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Un resumen analítico del informe de riesgo operacional en América Latina y el Caribe, 2021.

Nicholas Virzi
19 de marzo, 2021

“Las mayores preocupaciones son las demandas para un rol más grande para el Estado en la economía y una mayor preferencia por soluciones populistas entre un segmento creciente de la población.”

Recientemente salió el Informe de riesgos operaciones de The Economist Intelligence Unit, que identifica y evalúa los riesgos de las operaciones comerciales en áreas clave de políticas. El informe analiza el riesgo en materia de impuestos, seguridad, estabilidad política, macroeconomía, financiero, legal/regulatorio, mercados laborales, infraestructura y efectividad de gobierno

Comentaristas en redes aprovecharon del informe para resaltar que Guatemala estaba cerca de ser una Venezuela, dado que Guatemala era uno de los países señalados con mayor riesgo político según una gráfica que dicho informe publicó sobre mercados selectos. Dicha gráfica se replica a continuación.

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Gráfica 1: Riesgo político en mercados selectos.

Aunque Guatemala seguramente no está bien en materia de riesgo político, al ver los datos y el análisis completos sobre el riesgo operacional se obtiene un análisis más exacto de la situación en la que se encuentra Guatemala. La gráfica 2 presenta las calificaciones globales de todos los países que fueron publicadas en el informe referido.  En la calificación global, Venezuela obtiene una nota de riesgo de 86 sobre 100, una calificación 36% peor que la de Guatemala (55). Respectivamente, Venezuela saca una calificación 45% peor que la mediana (47), comparado con Guatemala que saca una nota del 14.55% peor que la mediana.  Guatemala está mal, pero no está cerca de ser una Venezuela, por ahora.

Gráfica 2: Riesgo político en América Latina y el Caribe.

Muchos comentaristas aprovecharon del informe para plantear dos implicaciones equivocadas. En primer lugar, una implicación directa fue que Guatemala está a la par de Venezuela en materia de gobernanza.  La tabla 1 presenta datos comparativos de Guatemala y otros países en los cinco rubros de gobernanza que mide el Banco Mundial: control de corrupción, efectividad de gobierno, estabilidad política, imperio de la ley, y rendición de cuentas. Los datos revelan lo mal que está Guatemala en materia de gobernanza, un problema que viene arrastrando desde hace años y que ningún gobierno podrá cambiar en el corto plazo. Sin embargo, los datos también revelan que Venezuela está mucho peor que Guatemala. Aunque el riesgo es que Guatemala no solo no mejore, sino que empeore con el tiempo, cualquier afirmación que Guatemala está tan mal como Venezuela sería irresponsablemente alarmista.  

Guatemala está 77% mejor que Venezuela en control de corrupción, 84% mejor en efectividad de gobierno, 64% mejor en estabilidad política, 97% mejor en imperio de la ley, y 71% en rendición de cuentas.  Aunque estos datos reflejan más lo mal que está Venezuela en materia de gobernanza que lo bien que está Guatemala (conclusión a la que ninguno podría llegar), lo correcto para cualquier analista serio es poner las cosas en su justa dimensión.

Tabla 1: Indicadores Globales de Gobernanza, países selectos

La segunda implicación equivocada que dejaron varios comentaristas, y la más grave, es que Guatemala necesita más soluciones estatales para arreglar sus problemas políticos. Esta implicación resulta de una lectura desatinada de dicho informe.  El informe de The Economist Intelligence Unit resalta que el principal riesgo es que se aumenten soluciones estatales y populistas luego de la crisis económica generada por las restricciones implementadas por los gobiernos en respuesta a la pandemia en 2020. Según Fiona Mackie, Directora Regional para América Latina y el Caribe:

“[E]stamos mirando hacia adelante a los grandes cambios en la política que podrían ocurrir después de Covid-19. En un entorno donde las propuestas de políticas populistas a los problemas de América Latina están comenzando a prosperar, vemos grandes riesgos para los marcos legales y regulatorios, para la política tributaria y para el mercado laboral “. 

 https://onesite.eiu.com/politics-populism-and-policy-risk-in-latin-america/

El informe señala varios factores que inciden en mayor riesgo operacional para el clima de negocios en la región. Entre estos destacan la inseguridad, una economía estancada que nunca se recuperó al todo después de la crisis económica de 2008-2009, la corrupción y el descontento con la clase política. Protestas sociales populistas ya venían en aumento, y la preocupación es que se vuelvan a disparar cuando se levanten las restricciones de movimiento cuando pase lo peor de la pandemia.  Ante este malestar social latente, el informe puntualiza la preocupación que “grupos de oposición puedan llegar al poder y provocar un deterioro significativo en las condiciones operativas de las empresas”.

El informe puntualiza que lo que está en riesgo es el clima de negocios, dejando entender que la iniciativa privada que representa el motor de crecimiento económico sin el cual no se podrá alcanzar el desarrollo:

“Las demandas políticas de cambio de políticas serán más claras en la presión para apuntalar el gasto, lo que presenta un riesgo macroeconómico. Estas presiones también tendrán implicaciones para la política fiscal, la política del mercado laboral, la infraestructura y el entorno legal y regulatorio, todo lo cual sugiere riesgos significativos para el entorno empresarial.

 “Politics, populism and policy: operational risk in Latin America”

El informe reza: “[L]os riesgos van en aumento, y no solo para la estabilidad política y macroeconómica. Las empresas deben estar atentas a los cambios normativos importantes.” Las mayores preocupaciones son las demandas para un rol más grande para el Estado en la economía y una mayor preferencia por soluciones populistas entre un segmento creciente de la población. Entre las soluciones populistas que el informe señala con particular preocupación destacan las medidas de nacionalismo económico dirigido contra los sectores de minería, energía y grandes proyectos agrícolas, problemas que aquejan a Guatemala particularmente.

Resumiendo, el informe traza tres grandes áreas de riesgo: político, económico y de políticas (policy). Se deja muy claro, repetidamente, que la principal preocupación es que se abandone el razonamiento prudente económico a favor de medidas irresponsables que dañarían sustancialmente al clima de negocios a futuro. En materia de riesgo político el informe resalta que el riesgo de malestar social está aumentando, así como el riesgo que trastornos políticos en las urnas atraiga a más oportunistas políticos (outsiders). En el tema de riesgo económico el informe destaca que la gestión de las demandas de gasto será un importante desafío político y puntualiza sobre los riesgos de problemas de solvencia, la inflación y la presión cambiaria. Con respecto al riesgo en materia de políticas, el informe señala la preocupación que, a medida que los países lidian con las brechas fiscales y las demandas públicas de gasto, se están preparando grandes cambios en los impuestos, el mercado laboral, la infraestructura y el entorno legal y regulatorio. Lejos de validar los argumentos populistas de izquierda en contra del mercado y la iniciativa privada, todo el enfoque del informe de The Economist Intelligence Unit es sobre los riesgos operacionales para las empresas en la región que derivarían de medidas equivocadas de los gobiernos. Este enfoque es acertado, dado que sin buena gobernanza, una economía de libre mercado funcional y un buen clima de negocios, ningún país de la región podrá prosperar.  

En conclusión, lo que Guatemala debe de hacer para atender los riesgos señalados en el informe son cosas puntuales. En materia de gobernanza, el gobierno de Guatemala debería de enfocarse en la tarea primordial de brindar seguridad e imperio de la ley a sus ciudadanos, practicar disciplina fiscal, rechazar medidas populistas que atentan contra el libre mercado, el clima de negocios y los derechos de propiedad privada. Al mismo tiempo debe limpiar sus instituciones de la corrupción y procurar rendir cuentas a su pueblo votante. Con eso, Guatemala podría entrar en una senda de expansión económica en beneficio de su pueblo, y los demás países de la región también.
Cabe recalcar que estas medidas son precisamente las que el Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES) ha resaltado, no solo en respuesta a la crisis económica generada por las respuestas de los gobiernos a la pandemia, sino a lo largo de los últimos veinte años en distintas publicaciones, como las son las siguientes: “Diez prioridades para el próximo gobierno 2020”, “Los diez mandamientos fiscales”, y “Diez mandamientos para el nuevo gobierno”.

Un resumen analítico del informe de riesgo operacional en América Latina y el Caribe, 2021.

Nicholas Virzi
19 de marzo, 2021

“Las mayores preocupaciones son las demandas para un rol más grande para el Estado en la economía y una mayor preferencia por soluciones populistas entre un segmento creciente de la población.”

Recientemente salió el Informe de riesgos operaciones de The Economist Intelligence Unit, que identifica y evalúa los riesgos de las operaciones comerciales en áreas clave de políticas. El informe analiza el riesgo en materia de impuestos, seguridad, estabilidad política, macroeconomía, financiero, legal/regulatorio, mercados laborales, infraestructura y efectividad de gobierno

Comentaristas en redes aprovecharon del informe para resaltar que Guatemala estaba cerca de ser una Venezuela, dado que Guatemala era uno de los países señalados con mayor riesgo político según una gráfica que dicho informe publicó sobre mercados selectos. Dicha gráfica se replica a continuación.

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Gráfica 1: Riesgo político en mercados selectos.

Aunque Guatemala seguramente no está bien en materia de riesgo político, al ver los datos y el análisis completos sobre el riesgo operacional se obtiene un análisis más exacto de la situación en la que se encuentra Guatemala. La gráfica 2 presenta las calificaciones globales de todos los países que fueron publicadas en el informe referido.  En la calificación global, Venezuela obtiene una nota de riesgo de 86 sobre 100, una calificación 36% peor que la de Guatemala (55). Respectivamente, Venezuela saca una calificación 45% peor que la mediana (47), comparado con Guatemala que saca una nota del 14.55% peor que la mediana.  Guatemala está mal, pero no está cerca de ser una Venezuela, por ahora.

Gráfica 2: Riesgo político en América Latina y el Caribe.

Muchos comentaristas aprovecharon del informe para plantear dos implicaciones equivocadas. En primer lugar, una implicación directa fue que Guatemala está a la par de Venezuela en materia de gobernanza.  La tabla 1 presenta datos comparativos de Guatemala y otros países en los cinco rubros de gobernanza que mide el Banco Mundial: control de corrupción, efectividad de gobierno, estabilidad política, imperio de la ley, y rendición de cuentas. Los datos revelan lo mal que está Guatemala en materia de gobernanza, un problema que viene arrastrando desde hace años y que ningún gobierno podrá cambiar en el corto plazo. Sin embargo, los datos también revelan que Venezuela está mucho peor que Guatemala. Aunque el riesgo es que Guatemala no solo no mejore, sino que empeore con el tiempo, cualquier afirmación que Guatemala está tan mal como Venezuela sería irresponsablemente alarmista.  

Guatemala está 77% mejor que Venezuela en control de corrupción, 84% mejor en efectividad de gobierno, 64% mejor en estabilidad política, 97% mejor en imperio de la ley, y 71% en rendición de cuentas.  Aunque estos datos reflejan más lo mal que está Venezuela en materia de gobernanza que lo bien que está Guatemala (conclusión a la que ninguno podría llegar), lo correcto para cualquier analista serio es poner las cosas en su justa dimensión.

Tabla 1: Indicadores Globales de Gobernanza, países selectos

La segunda implicación equivocada que dejaron varios comentaristas, y la más grave, es que Guatemala necesita más soluciones estatales para arreglar sus problemas políticos. Esta implicación resulta de una lectura desatinada de dicho informe.  El informe de The Economist Intelligence Unit resalta que el principal riesgo es que se aumenten soluciones estatales y populistas luego de la crisis económica generada por las restricciones implementadas por los gobiernos en respuesta a la pandemia en 2020. Según Fiona Mackie, Directora Regional para América Latina y el Caribe:

“[E]stamos mirando hacia adelante a los grandes cambios en la política que podrían ocurrir después de Covid-19. En un entorno donde las propuestas de políticas populistas a los problemas de América Latina están comenzando a prosperar, vemos grandes riesgos para los marcos legales y regulatorios, para la política tributaria y para el mercado laboral “. 

 https://onesite.eiu.com/politics-populism-and-policy-risk-in-latin-america/

El informe señala varios factores que inciden en mayor riesgo operacional para el clima de negocios en la región. Entre estos destacan la inseguridad, una economía estancada que nunca se recuperó al todo después de la crisis económica de 2008-2009, la corrupción y el descontento con la clase política. Protestas sociales populistas ya venían en aumento, y la preocupación es que se vuelvan a disparar cuando se levanten las restricciones de movimiento cuando pase lo peor de la pandemia.  Ante este malestar social latente, el informe puntualiza la preocupación que “grupos de oposición puedan llegar al poder y provocar un deterioro significativo en las condiciones operativas de las empresas”.

El informe puntualiza que lo que está en riesgo es el clima de negocios, dejando entender que la iniciativa privada que representa el motor de crecimiento económico sin el cual no se podrá alcanzar el desarrollo:

“Las demandas políticas de cambio de políticas serán más claras en la presión para apuntalar el gasto, lo que presenta un riesgo macroeconómico. Estas presiones también tendrán implicaciones para la política fiscal, la política del mercado laboral, la infraestructura y el entorno legal y regulatorio, todo lo cual sugiere riesgos significativos para el entorno empresarial.

 “Politics, populism and policy: operational risk in Latin America”

El informe reza: “[L]os riesgos van en aumento, y no solo para la estabilidad política y macroeconómica. Las empresas deben estar atentas a los cambios normativos importantes.” Las mayores preocupaciones son las demandas para un rol más grande para el Estado en la economía y una mayor preferencia por soluciones populistas entre un segmento creciente de la población. Entre las soluciones populistas que el informe señala con particular preocupación destacan las medidas de nacionalismo económico dirigido contra los sectores de minería, energía y grandes proyectos agrícolas, problemas que aquejan a Guatemala particularmente.

Resumiendo, el informe traza tres grandes áreas de riesgo: político, económico y de políticas (policy). Se deja muy claro, repetidamente, que la principal preocupación es que se abandone el razonamiento prudente económico a favor de medidas irresponsables que dañarían sustancialmente al clima de negocios a futuro. En materia de riesgo político el informe resalta que el riesgo de malestar social está aumentando, así como el riesgo que trastornos políticos en las urnas atraiga a más oportunistas políticos (outsiders). En el tema de riesgo económico el informe destaca que la gestión de las demandas de gasto será un importante desafío político y puntualiza sobre los riesgos de problemas de solvencia, la inflación y la presión cambiaria. Con respecto al riesgo en materia de políticas, el informe señala la preocupación que, a medida que los países lidian con las brechas fiscales y las demandas públicas de gasto, se están preparando grandes cambios en los impuestos, el mercado laboral, la infraestructura y el entorno legal y regulatorio. Lejos de validar los argumentos populistas de izquierda en contra del mercado y la iniciativa privada, todo el enfoque del informe de The Economist Intelligence Unit es sobre los riesgos operacionales para las empresas en la región que derivarían de medidas equivocadas de los gobiernos. Este enfoque es acertado, dado que sin buena gobernanza, una economía de libre mercado funcional y un buen clima de negocios, ningún país de la región podrá prosperar.  

En conclusión, lo que Guatemala debe de hacer para atender los riesgos señalados en el informe son cosas puntuales. En materia de gobernanza, el gobierno de Guatemala debería de enfocarse en la tarea primordial de brindar seguridad e imperio de la ley a sus ciudadanos, practicar disciplina fiscal, rechazar medidas populistas que atentan contra el libre mercado, el clima de negocios y los derechos de propiedad privada. Al mismo tiempo debe limpiar sus instituciones de la corrupción y procurar rendir cuentas a su pueblo votante. Con eso, Guatemala podría entrar en una senda de expansión económica en beneficio de su pueblo, y los demás países de la región también.
Cabe recalcar que estas medidas son precisamente las que el Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES) ha resaltado, no solo en respuesta a la crisis económica generada por las respuestas de los gobiernos a la pandemia, sino a lo largo de los últimos veinte años en distintas publicaciones, como las son las siguientes: “Diez prioridades para el próximo gobierno 2020”, “Los diez mandamientos fiscales”, y “Diez mandamientos para el nuevo gobierno”.