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Errar es de humanos, revisar es de sabios

Pero para evitar esos errores irreparables uno debe repararlos antes de que sea demasiado tarde. Uno debe aprender de los errores propios y de otros. Uno debe mantener en mente que las fallas debieran ser siempre parte de nuestras consideraciones.

.
Warren Orbaugh |
10 de julio, 2023

Cualquier actividad, esfuerzo o acción humana es sujeto de errores. Desde el cálculo de una estructura, o el diseño de un edificio, o su construcción, o un diagnóstico, o una evaluación de una gestión administrativa, o una escritura o una explicación de un fenómeno natural, todos pueden ser un desacierto. Uno se puede equivocar. Errar es humano. Esto lo sabe cualquier ingeniero, arquitecto, médico, auditor, contador, abogado y científico. Lo sabe el soldador, el mecánico, el albañil, el enfermero, el cajero, el jurista y el investigador. Lo sabe el estudiante, el dibujante, el deportista, el mediador y el inventor. La experiencia nos enseña esto.

También aprendemos que hay errores irreparables. ¿Quién no conoce la popular canción infantil inglesa de 1797, Humpty Dumpty?

Humpty Dumpty se sentó en un muro,
Humpty Dumpty tuvo una gran caída.
Ni todos los caballos ni todos los hombres del Rey
pudieron a Humpty recomponer.

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Los errores irreparables son en su mayoría grandes tragedias. Y muchas veces son producto de una cadena de acciones en las que intervienen diferentes personas. Así fue la catástrofe de las pasarelas suspendidas del Hyatt Regency de la ciudad de Kansas, que se desplomaron el 17 de julio de 1981, donde murieron 114 personas y otras 200 quedaron malheridas. No se puede revivir a los fallecidos.

Así mismo, otra desgracia fue el colapso del puente sobre el río Mianus en Connecticut, tan sólo dos años después de la fatalidad del Hyatt Regency. Por haber sucedido muy temprano antes de que hubiera mucho tráfico, sólo murieron tres personas y otras tres quedaron lesionadas. Pero a los muertos no se los puede resucitar.

Igualmente, otra desdicha fue la elección de Hugo Chávez y sus secuaces “socialistas del siglo XXI” en 1998, que causó que la otrora potencia económica hispanoamericana sucumbiera en el colapso económico que colocó a Venezuela entre los más pobres del continente. El gobierno socialista llevó a Venezuela a una hiperinflación, a un aumento de la hambruna, de la desnutrición, del crimen, de tasas de mortalidad dando como consecuencia una emigración masiva de sus ciudadanos, la diáspora venezolana. Ya van 25 años de este infortunio. No se puede reaparecer a los cadáveres y despojados.

Pero para evitar esos errores irreparables uno debe repararlos antes de que sea demasiado tarde. Uno debe aprender de los errores propios y de otros. Uno debe mantener en mente que las fallas debieran ser siempre parte de nuestras consideraciones. Cometer errores es perdonable, pero detectarlos es imperativo. Por eso el estudiante de matemáticas o ingeniería revisa sus cálculos antes de entregar su examen. El cajero cuenta varias veces el dinero que recibe en depósito al igual que el que entrega al hacer efectivo un cheque. Los jueces en un evento deportivo, sea éste una competencia de levantamiento de pesas o un partido de futbol, revisan en la filmación si el veredicto del árbitro es correcto o no.

El proceso de revisiones sucesivas es común tanto en escribir un artículo, ensayo, novela o poema; en ingeniería, en composición musical y en ciencia, para eliminar continuamente fallas y errores. Esta práctica evita adversidades.

Una revisión a tiempo impidió una tragedia del edificio Citycorp de Manhatan. El cálculo de la estructura estuvo a cargo del prestigioso ingeniero William J. Lemessurier. El edificio, peculiar por estar sostenido sólo en cuatro pilares fue inaugurado en 1977. En junio de 1978, Diane Hartley, una estudiante de Ingeniería Civil de Princetown que hacía un estudio sobre el edificio Citycorp, llamó al estudio de Lemessurier indicando que según sus cálculos la estructura era inestable para cargas de viento viniendo por las esquinas. Lemessurier, sabiamente, decidió revisar sus cálculos y descubrió que en efecto había un error. Lo corrigió y se hicieron las alteraciones necesarias a la estructura desde junio a agosto de 1978 evitando así un accidente.

Ahora, varios ciudadanos y partidos políticos suponen que en el conteo de votos de las recientes elecciones hay errores que pueden afectar los resultados. Lo sensato es hacer una revisión. Un nuevo reconteo de votos es la manera de establecer si hubo o no una falla. Es importante aprender de la actitud de Lemessurier quien no desechó la observación de Hartley por ser ella una estudiante, y revisó sus cálculos evitando así una posible tragedia.

Oponerse a la revisión es irresponsable y desatinado, provocando sospechas de que existe algo que se quiere ocultar.

Errar es de humanos, revisar es de sabios.

Errar es de humanos, revisar es de sabios

Pero para evitar esos errores irreparables uno debe repararlos antes de que sea demasiado tarde. Uno debe aprender de los errores propios y de otros. Uno debe mantener en mente que las fallas debieran ser siempre parte de nuestras consideraciones.

Warren Orbaugh |
10 de julio, 2023
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Cualquier actividad, esfuerzo o acción humana es sujeto de errores. Desde el cálculo de una estructura, o el diseño de un edificio, o su construcción, o un diagnóstico, o una evaluación de una gestión administrativa, o una escritura o una explicación de un fenómeno natural, todos pueden ser un desacierto. Uno se puede equivocar. Errar es humano. Esto lo sabe cualquier ingeniero, arquitecto, médico, auditor, contador, abogado y científico. Lo sabe el soldador, el mecánico, el albañil, el enfermero, el cajero, el jurista y el investigador. Lo sabe el estudiante, el dibujante, el deportista, el mediador y el inventor. La experiencia nos enseña esto.

También aprendemos que hay errores irreparables. ¿Quién no conoce la popular canción infantil inglesa de 1797, Humpty Dumpty?

Humpty Dumpty se sentó en un muro,
Humpty Dumpty tuvo una gran caída.
Ni todos los caballos ni todos los hombres del Rey
pudieron a Humpty recomponer.

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Los errores irreparables son en su mayoría grandes tragedias. Y muchas veces son producto de una cadena de acciones en las que intervienen diferentes personas. Así fue la catástrofe de las pasarelas suspendidas del Hyatt Regency de la ciudad de Kansas, que se desplomaron el 17 de julio de 1981, donde murieron 114 personas y otras 200 quedaron malheridas. No se puede revivir a los fallecidos.

Así mismo, otra desgracia fue el colapso del puente sobre el río Mianus en Connecticut, tan sólo dos años después de la fatalidad del Hyatt Regency. Por haber sucedido muy temprano antes de que hubiera mucho tráfico, sólo murieron tres personas y otras tres quedaron lesionadas. Pero a los muertos no se los puede resucitar.

Igualmente, otra desdicha fue la elección de Hugo Chávez y sus secuaces “socialistas del siglo XXI” en 1998, que causó que la otrora potencia económica hispanoamericana sucumbiera en el colapso económico que colocó a Venezuela entre los más pobres del continente. El gobierno socialista llevó a Venezuela a una hiperinflación, a un aumento de la hambruna, de la desnutrición, del crimen, de tasas de mortalidad dando como consecuencia una emigración masiva de sus ciudadanos, la diáspora venezolana. Ya van 25 años de este infortunio. No se puede reaparecer a los cadáveres y despojados.

Pero para evitar esos errores irreparables uno debe repararlos antes de que sea demasiado tarde. Uno debe aprender de los errores propios y de otros. Uno debe mantener en mente que las fallas debieran ser siempre parte de nuestras consideraciones. Cometer errores es perdonable, pero detectarlos es imperativo. Por eso el estudiante de matemáticas o ingeniería revisa sus cálculos antes de entregar su examen. El cajero cuenta varias veces el dinero que recibe en depósito al igual que el que entrega al hacer efectivo un cheque. Los jueces en un evento deportivo, sea éste una competencia de levantamiento de pesas o un partido de futbol, revisan en la filmación si el veredicto del árbitro es correcto o no.

El proceso de revisiones sucesivas es común tanto en escribir un artículo, ensayo, novela o poema; en ingeniería, en composición musical y en ciencia, para eliminar continuamente fallas y errores. Esta práctica evita adversidades.

Una revisión a tiempo impidió una tragedia del edificio Citycorp de Manhatan. El cálculo de la estructura estuvo a cargo del prestigioso ingeniero William J. Lemessurier. El edificio, peculiar por estar sostenido sólo en cuatro pilares fue inaugurado en 1977. En junio de 1978, Diane Hartley, una estudiante de Ingeniería Civil de Princetown que hacía un estudio sobre el edificio Citycorp, llamó al estudio de Lemessurier indicando que según sus cálculos la estructura era inestable para cargas de viento viniendo por las esquinas. Lemessurier, sabiamente, decidió revisar sus cálculos y descubrió que en efecto había un error. Lo corrigió y se hicieron las alteraciones necesarias a la estructura desde junio a agosto de 1978 evitando así un accidente.

Ahora, varios ciudadanos y partidos políticos suponen que en el conteo de votos de las recientes elecciones hay errores que pueden afectar los resultados. Lo sensato es hacer una revisión. Un nuevo reconteo de votos es la manera de establecer si hubo o no una falla. Es importante aprender de la actitud de Lemessurier quien no desechó la observación de Hartley por ser ella una estudiante, y revisó sus cálculos evitando así una posible tragedia.

Oponerse a la revisión es irresponsable y desatinado, provocando sospechas de que existe algo que se quiere ocultar.

Errar es de humanos, revisar es de sabios.