Inicia un nuevo año, que nos trae esperanza, pero también grandes retos, que de no lograr superarse amenazan con profundizar la división que existe en nuestra sociedad a un nivel todavía más crítico porque la emergencia en la que nos encontramos no termina.
Con esa perspectiva, hay que tener claridad de que todo lo que vivimos el año pasado se mantiene hasta ahora, aunque 2021 sea un nuevo año, el virus sigue entre nosotros y la vacuna todavía parece algo lejano para el país y eso es preocupante.
El año inicia con la elección del Magistrado Titular ante la Corte de Constitucionalidad por el Colegio de Abogados y Notarios.
Este año también veremos la elección de Magistrados a la Corte de Constitucionalidad, una pieza clave en el país que esperaríamos pueda reunir a los candidatos ideales, que posean las cualidades necesarias como magistrados.
Este 2021 esperamos que sí haya un cambio en la Corte Suprema de Justicia, elección que sigue varada porque en el Congreso de la República no se ha logrado establecer el tema entre los más importantes a resolver.
Las comisiones de postulación hicieron su trabajo, la Corte de Constitucionalidad dio el camino y ahora sólo esperemos que el Organismo Legislativo desentrampe y logre elegir nuevos magistrados.
Mientras esto sucede, la complicación que en las últimas semanas del 2020 vio el Organismo Ejecutivo, con las protestas que dejaron muy pensativos y analíticos a los funcionarios públicos sobre cuál será el rumbo que le darán a la administración para sacar adelante las promesas de salud, seguridad y desarrollo que tanto necesitamos.
Seguramente algún rumbo diferente al presente tendrá que marcar las relaciones sociales entre los guatemaltecos y será a la gente común a quien siempre nos afectará directamente las disposiciones que nuestros gobernantes quieran optar.
Lo que sí quedó claro es que los guatemaltecos estamos cansados de la corrupción que sigue reinando en muchas partes, y de esa falta de interés de detener a los que usan mal los recursos del estado para su bienestar.
Aunque creo en un 2021 que sea esperanzador, también pienso que como ciudadanos tenemos una gran responsabilidad, para reclamar lo que le pertenece al pueblo.
El 20 de enero próximo también hay un cambio en la presidencia de Estados Unidos, que si bien no es de nuestro país si que influye mucho en diversos ámbitos.
Inicia un nuevo año, que nos trae esperanza, pero también grandes retos, que de no lograr superarse amenazan con profundizar la división que existe en nuestra sociedad a un nivel todavía más crítico porque la emergencia en la que nos encontramos no termina.
Con esa perspectiva, hay que tener claridad de que todo lo que vivimos el año pasado se mantiene hasta ahora, aunque 2021 sea un nuevo año, el virus sigue entre nosotros y la vacuna todavía parece algo lejano para el país y eso es preocupante.
El año inicia con la elección del Magistrado Titular ante la Corte de Constitucionalidad por el Colegio de Abogados y Notarios.
Este año también veremos la elección de Magistrados a la Corte de Constitucionalidad, una pieza clave en el país que esperaríamos pueda reunir a los candidatos ideales, que posean las cualidades necesarias como magistrados.
Este 2021 esperamos que sí haya un cambio en la Corte Suprema de Justicia, elección que sigue varada porque en el Congreso de la República no se ha logrado establecer el tema entre los más importantes a resolver.
Las comisiones de postulación hicieron su trabajo, la Corte de Constitucionalidad dio el camino y ahora sólo esperemos que el Organismo Legislativo desentrampe y logre elegir nuevos magistrados.
Mientras esto sucede, la complicación que en las últimas semanas del 2020 vio el Organismo Ejecutivo, con las protestas que dejaron muy pensativos y analíticos a los funcionarios públicos sobre cuál será el rumbo que le darán a la administración para sacar adelante las promesas de salud, seguridad y desarrollo que tanto necesitamos.
Seguramente algún rumbo diferente al presente tendrá que marcar las relaciones sociales entre los guatemaltecos y será a la gente común a quien siempre nos afectará directamente las disposiciones que nuestros gobernantes quieran optar.
Lo que sí quedó claro es que los guatemaltecos estamos cansados de la corrupción que sigue reinando en muchas partes, y de esa falta de interés de detener a los que usan mal los recursos del estado para su bienestar.
Aunque creo en un 2021 que sea esperanzador, también pienso que como ciudadanos tenemos una gran responsabilidad, para reclamar lo que le pertenece al pueblo.
El 20 de enero próximo también hay un cambio en la presidencia de Estados Unidos, que si bien no es de nuestro país si que influye mucho en diversos ámbitos.