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HORIZONTES Ganadores y perdedores

Cabe la pregunta: ¿habrá algún ganador? La respuesta es optimista probablemente y pienso que sí, si hay un ganador: la ciudadanía que se ha venido a dar cuenta de los excesos de las organizaciones sociales y del presidente electo.

.
Francisco Beltranena |
06 de noviembre, 2023

Ha pasado un mes de los turbulentos acontecimientos con los que comenzamos el mes de octubre de 2023.  Finalmente,  y de poco a poco, se ha ido recuperando la normalidad aunque la misma no llega a estar del todo. Las movilizaciones de personas provenientes del interior son notorias en las decenas de camionetas que acarrean a los manifestantes que aún han caminado por las principales vías de comunicación de las entradas a la Capital de la República en dirección a las calles que circundan el edificio del Ministerio Público, para luego llegar a la Plaza frente al Palacio Nacional.

Si bien ahora caminan a 2/3 kilómetros por hora, el tráfico atrás de ellos se puede movilizar a la misma velocidad en el mejor de los casos y se cumple que en vez de bloqueos que impidan la libre movilidad, lo que generan son inmensos atascos a lo largo de sus caminatas.

Las motivaciones no han cambiado aunque se hayan tratado de matizarlas: exigen la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras, del fiscal Rafael Curruchiche y del juez Fredy Orellana. Los matices se han agregado poco a poco y en la medida en la que los bloqueos provocaron un resentimiento en la inmensa mayoría de ciudadanos en todo el país lo que notoriamente fue provocando un rechazo contra los organizadores y aquellos políticos que las apoyaban.

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Inicialmente fueron los 48 Cantones de Totonicapán, a los que se sumaron las autoridades indígenas ancestrales de la Alcaldía Indígena de Sololá los que comenzaron con los bloqueos. A ellos se sumaron organizaciones entre las que surgió CODECA y que fueron envalentonados con el discurso que el día 5 de octubre diera el presidente electo Bernardo Arévalo en ENADE lo que hizo más expansivos los bloqueos hasta que se llegó al bloqueo casi total de la Capital y en general de la República.

Obviamente cuando un país se ve bloqueado al extremo en el que se llego en octubre no cabe la menor duda que la economía de todos los guatemaltecos se vio afectada.  Rehenes de la incapacidad de movilizarse, el intercambio de bienes y servicios se limitó y de ahí que la economía se viera afectada. Y sin duda alguna, uno de los perdedores fue la economía nacional.

No fueron pocas las instituciones y organizaciones que viendo el deterioro político que acumulaba el presidente electo buscaron la manera de tenderle un puente de oro para salir de la crisis que estaba montando una inmensa insatisfacción y un tremendo enojo en la ciudadanía. Por increíble que parezca la embajada de los Estados Unidos de América convocó a una mesa de diálogo entre los 48 Cantones, las autoridades ancestrales y otras organizaciones entre las que participaron FUNDESA y el CACIF. Las facilitaciones de OEA y de la embajada de los Estados Unidos de América terminaron con un comunicado después de un diálogo que convocara el presidente electo y que no todas las organizaciones firmaron.

Si individualizamos un perdedor, los sucesos de lo que se ha dado en llamar Octubre Negro, fue el presidente electo Bernardo Arévalo. La ciudadanía le ubicó como líder del movimiento gracias a la cobertura en medios y redes sociales que tuvieron sus declaraciones a favor del movimiento y se le responsabilizó.

Un segundo perdedor fueron los 48 Cantones de Totonicapán quienes han sido vistos como autores materiales de los bloqueos. Sus acciones han provocado un inmenso resentimiento con los pobladores del área de Quetzaltenango a quienes  convirtieron en rehenes por los bloqueos en el Altiplano Occidental. Si a eso agregamos la población que fue obligada a participar y a cerrar sus pequeñas empresas y negocios, los costos de responsabilidad de los 48 Cantones se tornan exponenciales. Lo mismo sucedió con las autoridades ancestrales en Sololá donde la población se encuentra enojadísima por haberles obligado al cierre de sus negocios con el fin de acuerpar los bloqueos y supuesto Paro Nacional.

El efecto de perdedores de los 48 Cantones y de la Alcaldía Indígena de Sololá aumentan las pérdidas del presidente electo Arévalo quién les dio su apoyo político en los inicios del movimiento.

Cabe la pregunta: ¿habrá algún ganador? La respuesta es optimista probablemente y pienso que sí, si hay un ganador: la ciudadanía que se ha venido a dar cuenta de los excesos de las organizaciones sociales y del presidente electo. De alguna manera les dio la oportunidad de quitarse la venda de los ojos. Estoy convencido de que estas organizaciones y líderes políticos se la tendrán que pensar dos veces para iniciar un movimiento como el que nos llevó a ese Octubre Negro.

La crisis que alcanzó todos los órdenes de la vida de los guatemaltecos no debe repetirse. Las acciones y extremos a los que se llegó como el sabotaje del agua para la Ciudad de Guatemala quedaron claros que son delictuosas. Espero que la madurez llegue a los políticos que azuzaron este movimiento (con lo que fueron perdedores) y que si han de conducir los destinos del país, lo hagan a favor de todos los guatemaltecos de manera honesta y consciente en aras del Estado de Derecho para que no se repita nunca más. ¡Hasta la próxima!  

 

El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.

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Cabe la pregunta: ¿habrá algún ganador? La respuesta es optimista probablemente y pienso que sí, si hay un ganador: la ciudadanía que se ha venido a dar cuenta de los excesos de las organizaciones sociales y del presidente electo.

Francisco Beltranena |
06 de noviembre, 2023
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Ha pasado un mes de los turbulentos acontecimientos con los que comenzamos el mes de octubre de 2023.  Finalmente,  y de poco a poco, se ha ido recuperando la normalidad aunque la misma no llega a estar del todo. Las movilizaciones de personas provenientes del interior son notorias en las decenas de camionetas que acarrean a los manifestantes que aún han caminado por las principales vías de comunicación de las entradas a la Capital de la República en dirección a las calles que circundan el edificio del Ministerio Público, para luego llegar a la Plaza frente al Palacio Nacional.

Si bien ahora caminan a 2/3 kilómetros por hora, el tráfico atrás de ellos se puede movilizar a la misma velocidad en el mejor de los casos y se cumple que en vez de bloqueos que impidan la libre movilidad, lo que generan son inmensos atascos a lo largo de sus caminatas.

Las motivaciones no han cambiado aunque se hayan tratado de matizarlas: exigen la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras, del fiscal Rafael Curruchiche y del juez Fredy Orellana. Los matices se han agregado poco a poco y en la medida en la que los bloqueos provocaron un resentimiento en la inmensa mayoría de ciudadanos en todo el país lo que notoriamente fue provocando un rechazo contra los organizadores y aquellos políticos que las apoyaban.

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Inicialmente fueron los 48 Cantones de Totonicapán, a los que se sumaron las autoridades indígenas ancestrales de la Alcaldía Indígena de Sololá los que comenzaron con los bloqueos. A ellos se sumaron organizaciones entre las que surgió CODECA y que fueron envalentonados con el discurso que el día 5 de octubre diera el presidente electo Bernardo Arévalo en ENADE lo que hizo más expansivos los bloqueos hasta que se llegó al bloqueo casi total de la Capital y en general de la República.

Obviamente cuando un país se ve bloqueado al extremo en el que se llego en octubre no cabe la menor duda que la economía de todos los guatemaltecos se vio afectada.  Rehenes de la incapacidad de movilizarse, el intercambio de bienes y servicios se limitó y de ahí que la economía se viera afectada. Y sin duda alguna, uno de los perdedores fue la economía nacional.

No fueron pocas las instituciones y organizaciones que viendo el deterioro político que acumulaba el presidente electo buscaron la manera de tenderle un puente de oro para salir de la crisis que estaba montando una inmensa insatisfacción y un tremendo enojo en la ciudadanía. Por increíble que parezca la embajada de los Estados Unidos de América convocó a una mesa de diálogo entre los 48 Cantones, las autoridades ancestrales y otras organizaciones entre las que participaron FUNDESA y el CACIF. Las facilitaciones de OEA y de la embajada de los Estados Unidos de América terminaron con un comunicado después de un diálogo que convocara el presidente electo y que no todas las organizaciones firmaron.

Si individualizamos un perdedor, los sucesos de lo que se ha dado en llamar Octubre Negro, fue el presidente electo Bernardo Arévalo. La ciudadanía le ubicó como líder del movimiento gracias a la cobertura en medios y redes sociales que tuvieron sus declaraciones a favor del movimiento y se le responsabilizó.

Un segundo perdedor fueron los 48 Cantones de Totonicapán quienes han sido vistos como autores materiales de los bloqueos. Sus acciones han provocado un inmenso resentimiento con los pobladores del área de Quetzaltenango a quienes  convirtieron en rehenes por los bloqueos en el Altiplano Occidental. Si a eso agregamos la población que fue obligada a participar y a cerrar sus pequeñas empresas y negocios, los costos de responsabilidad de los 48 Cantones se tornan exponenciales. Lo mismo sucedió con las autoridades ancestrales en Sololá donde la población se encuentra enojadísima por haberles obligado al cierre de sus negocios con el fin de acuerpar los bloqueos y supuesto Paro Nacional.

El efecto de perdedores de los 48 Cantones y de la Alcaldía Indígena de Sololá aumentan las pérdidas del presidente electo Arévalo quién les dio su apoyo político en los inicios del movimiento.

Cabe la pregunta: ¿habrá algún ganador? La respuesta es optimista probablemente y pienso que sí, si hay un ganador: la ciudadanía que se ha venido a dar cuenta de los excesos de las organizaciones sociales y del presidente electo. De alguna manera les dio la oportunidad de quitarse la venda de los ojos. Estoy convencido de que estas organizaciones y líderes políticos se la tendrán que pensar dos veces para iniciar un movimiento como el que nos llevó a ese Octubre Negro.

La crisis que alcanzó todos los órdenes de la vida de los guatemaltecos no debe repetirse. Las acciones y extremos a los que se llegó como el sabotaje del agua para la Ciudad de Guatemala quedaron claros que son delictuosas. Espero que la madurez llegue a los políticos que azuzaron este movimiento (con lo que fueron perdedores) y que si han de conducir los destinos del país, lo hagan a favor de todos los guatemaltecos de manera honesta y consciente en aras del Estado de Derecho para que no se repita nunca más. ¡Hasta la próxima!  

 

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