Me gusta cuando las noticias llegan a mi a través de las redes sociales porque siento que leerlas en las plataformas web es más entretenido y eficiente. ¿A quién no le gusta andar actualizado? Es más, últimamente las personas están más informadas de lo que sucede en el país, gracias a la filtración de información en las redes sociales que tanto les gusta visitar.
Lo interesante de las noticias que circulan por Facebook es que las personas que las comparten en su propio muro, siempre se toman el tiempo de escribir su percepción y opinión de la noticia. Así es como en los últimos años todos nos hemos contagiado del síndrome de presentador de noticias.
La semana que pasó, a alguien se le ocurrió compartir un recuerdo de un sitio reconocido de noticias nacionales. La noticia relataba el asesinato de un delincuente en moto. La foto mostraba un cuerpo tapado por el clásico pedazo celeste de plástico y una moto medio quemada (el motorista murió calcinado después de que la víctima a quien estaba a punto de asaltar, le disparara al tanque de la moto). La noticia se hizo viral y se compartió y compartió mil veces más con titulares por cortesía de los usuarios tipo: “ya saben como deshacerse de esos h*p”, “wow al tanque”, “perdón, pero al final todos reciben su merecido”, “asÍ quieren los ladrones”; etcétera.
Ver la misma noticia ser compartida una y otra vez, fue molesto. Pero leer los comentarios fue divertido, digo, no todos pensamos de la misma manera. Aquí viene lo más fascinante del caso y es que: ¡LA NOTICIA ERA DEL 2013! Si, de hace tres años. Y todos seguían compartiéndola como si fuera pan caliente por el simple detalle de no fijarse en la fecha de publicación.
Esto solo me hizo pensar en una cosa: que malos están nuestros estándares de calidad con respecto a la información que recibimos. Con razón nos babosean tan rápido. Ya nos acostumbramos a creer a ciegas y eso es lo peor que podemos hacer. A los medios de comunicación hoy les interesa más vender que informar; por lo tanto deberíamos de pesar en balanza cada información que recibimos para averiguar si es pura y fidedigna o sólo una estrategia más.
Que de hoy en adelante, pasemos por filtros todas las noticias que recibimos. Busquemos por nuestros propios medios las explicaciones a los sucesos. Dejemos de dar por sentado todo lo que nos dicen. Y así, vamos a lograr una democracia más fuerte, una participación ciudadana más cimentada y un país más libre.
Me gusta cuando las noticias llegan a mi a través de las redes sociales porque siento que leerlas en las plataformas web es más entretenido y eficiente. ¿A quién no le gusta andar actualizado? Es más, últimamente las personas están más informadas de lo que sucede en el país, gracias a la filtración de información en las redes sociales que tanto les gusta visitar.
Lo interesante de las noticias que circulan por Facebook es que las personas que las comparten en su propio muro, siempre se toman el tiempo de escribir su percepción y opinión de la noticia. Así es como en los últimos años todos nos hemos contagiado del síndrome de presentador de noticias.
La semana que pasó, a alguien se le ocurrió compartir un recuerdo de un sitio reconocido de noticias nacionales. La noticia relataba el asesinato de un delincuente en moto. La foto mostraba un cuerpo tapado por el clásico pedazo celeste de plástico y una moto medio quemada (el motorista murió calcinado después de que la víctima a quien estaba a punto de asaltar, le disparara al tanque de la moto). La noticia se hizo viral y se compartió y compartió mil veces más con titulares por cortesía de los usuarios tipo: “ya saben como deshacerse de esos h*p”, “wow al tanque”, “perdón, pero al final todos reciben su merecido”, “asÍ quieren los ladrones”; etcétera.
Ver la misma noticia ser compartida una y otra vez, fue molesto. Pero leer los comentarios fue divertido, digo, no todos pensamos de la misma manera. Aquí viene lo más fascinante del caso y es que: ¡LA NOTICIA ERA DEL 2013! Si, de hace tres años. Y todos seguían compartiéndola como si fuera pan caliente por el simple detalle de no fijarse en la fecha de publicación.
Esto solo me hizo pensar en una cosa: que malos están nuestros estándares de calidad con respecto a la información que recibimos. Con razón nos babosean tan rápido. Ya nos acostumbramos a creer a ciegas y eso es lo peor que podemos hacer. A los medios de comunicación hoy les interesa más vender que informar; por lo tanto deberíamos de pesar en balanza cada información que recibimos para averiguar si es pura y fidedigna o sólo una estrategia más.
Que de hoy en adelante, pasemos por filtros todas las noticias que recibimos. Busquemos por nuestros propios medios las explicaciones a los sucesos. Dejemos de dar por sentado todo lo que nos dicen. Y así, vamos a lograr una democracia más fuerte, una participación ciudadana más cimentada y un país más libre.