acuerdos de diálogo, que por supuesto, jamás pasaron a acuerdos importantes. Cuando por fin se llegó a un consenso, la población cercana al río, el alcalde y los representantes de las empresas grandes llegaron a una presa construida por el grupo HAME (uno de los más poderosos del lugar) para ser testigos del destape de la presa y que se lograra así, que el río corriera hasta llegar al mar.

Mientras estaban en el lugar, fue evidente que el grupo HAME solo había decidido hacer el mate de que iba a dar de su agua. Y nuestros paisanos no son tontos así que lo notaron. Les provocó un disgusto enorme que la empresa fallara a su palabra y que después de todo éste tiempo, los acuerdos y promesas se quedaran burlados. Así que aunque parezca raro, el alcalde del lugar actuó con mucho valor y fue quién dio el primer paso para animar a los vecinos a que ellos mismos hicieran que se cumpliera lo que se prometió. Y fue así como 200 hombres y mujeres, o más, destaparon una presa y lograron hacer que el agua corriera en cantidades aceptables hasta donde tenía años de no llegar.

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La emoción fue tremenda, el logro fue muy celebrado entre los pobladores y el acuerdo se cumplió. Avalado por el alcalde quién reconoció que el pueblo mandaba y que el río no era una propiedad privada de nadie. Los vecinos, aunque sabían que en cualquier momento el grupo HAME podía revertir su trabajo, se sintieron felices y orgullosos de actuar.

Días después, efectivamente HAME volvió a desviar el río por medio de su presa y a enviar el agua a sus propios cultivos. Pero con menos éxito: después de recibir casi el 75% del agua que venía, ahora sólo recibió el 20% o el 30% y lo demás siguió corriendo hacia otros lugares. Hubo conflicto y como de era de esperarse, los grandes monopolios del sur exigieron que se armen mesas de diálogo (otra vez) para establecer quienes y en qué cantidad pueden beneficiarse del río. Pero una cosa es segura, no van a obtener lo que estaban recibiendo antes. Ésta vez, los vecinos si quieren ver acciones, resultados y justicia; porque ya aprendieron a defenderse y notaron que hacer algo por sus derechos, cambió un poco el rumbo de las cosas.

Qué orgullosa me siento de los guatemaltecos que viven cerca del río Madre Vieja. Qué feliz me hace saber que las ganas de defendernos como país, llegaron a todos los departamentos y paisanos. Éstos hombres y mujeres ya saben que hablar y moverse hace que lo que antes creíamos imposible de cambiar, cambie. Ellos, al igual que el montón de personas que vinieron a la plaza central, hicieron temblar a los que estaban acostumbrados a quedarse con todo. Y así es como poco a poco Guatemala va a entender que el poder lo tiene su gente. ¡Gracias vecinos del Madre Vieja por hacernos saber que vale la pena seguir luchando!

Madre vieja

Adriana Lopez
19 de febrero, 2016

La semana pasada se llevó a cabo un acto de maravillosa valentía y éste río fue el protagonista. Desde hace tiempo se venía peleando el abastecimiento de agua y tal como uno se lo imagina, las empresas grandes eran las que estaban extrayendo la mayor cantidad de agua para regar sus cultivos. Eso está bien, si son grandes necesitan más agua que unos cultivos de pequeños pedazos de tierra ¿no? Pero el problema fue que estos monstruos de la producción bananera, azucarera y palmera, quisieron darse el lujo de consumir casi el 75% del agua que corría en el río Madre Vieja; lo que quiere decir que muchas personas se quedaron sin acceso a una buena cantidad de agua para abastecer sus cultivos porque ellos prácticamente privatizaron el río.

Claro que comenzaron a salir demandas de parte de los hombres y mujeres que necesitaban el agua perdida, y éstas manifestaciones de disgusto desembocaron en acuerdos de diálogo, que por supuesto, jamás pasaron a acuerdos importantes. Cuando por fin se llegó a un consenso, la población cercana al río, el alcalde y los representantes de las empresas grandes llegaron a una presa construida por el grupo HAME (uno de los más poderosos del lugar) para ser testigos del destape de la presa y que se lograra así, que el río corriera hasta llegar al mar.

Mientras estaban en el lugar, fue evidente que el grupo HAME solo había decidido hacer el mate de que iba a dar de su agua. Y nuestros paisanos no son tontos así que lo notaron. Les provocó un disgusto enorme que la empresa fallara a su palabra y que después de todo éste tiempo, los acuerdos y promesas se quedaran burlados. Así que aunque parezca raro, el alcalde del lugar actuó con mucho valor y fue quién dio el primer paso para animar a los vecinos a que ellos mismos hicieran que se cumpliera lo que se prometió. Y fue así como 200 hombres y mujeres, o más, destaparon una presa y lograron hacer que el agua corriera en cantidades aceptables hasta donde tenía años de no llegar.

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La emoción fue tremenda, el logro fue muy celebrado entre los pobladores y el acuerdo se cumplió. Avalado por el alcalde quién reconoció que el pueblo mandaba y que el río no era una propiedad privada de nadie. Los vecinos, aunque sabían que en cualquier momento el grupo HAME podía revertir su trabajo, se sintieron felices y orgullosos de actuar.

Días después, efectivamente HAME volvió a desviar el río por medio de su presa y a enviar el agua a sus propios cultivos. Pero con menos éxito: después de recibir casi el 75% del agua que venía, ahora sólo recibió el 20% o el 30% y lo demás siguió corriendo hacia otros lugares. Hubo conflicto y como de era de esperarse, los grandes monopolios del sur exigieron que se armen mesas de diálogo (otra vez) para establecer quienes y en qué cantidad pueden beneficiarse del río. Pero una cosa es segura, no van a obtener lo que estaban recibiendo antes. Ésta vez, los vecinos si quieren ver acciones, resultados y justicia; porque ya aprendieron a defenderse y notaron que hacer algo por sus derechos, cambió un poco el rumbo de las cosas.

Qué orgullosa me siento de los guatemaltecos que viven cerca del río Madre Vieja. Qué feliz me hace saber que las ganas de defendernos como país, llegaron a todos los departamentos y paisanos. Éstos hombres y mujeres ya saben que hablar y moverse hace que lo que antes creíamos imposible de cambiar, cambie. Ellos, al igual que el montón de personas que vinieron a la plaza central, hicieron temblar a los que estaban acostumbrados a quedarse con todo. Y así es como poco a poco Guatemala va a entender que el poder lo tiene su gente. ¡Gracias vecinos del Madre Vieja por hacernos saber que vale la pena seguir luchando!