Estimado Lector, debemos tener cuidado, mil mentiras no hacen ni una sola verdad, pero mil mentiras pueden hacernos creer que aunque sea en una de ellas si es verdad.

Desde tiempos ancestrales les mentiras han sido una forma efectiva e inmoral de lograr fines que de otra forma no serían alcanzables. Más recientemente en el último siglo hemos visto como varias mentiras repetidas hasta la saciedad han tenido consecuencias graves, tales como los genocidios perpetuados por los nazis o los soviéticos solo por mencionar algunos, así como muchos crímenes grotescos de la humanidad hacia la misma humanidad. Por ello, estimado lector, la prudencia ante lo que se oye y se lee en general respecto de la situación actual del país en torno al tema electoral es imperativa.

Tristemente parece que las mentiras en estos momentos vienen de todos lados, pero solo parece que vienen de todos lados porque en realidad y, seguramente, alguien está diciendo la verdad. Si perdemos la confianza en lo que escuchamos y leemos, debemos más que nunca tomarlo como una muestra la necesidad que existe de informarnos y generar nuestro propio y fundamentado criterio.

Debemos tener confianza en que la verdad siempre prevalece, a la vez que tenemos conciencia de que las consecuencias de las mentiras pueden no ser remediables, es decir, que las consecuencias de las mentiras pueden ser perpetuas aun y cuando la verdad salga a la luz.

Uno de los posibles peores escenarios es apoyar a los rufianes sinvergüenzas que nos usan y desecha al lograr sus fines macabros. Uno de los posibles mejores escenarios es lograr entender la situación en la que estamos y apoyar al recto, al correcto y sacar adelante la verdad que nos servirá de base para alcanzar los buenos fines propuestos.

El miedo y la indiferencia no deben premiar, y la prudencia no puede ser excusa para no actuar. El país requiere que las personas tomen y protejan una posición. No entro a contar toda la historia, los actores y las novedades porque ello ya nos lo sabemos todos, pero si quiero resaltar que en lo que debemos pensar en los objetivos de aquellos inescrupulosos que están usando la ley, como ha pasado mucho en la historia reciente de nuestro país, como arma para lograr resultados para los que nunca debieran ser utilizadas las normas.

Especial cuidado merece reflexionar sobre las diferencias entre la legalidad y la legitimidad de un asunto. Se puede revestir de legalidad algo que jamás debiera prosperar en el ámbito jurídico, sencillamente porque es contrario a la moral y la búsqueda de justicia. El control de lo que debe estar sujeto a los procesos legales es obligación y responsabilidad de los jueces…

Estimado Lector, la situación en torno al tema electoral tiene un alto grado de complejidad. No se lo tome personal si no termina de entender que está pasando, pocas personas realmente lo hacen. Lo que si debemos entender todos es que esto es un barullo, un nudo que debemos (usted y yo) buscar como desenredar, aprender y buscar, desde ya, evitar que vuelva a suceder.