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Font, Chicola y Figueroa Sarti

...no tengo relación alguna con los tres ya mencionados -Font, Chicola y Figueroa Sarti- es más, me caen un poco gordos...

La Justicia es ciega
Alejandro Palmieri |
09 de agosto, 2022

A José Rubén Zamora le está tocando que sufrir lo que muchos otros antes que él han sufrido: enfrentar una acusación del ente investigador bajo condiciones de desventaja y violatorias del debido proceso; entre ellas, la muy denunciada dilación de la primera declaración, la consiguiente prisión “provisional” y restricción inicial de acceso de su defensa técnica al expediente judicial, entre otros

Fue hasta ayer, que el juez contralor decidió ligarlo a proceso y, mientras este se sustancia, estará en prisión preventiva. Esto, más de 10 días después de su captura que, por cierto, se produjo en un operativo en el que se denunció exceso de fuerza e intimidación a familiares, algo que denunciaron también muchos otros antes, como parte de los vicios de los operativos conducidos por Cicig.  En aquel entonces, los medios de comunicación -con algunas excepciones- nunca atendieron las quejas y las descartaron como sin fundamento.  Ahora vemos que no solo pasó, sino que lamentablemente sigue pasando.

La repetición de los vicios del pasado es criticable y ojalá tenga como efecto positivo que se reformen los procedimientos para ajustarlos a las garantías constitucionales y procesales.  Ojalá eso suceda.

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Otro de los vicios del pasado -que siguen dándose- es la mediatización de procesos penales y la irremediable arrastrada de personas y reputaciones que se da en esa vorágine.  Ni modo, los procesados tienen que pasar por eso, pero no así otros, ajenos al proceso, que solo de oídas o habladas paran siendo embarrados.

En este caso en particular me refiero a Juan Luis Font, Phillip Chicola y Raúl Figueroa Sarti; uno es periodista, otro politólogo -ex asesor de cámaras empresariales- y el último, un editor.  Los tres controversiales y por sus posturas muy incómodos para muchos.  Conozco al primero, no así a los otros dos (a Chicola una vez lo he saludado en mi vida) pero comparto la crítica que le hacen muchos por sus posturas, por su actitud muy pagada de sí mismo y por algunas de sus expresiones.  Ni modo, ninguno de los tres son -como ninguno lo somos- monedita de oro para caerle bien a todos.

Con Figueroa Sarti incluso he intercambiado algunas veces en redes sociales y él, haciéndose el gracioso, ha lanzado velados insultos tanto a mí como a mi viejito (QEPD).  No estoy de acuerdo, por supuesto, con esas u otras muchas expresiones, pero no puedo hacer nada al respecto, son sus opiniones.  

Chicola se cree mucho más de lo que realmente es y, luego de ganar buen dinero asesorando al sector privado organizado -y al mismo tiempo a Cicig- cuando sale de esa relación con los empresarios para perseguir ambiciones personales, se va de Guatemala tirando sapos y culebras, y rayos y centellas, en contra de quienes durante 8 años (dijo él) le emplearon. No es por guardar agradecimiento, sino por decencia, calidad humana que todas las quejas que pudo tener las debió ventilar entonces y no solo cuando ya no le pagaban.  En fin, es cuestión de cada uno. * "Resultó un traidor" según varios de los afectados. 

De Font, aunque es a quien más pudiese conocer, tengo muy poco qué decir de él.  No me cae mal, pero no tenemos una buena relación; tal vez es debido a algún tema generacional.

No tengo amistad con ninguno de los tres y, más bien, tengo razones para querer evitarles, pero las cosas hay que decirlas como son: su mención tangencial y la exposición de fotografías en la primera audiencia de declaración de Zamora tienen tanto que ver como los osos panda con la Carabina de Ambrosio.  Nada, pues.

El denunciante en el caso de Zamora dice que “tiene entendido” que estas otras personas pudiesen haber tenido alguna relación irregular con el Bantrab.  Eso resultó suficiente para que fuesen arrastrados y expuestos dentro de un proceso -como presuntos criminales- en el que no tienen absolutamente nada qué ver.  Eso no puede tener cabida en un sistema judicial que pretende abandonar los abusos y vicios del pasado, cometidos por auto llamados luchadores en contra de la impunidad.

Quiero recalcar que no tengo relación alguna con los tres ya mencionados -Font, Chicola y Figueroa Sarti- es más, me caen un poco gordos, si debo de ser honesto, pero no por ello voy a quedarme callado ante lo que considero un abuso y un atropello.  Si existen indicios de la posible comisión de ilícitos, que se les investigue y presente ante los tribunales cuando eso ya haya sido determinado, y no solamente porque alguien “tiene entendido” que así puede ser. 

El proceso en contra de Zamora -como todos- debe sustanciarse con todas las garantías procesales y respeto a sus derechos constitucionales, pero estos solo pueden ser defendidos por alguien que es parte en dicho proceso, o sea él; arrastrar a Font, Chicola y Figueroa Sarti, e intentar embarrarlos de porquería ajena es deleznable y debe ser rechazado por todos quienes queremos que se abandonen los abusos y los excesos de funcionarios o particulares que ilegítimamente utilizan el poder para atacar a sus enemigos.

 

¡No más de aquello tan abominable que hizo la Cicig!

*Frase agregada el 10/08/22 a las 17:32 a solicitud de entrevistados para esta nota. Originalmente había sido omitida.

Font, Chicola y Figueroa Sarti

...no tengo relación alguna con los tres ya mencionados -Font, Chicola y Figueroa Sarti- es más, me caen un poco gordos...

Alejandro Palmieri |
09 de agosto, 2022
La Justicia es ciega

A José Rubén Zamora le está tocando que sufrir lo que muchos otros antes que él han sufrido: enfrentar una acusación del ente investigador bajo condiciones de desventaja y violatorias del debido proceso; entre ellas, la muy denunciada dilación de la primera declaración, la consiguiente prisión “provisional” y restricción inicial de acceso de su defensa técnica al expediente judicial, entre otros

Fue hasta ayer, que el juez contralor decidió ligarlo a proceso y, mientras este se sustancia, estará en prisión preventiva. Esto, más de 10 días después de su captura que, por cierto, se produjo en un operativo en el que se denunció exceso de fuerza e intimidación a familiares, algo que denunciaron también muchos otros antes, como parte de los vicios de los operativos conducidos por Cicig.  En aquel entonces, los medios de comunicación -con algunas excepciones- nunca atendieron las quejas y las descartaron como sin fundamento.  Ahora vemos que no solo pasó, sino que lamentablemente sigue pasando.

La repetición de los vicios del pasado es criticable y ojalá tenga como efecto positivo que se reformen los procedimientos para ajustarlos a las garantías constitucionales y procesales.  Ojalá eso suceda.

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Otro de los vicios del pasado -que siguen dándose- es la mediatización de procesos penales y la irremediable arrastrada de personas y reputaciones que se da en esa vorágine.  Ni modo, los procesados tienen que pasar por eso, pero no así otros, ajenos al proceso, que solo de oídas o habladas paran siendo embarrados.

En este caso en particular me refiero a Juan Luis Font, Phillip Chicola y Raúl Figueroa Sarti; uno es periodista, otro politólogo -ex asesor de cámaras empresariales- y el último, un editor.  Los tres controversiales y por sus posturas muy incómodos para muchos.  Conozco al primero, no así a los otros dos (a Chicola una vez lo he saludado en mi vida) pero comparto la crítica que le hacen muchos por sus posturas, por su actitud muy pagada de sí mismo y por algunas de sus expresiones.  Ni modo, ninguno de los tres son -como ninguno lo somos- monedita de oro para caerle bien a todos.

Con Figueroa Sarti incluso he intercambiado algunas veces en redes sociales y él, haciéndose el gracioso, ha lanzado velados insultos tanto a mí como a mi viejito (QEPD).  No estoy de acuerdo, por supuesto, con esas u otras muchas expresiones, pero no puedo hacer nada al respecto, son sus opiniones.  

Chicola se cree mucho más de lo que realmente es y, luego de ganar buen dinero asesorando al sector privado organizado -y al mismo tiempo a Cicig- cuando sale de esa relación con los empresarios para perseguir ambiciones personales, se va de Guatemala tirando sapos y culebras, y rayos y centellas, en contra de quienes durante 8 años (dijo él) le emplearon. No es por guardar agradecimiento, sino por decencia, calidad humana que todas las quejas que pudo tener las debió ventilar entonces y no solo cuando ya no le pagaban.  En fin, es cuestión de cada uno. * "Resultó un traidor" según varios de los afectados. 

De Font, aunque es a quien más pudiese conocer, tengo muy poco qué decir de él.  No me cae mal, pero no tenemos una buena relación; tal vez es debido a algún tema generacional.

No tengo amistad con ninguno de los tres y, más bien, tengo razones para querer evitarles, pero las cosas hay que decirlas como son: su mención tangencial y la exposición de fotografías en la primera audiencia de declaración de Zamora tienen tanto que ver como los osos panda con la Carabina de Ambrosio.  Nada, pues.

El denunciante en el caso de Zamora dice que “tiene entendido” que estas otras personas pudiesen haber tenido alguna relación irregular con el Bantrab.  Eso resultó suficiente para que fuesen arrastrados y expuestos dentro de un proceso -como presuntos criminales- en el que no tienen absolutamente nada qué ver.  Eso no puede tener cabida en un sistema judicial que pretende abandonar los abusos y vicios del pasado, cometidos por auto llamados luchadores en contra de la impunidad.

Quiero recalcar que no tengo relación alguna con los tres ya mencionados -Font, Chicola y Figueroa Sarti- es más, me caen un poco gordos, si debo de ser honesto, pero no por ello voy a quedarme callado ante lo que considero un abuso y un atropello.  Si existen indicios de la posible comisión de ilícitos, que se les investigue y presente ante los tribunales cuando eso ya haya sido determinado, y no solamente porque alguien “tiene entendido” que así puede ser. 

El proceso en contra de Zamora -como todos- debe sustanciarse con todas las garantías procesales y respeto a sus derechos constitucionales, pero estos solo pueden ser defendidos por alguien que es parte en dicho proceso, o sea él; arrastrar a Font, Chicola y Figueroa Sarti, e intentar embarrarlos de porquería ajena es deleznable y debe ser rechazado por todos quienes queremos que se abandonen los abusos y los excesos de funcionarios o particulares que ilegítimamente utilizan el poder para atacar a sus enemigos.

 

¡No más de aquello tan abominable que hizo la Cicig!

*Frase agregada el 10/08/22 a las 17:32 a solicitud de entrevistados para esta nota. Originalmente había sido omitida.