Prurito es una palabra rara vez utilizada en el lenguaje cotidiano del foro público nacional. Es una palabra poco común, sin duda. No obstante, es una palabra cuya significado es muy valioso, particularmente en el contexto que se vive en el país.

Prurito significa: deseo persistente y excesivo de hacer algo de la mejor manera posible. Prurito no es una palabra que describa, en lo más mínimo, lo que andan haciendo nuestro gobernantes y líderes del sector público y del sector privado. Intuyo que por ello no la leemos o escuchamos mucho en el foro público, ni como palabra, ni su significado.

Lamentablemente esta falta de prurito en el foro público, se podría concluir, es porque se advierte  que los políticos en su mayoría no tienen el deseo persistente y excesivo de hacer algo de la mejor manera posible. Lamentable. Prurito como idea da mucho que reflexionar, porque el país, incluyéndonos a nosotros Estimado Lector, tiene mucho en que ponerse al día, lo cual exige justamente lo que prurito significa. Aunque el exceso no es siempre bueno, el exceso en la labor de hacer que la educación nacional mejore y además de la mejor manera posible, sí que es algo bueno. El exceso en hacer de la mejor manera posible que la delincuencia desaparezca, y todos los guatemaltecos puedan salir a caminar libremente por las calles, sin pena ni angustia, sí que vale la pena. Solo por mencionar algunos temas.

Prurito incluye también un elemento indispensable y es que el deseo que significa debe ser persistente, no es de salir a manifestar y olvidarme del asunto cuando la manifestación concluya. No es que se pueda aportar un poquito y desentenderse del tema. Persistir es la clave. Si se pone esmero en mejorar la justicia pero solo por un día, mejor ahorrarse la fatiga. Prurito es importante porque la persistencia que implica es desmotivada por la cultura popular, porque todo se anima a ser querido ahora, inmediatamente, no con miras a persistir sino a preferir algo más casuístico o explosivo. En este país el rédito inmediato es parte de los elementos que animan a la corrupción, porque se quiere un reconocimiento ahora, un poder efímero pero inmediato, una comodidad económica ahora mismo, alejada del reconocimiento más real y noble que conlleva el fruto del trabajo persistente.

Prurito es una palabra, que a mi opinión, es hasta simpática cuando se pronuncia. Me resulta agradable, no solo en su significado sino también en su sonoridad. Deseo que al hablar de lo que está pasando a nivel nacional se repita algún día esa misma sensación, siendo incluso simpático de decir, de pronunciar. Que sea agradable hablar de lo que significa esto o aquello que está pasando a nivel persona como que se salió a caminar sin pena, que se deja la casa sin llave ni angustia; a nivel local, departamental o nacional. Encontrarse con que uno se siente bien de ver lo que se hace, que las críticas sean porque algo bien hecho pues se pudo haber hecho un poco mejor. Donde se critique por discrepancias de opinión con la oposición, pero basta de tener que criticar porque a quien se critica está cometiendo delitos o faltas graves a la moral. No digo se deje de criticar, sino que debemos general una realidad donde cuando se critique ya no sea por el tanate de crímenes y/o faltas a la moral que se advierten allí a la luz del día, a la orden del día y en total descaro.

No debemos perdernos Estimado Lector, la generación de ese deseo persistente y excesivo de hacer algo de la mejor manera posible para la colectividad de nuestra sociedad, no nacerá en el ámbito público o político nacional. Ese deseo solo se podrá generar y transmitir en el ámbito privado donde se tienen que gestar los cambios necesarios para sacar adelante al país, no poniendo esperanzas en que ello se logre partiendo del ámbito público o de la política que parece cada vez más inclinado a los intereses del mal.