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Bernardo vs. Montesquieu

En sus mensajes de campaña, el entonces candidato a la Presidencia manifestaba que nunca colaboraría con quienes en su momento eran los antagonistas de la democracia guatemalteca. Es más, los propios miembros del partido de Arévalo han sido muy vocales en contra del presidente del OJ. Sin embargo, parece que las cosas han cambiado ahora que ellos son quienes timonean el barco.

.
Marimaite Rayo |
02 de mayo, 2024

La semana pasada, después de la presentación de los avances de los primeros 100 días del nuevo gobierno, el presidente Arévalo, nuevamente, generó polémica en las redes con la publicación de una fotografía. El motivo de la agitación fue porque en la imagen figuraban los presidentes de las tres ramas de gobierno, Bernardo, como representante del Ejecutivo, Nery Ramos, en representación del Legislativo y Oscar Cruz, presidente del Organismo Judicial. Asimismo, Arévalo tomó la oportunidad para anunciar que las tres entidades mantendrían reuniones mensuales para coordinar esfuerzos.

Como era de esperarse, esta junta generó muchas críticas en la opinión pública, dado que unos señalaban que era una traición al movimiento encabezado por Bernardo Arévalo contra la política tradicional, mientras que otros manifestaban que esta “coordinación” atentaba contra la separación de poderes y era una estrategia para empezar a concentrar el poder.

A raíz de esta discusión, merece la pena preguntarse: ¿Es posible en el mundo moderno mantener una estricta separación de poderes? y ¿Es factible que las ramas de gobierno estén en una constante pugna?

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La separación de poderes en la modernidad

Entre las “vacas sagradas” del pensamiento republicano se podría decir que Montesquieu es uno de los pensadores que desarrolló una de las ideas centrales sobre las que descansa esta tradición. De sus trabajos se deriva el concepto de la separación de poderes, la cual establece que para evitar el ejercicio abusivo del poder debe existir total independencia entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Sin embargo, este ideal político sobre una separación absoluta únicamente tenía sentido en una administración cuya complejidad era relativamente baja.

En la actualidad, el Estado Administrativo muestra una complejidad estructural tan extrema y una proliferación de normas tal que hacen inconcebible la existencia de esferas independientes de poder. Es más, algunos autores mencionan que el hecho de que cada función del Estado se traduzca en una orden, implica que estas también son una manifestación de la personalidad de cada rama gubernamental. Por ende, para evitar una disputa de egos y personalidades, en vez de optar por una total separación de funciones, se deben identificar las oportunidades de colaboración para echar a andar la administración pública.

Es importante que Arévalo sea claro con sus mensajes y priorice el acto de gobernar, lo cual implica colaborar con quienes no siempre han sido santos de su devoción, ya que si estas señales mixtas confunden a sus electores, tendrá que pagar un precio muy alto en la opinión pública y dentro de las líneas de su partido.

Por ende, pese a las críticas sobre la posibilidad de una cooperación entre Bernardo y los presidentes del legislativo y judicial, pareciera que este es el punto de partida de una estrategia encaminada a hacer más eficiente y hábil la administración.  Ahora bien, esto no significa que no deban existir los mecanismos adecuados para evitar la “fusión” y consecuente concentración de poder en una figura. En este caso, es de suma importancia identificar qué competencias pueden responder a un plan de colaboración y cuáles se deben limitar a su respectiva esfera de poder.

Señales mixtas

Así como esta imagen muestra un acierto en el ámbito administrativo, no cabe duda de que también demuestra una nueva derrota de Bernardo.

En sus mensajes de campaña, el entonces candidato a la Presidencia manifestaba que nunca colaboraría con quienes en su momento eran los antagonistas de la democracia guatemalteca. Es más, los propios miembros del partido de Arévalo han sido muy vocales en contra del presidente del OJ.

Sin embargo, parece que las cosas han cambiado ahora que ellos son quienes timonean el barco.

No obstante, es importante que Arévalo sea claro con sus mensajes y priorice el acto de gobernar, lo cual implica colaborar con quienes no siempre han sido santos de su devoción, ya que si estas señales mixtas confunden a sus electores, tendrá que pagar un precio muy alto en la opinión pública y dentro de las líneas de su partido.

Bernardo vs. Montesquieu

En sus mensajes de campaña, el entonces candidato a la Presidencia manifestaba que nunca colaboraría con quienes en su momento eran los antagonistas de la democracia guatemalteca. Es más, los propios miembros del partido de Arévalo han sido muy vocales en contra del presidente del OJ. Sin embargo, parece que las cosas han cambiado ahora que ellos son quienes timonean el barco.

Marimaite Rayo |
02 de mayo, 2024
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La semana pasada, después de la presentación de los avances de los primeros 100 días del nuevo gobierno, el presidente Arévalo, nuevamente, generó polémica en las redes con la publicación de una fotografía. El motivo de la agitación fue porque en la imagen figuraban los presidentes de las tres ramas de gobierno, Bernardo, como representante del Ejecutivo, Nery Ramos, en representación del Legislativo y Oscar Cruz, presidente del Organismo Judicial. Asimismo, Arévalo tomó la oportunidad para anunciar que las tres entidades mantendrían reuniones mensuales para coordinar esfuerzos.

Como era de esperarse, esta junta generó muchas críticas en la opinión pública, dado que unos señalaban que era una traición al movimiento encabezado por Bernardo Arévalo contra la política tradicional, mientras que otros manifestaban que esta “coordinación” atentaba contra la separación de poderes y era una estrategia para empezar a concentrar el poder.

A raíz de esta discusión, merece la pena preguntarse: ¿Es posible en el mundo moderno mantener una estricta separación de poderes? y ¿Es factible que las ramas de gobierno estén en una constante pugna?

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La separación de poderes en la modernidad

Entre las “vacas sagradas” del pensamiento republicano se podría decir que Montesquieu es uno de los pensadores que desarrolló una de las ideas centrales sobre las que descansa esta tradición. De sus trabajos se deriva el concepto de la separación de poderes, la cual establece que para evitar el ejercicio abusivo del poder debe existir total independencia entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Sin embargo, este ideal político sobre una separación absoluta únicamente tenía sentido en una administración cuya complejidad era relativamente baja.

En la actualidad, el Estado Administrativo muestra una complejidad estructural tan extrema y una proliferación de normas tal que hacen inconcebible la existencia de esferas independientes de poder. Es más, algunos autores mencionan que el hecho de que cada función del Estado se traduzca en una orden, implica que estas también son una manifestación de la personalidad de cada rama gubernamental. Por ende, para evitar una disputa de egos y personalidades, en vez de optar por una total separación de funciones, se deben identificar las oportunidades de colaboración para echar a andar la administración pública.

Es importante que Arévalo sea claro con sus mensajes y priorice el acto de gobernar, lo cual implica colaborar con quienes no siempre han sido santos de su devoción, ya que si estas señales mixtas confunden a sus electores, tendrá que pagar un precio muy alto en la opinión pública y dentro de las líneas de su partido.

Por ende, pese a las críticas sobre la posibilidad de una cooperación entre Bernardo y los presidentes del legislativo y judicial, pareciera que este es el punto de partida de una estrategia encaminada a hacer más eficiente y hábil la administración.  Ahora bien, esto no significa que no deban existir los mecanismos adecuados para evitar la “fusión” y consecuente concentración de poder en una figura. En este caso, es de suma importancia identificar qué competencias pueden responder a un plan de colaboración y cuáles se deben limitar a su respectiva esfera de poder.

Señales mixtas

Así como esta imagen muestra un acierto en el ámbito administrativo, no cabe duda de que también demuestra una nueva derrota de Bernardo.

En sus mensajes de campaña, el entonces candidato a la Presidencia manifestaba que nunca colaboraría con quienes en su momento eran los antagonistas de la democracia guatemalteca. Es más, los propios miembros del partido de Arévalo han sido muy vocales en contra del presidente del OJ.

Sin embargo, parece que las cosas han cambiado ahora que ellos son quienes timonean el barco.

No obstante, es importante que Arévalo sea claro con sus mensajes y priorice el acto de gobernar, lo cual implica colaborar con quienes no siempre han sido santos de su devoción, ya que si estas señales mixtas confunden a sus electores, tendrá que pagar un precio muy alto en la opinión pública y dentro de las líneas de su partido.