En redes sociales, correos y demás, hay personas que dicen que las batallas que se han estado viviendo en Guatemala en estos últimos años, y con más fuerza en el actual, no son ideológicas. Disiento totalmente pues, aunque haya personas que no tienen clara su identificación, o que se atreven a decir que no tienen ninguna, la postura hacia los diferentes temas, inevitablemente, es influida grandemente por la ideología en la que cree.
El tamaño del gobierno es uno de los grandes temas. John Maynard Keynes, economista inglés (1883-1946) promovió el sueño de cualquier político en gobierno: gastar y gastar, contratar burócratas, endeudarse hasta los huesos, entre otras fatales ocurrencias. ¿A qué gobernante no le gusta esto? ¡A ninguno! Entonces, suben impuestos porque el dinero no alcanza. El tamaño del gobierno es demasiado grande por exceso de burócratas, como sucede en Guate, y nunca alcanzará el dinero, por lo que se endeuda con organismos internacionales que tienen la misma filosofía. Pasan los años, crece la deuda, no hay mejoras en los servicios y se descuidan las acciones básicas que sí debe hacer todo gobierno: defender la vida, la propiedad y la libertad.
En esto último entra en acción el sistema de justicia. La nefasta corte de constitucionalidad (en minúsculas, a propósito) ha destruido todo lo que ha tocado. Tuvo la osadía de decirle al Congreso que no puede discutir una ley, pues se trata de la reconciliación nacional. Si se aprueba, se acaba el negocio para todos los socialistas de cartón que viven del dinero de los impuestos que usted y yo pagamos. Si fuera una ley para nacionalizar la energía eléctrica, como propone Thelma Cabrera del MLP, la CC ni siquiera se metería en el asunto.
También le dijo al Presidente que no podía firmar el convenio con Estados Unidos. Independientemente de si estamos de acuerdo o no con esto del tercer país seguro, la Constitución habla de la separación de los tres poderes del Estado. La CC, nuevamente, se extralimita en sus funciones.
Esa corte no se tocó el alma al suspender la licencia minera en El Estor, dejando a más de 3,000 personas sin trabajo. Ya lo hizo con la minera San Rafael, dejando a similar número de desempleados, ya por casi dos años. Cerró la mina de Exploraciones Mineras, conocida como la Puya. Evitó que iniciaran operaciones dos proyectos hidroeléctricos en Alta Verapaz, llamados Vega I y II. ¿Cuántos más?
Sí, es cuestión de ideología, como lo fue la gestión de Thelma Aldana, servil de Iván Velásquez y ahora prófuga de la justicia. Es la misma ideología que pregona Sandra Torresde la UNE. Ella lo negó públicamente en un debate. Sin embargo, fue vicepresidenta de la Internacional Socialista, organización que surge del Foro de Sao Paulo, ideado por Fidel Castro y seguido por otros grandes destructores de países, como Lula da Silva, Dilma Russeff, Hugo Chávez, Evo Morales, etc.
La corrupción es el “tema del momento”. He leído muchos mensajes en twitter diciendo que votarán por la izquierda porque la derecha ha demostrado ser corrupta. ¿Y la izquierda no lo es? ¿Por qué, entonces, cuando salen del poder (si es que salen) los “presidentes” socialistas, son millonarios? Resultan dueños de casas, yates, carros forrados de oro, los hijos en viajes y juergas, y muchísimo dinero en efectivo para corromper funcionarios para que los protejan y se mantengan todos en el poder. La izquierda ha probado ser muchísimo más corrupta que cualquier gobernante corrupto de derecha.
Las elecciones en Guatemala sí son cuestión ideológica, ahora más que nunca, por todo lo expresado anteriormente. Nuestro voto sigue siendo el arma mortal en contra del socialismo. Si salimos a votar masivamente, será muy difícil que haya fraude. Guate nos necesita y nosotros necesitamos un país que nos dé las oportunidades para progresar.
En redes sociales, correos y demás, hay personas que dicen que las batallas que se han estado viviendo en Guatemala en estos últimos años, y con más fuerza en el actual, no son ideológicas. Disiento totalmente pues, aunque haya personas que no tienen clara su identificación, o que se atreven a decir que no tienen ninguna, la postura hacia los diferentes temas, inevitablemente, es influida grandemente por la ideología en la que cree.
El tamaño del gobierno es uno de los grandes temas. John Maynard Keynes, economista inglés (1883-1946) promovió el sueño de cualquier político en gobierno: gastar y gastar, contratar burócratas, endeudarse hasta los huesos, entre otras fatales ocurrencias. ¿A qué gobernante no le gusta esto? ¡A ninguno! Entonces, suben impuestos porque el dinero no alcanza. El tamaño del gobierno es demasiado grande por exceso de burócratas, como sucede en Guate, y nunca alcanzará el dinero, por lo que se endeuda con organismos internacionales que tienen la misma filosofía. Pasan los años, crece la deuda, no hay mejoras en los servicios y se descuidan las acciones básicas que sí debe hacer todo gobierno: defender la vida, la propiedad y la libertad.
En esto último entra en acción el sistema de justicia. La nefasta corte de constitucionalidad (en minúsculas, a propósito) ha destruido todo lo que ha tocado. Tuvo la osadía de decirle al Congreso que no puede discutir una ley, pues se trata de la reconciliación nacional. Si se aprueba, se acaba el negocio para todos los socialistas de cartón que viven del dinero de los impuestos que usted y yo pagamos. Si fuera una ley para nacionalizar la energía eléctrica, como propone Thelma Cabrera del MLP, la CC ni siquiera se metería en el asunto.
También le dijo al Presidente que no podía firmar el convenio con Estados Unidos. Independientemente de si estamos de acuerdo o no con esto del tercer país seguro, la Constitución habla de la separación de los tres poderes del Estado. La CC, nuevamente, se extralimita en sus funciones.
Esa corte no se tocó el alma al suspender la licencia minera en El Estor, dejando a más de 3,000 personas sin trabajo. Ya lo hizo con la minera San Rafael, dejando a similar número de desempleados, ya por casi dos años. Cerró la mina de Exploraciones Mineras, conocida como la Puya. Evitó que iniciaran operaciones dos proyectos hidroeléctricos en Alta Verapaz, llamados Vega I y II. ¿Cuántos más?
Sí, es cuestión de ideología, como lo fue la gestión de Thelma Aldana, servil de Iván Velásquez y ahora prófuga de la justicia. Es la misma ideología que pregona Sandra Torresde la UNE. Ella lo negó públicamente en un debate. Sin embargo, fue vicepresidenta de la Internacional Socialista, organización que surge del Foro de Sao Paulo, ideado por Fidel Castro y seguido por otros grandes destructores de países, como Lula da Silva, Dilma Russeff, Hugo Chávez, Evo Morales, etc.
La corrupción es el “tema del momento”. He leído muchos mensajes en twitter diciendo que votarán por la izquierda porque la derecha ha demostrado ser corrupta. ¿Y la izquierda no lo es? ¿Por qué, entonces, cuando salen del poder (si es que salen) los “presidentes” socialistas, son millonarios? Resultan dueños de casas, yates, carros forrados de oro, los hijos en viajes y juergas, y muchísimo dinero en efectivo para corromper funcionarios para que los protejan y se mantengan todos en el poder. La izquierda ha probado ser muchísimo más corrupta que cualquier gobernante corrupto de derecha.
Las elecciones en Guatemala sí son cuestión ideológica, ahora más que nunca, por todo lo expresado anteriormente. Nuestro voto sigue siendo el arma mortal en contra del socialismo. Si salimos a votar masivamente, será muy difícil que haya fraude. Guate nos necesita y nosotros necesitamos un país que nos dé las oportunidades para progresar.