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HORIZONTES Decir de un hacer

De ahí que el que quiera diseñar una determinada estrategia debe emplear unas técnicas y, por ende, una metodología que le permita elaborar o diseñar una ruta que le asegure llegar a buen puerto.

.
Francisco Beltranena |
28 de agosto, 2023

No dejo de asombrarme cuando leo en los medios de comunicación, tanto en los escritos como en redes sociales algunas de las declaraciones que sobre la situación que hoy vivimos en nuestra convulsa Guatemala. Como analista político trato de identificar en las declaraciones que salen publicadas el derrotero en el que la acción de cada uno de los sectores se encuentra en ese momento.

De manera particular, y no como un simple seguimiento, le presto atención a esas declaraciones publicadas cuando me encuentro preparando una plática, una conferencia o un informe escrito en que tenga que tratar el estado de situación (en términos de ciencia política) en los que se encuentra el país.

Desde el nombre de mi columna, Horizontes, he reflejado ante la opinión pública mi entrenado interés por los aspectos de relevancia estratégica para la Nación y, aquellos que nos relacionan con la comunidad internacional. De esa cuenta, muchas veces, sin señalarlo expresamente, los temas que trato en éste espacio son eminentemente estratégicos.

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Por supuesto, en el lenguaje popular, el concepto de estrategia no es muy comprendido y, no pocas veces, hasta mal entendido, ya que se le asocia como un tema puramente militar. Negar sus orígenes científicos en la vida militar sería un grave error.

Pero creer que esos orígenes son recientes y resumidos a la vida militar, es tan equivocado como que la distancia histórica que habría que medirla en siglos hasta el lejano estratega chino, SunTzu y su clásica obra Los trece artículos del Arte de la Guerra.

A veces, quizás más de lo que uno quisiera, lee uno declaraciones que van desde funcionarios de Gobierno hasta políticos pasando por representantes de tanques de pensamiento que se refieren a algo con el término de estrategia y en realidad de lo que están hablando es de táctica, e incluso de logística, pero nada que ver con estrategia.

El Diccionario de la Lengua Española vagamente nos esboza el concepto de estrategia al decir de ella que es: “virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa; conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien alguna cosa”.

En definitiva, la estrategia supone un arte, lo que lleva necesariamente implícito el conocimiento de determinadas técnicas que permitan el diseño de la misma. De ahí que el que quiera diseñar una determinada estrategia debe emplear unas técnicas y, por ende, una metodología que le permita elaborar o diseñar una ruta que le asegure llegar a buen puerto. Guatemala necesita de eso y de una conducción político estratégica que nos lleve a ese buen puerto.

La estrategia es tanto el arte de concebir planes de operaciones coherentes con los fines legítimos de una comunidad política, como el arte de conducir los ejércitos hacia objetivos decisivos. La forma de la estrategia es la lógica de la acción. La materia de la estrategia es el arte de la distancia. Su estructura está en los planes de operaciones; el contenido en la conducción de todos los medios disponibles hacia el objetivo, y el objeto de la estrategia: el decir de un hacer. ¡Hasta la próxima!

 

HORIZONTES Decir de un hacer

De ahí que el que quiera diseñar una determinada estrategia debe emplear unas técnicas y, por ende, una metodología que le permita elaborar o diseñar una ruta que le asegure llegar a buen puerto.

Francisco Beltranena |
28 de agosto, 2023
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No dejo de asombrarme cuando leo en los medios de comunicación, tanto en los escritos como en redes sociales algunas de las declaraciones que sobre la situación que hoy vivimos en nuestra convulsa Guatemala. Como analista político trato de identificar en las declaraciones que salen publicadas el derrotero en el que la acción de cada uno de los sectores se encuentra en ese momento.

De manera particular, y no como un simple seguimiento, le presto atención a esas declaraciones publicadas cuando me encuentro preparando una plática, una conferencia o un informe escrito en que tenga que tratar el estado de situación (en términos de ciencia política) en los que se encuentra el país.

Desde el nombre de mi columna, Horizontes, he reflejado ante la opinión pública mi entrenado interés por los aspectos de relevancia estratégica para la Nación y, aquellos que nos relacionan con la comunidad internacional. De esa cuenta, muchas veces, sin señalarlo expresamente, los temas que trato en éste espacio son eminentemente estratégicos.

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Por supuesto, en el lenguaje popular, el concepto de estrategia no es muy comprendido y, no pocas veces, hasta mal entendido, ya que se le asocia como un tema puramente militar. Negar sus orígenes científicos en la vida militar sería un grave error.

Pero creer que esos orígenes son recientes y resumidos a la vida militar, es tan equivocado como que la distancia histórica que habría que medirla en siglos hasta el lejano estratega chino, SunTzu y su clásica obra Los trece artículos del Arte de la Guerra.

A veces, quizás más de lo que uno quisiera, lee uno declaraciones que van desde funcionarios de Gobierno hasta políticos pasando por representantes de tanques de pensamiento que se refieren a algo con el término de estrategia y en realidad de lo que están hablando es de táctica, e incluso de logística, pero nada que ver con estrategia.

El Diccionario de la Lengua Española vagamente nos esboza el concepto de estrategia al decir de ella que es: “virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa; conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien alguna cosa”.

En definitiva, la estrategia supone un arte, lo que lleva necesariamente implícito el conocimiento de determinadas técnicas que permitan el diseño de la misma. De ahí que el que quiera diseñar una determinada estrategia debe emplear unas técnicas y, por ende, una metodología que le permita elaborar o diseñar una ruta que le asegure llegar a buen puerto. Guatemala necesita de eso y de una conducción político estratégica que nos lleve a ese buen puerto.

La estrategia es tanto el arte de concebir planes de operaciones coherentes con los fines legítimos de una comunidad política, como el arte de conducir los ejércitos hacia objetivos decisivos. La forma de la estrategia es la lógica de la acción. La materia de la estrategia es el arte de la distancia. Su estructura está en los planes de operaciones; el contenido en la conducción de todos los medios disponibles hacia el objetivo, y el objeto de la estrategia: el decir de un hacer. ¡Hasta la próxima!