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¿Independientes?

Nosotros los ciudadanos comprometidos con nuestro desarrollo personal y de Guatemala, estamos más que hartos de tanta intromisión. 

.
Carolina Castellanos |
15 de septiembre, 2023

“Es tan culpable el que hace como el que se deja”, reza el viejo refrán.

Celebramos hoy 202 años de lo que llamamos independencia. El 15 de septiembre de 1,821, Guatemala se declaró independiente del dominio del Reino de España. Más de dos siglos después, estamos más lejos de ser estarlo que cuando firmamos el acta.

Ser independientes, según se firmó en aquella ocasión, significó ya no estar bajo el dominio de otro país. Últimamente parece que, a los políticos de varios países, se les olvidó el significado de ser “libres, soberanos e independientes”. Sumado a este “conveniente” olvido, está la desidia y complacencia de nuestros gobernantes. A ellos también les dio amnesia selectiva pues han permitido la intromisión de los países “amigos” en asuntos internos que le competen únicamente a Guatemala.  

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Estas últimas semanas, y en especial los últimos días, se ha puesto en jaque nuestra libre y soberana libertad de manejar nuestros asuntos internos. Las acciones del Ministerio Público, al proceder a revisar más de cien cajas que resguardan los votos de muchísimos ciudadanos, han exacerbado los ánimos, ya caldeados por este proceso electoral desordenado, fraudulento y parcializado desde el inicio.

La mal llamada “comunidad internacional” ha reaccionado escandalizada por este atropello a la voluntad libre y soberana de los electores. Nosotros los chapines también nos hemos pronunciado al respecto. Se ha discutido en diversos programas de radio, en las redes sociales, en los medios de comunicación y en cualquier reunión social o laboral. 

Somos nosotros, los guatemaltecos, quienes tenemos el derecho y la obligación de exigir una explicación, racional y justificada. Hemos confiado en el fiscal Curruchiche y en la fiscal general pues han actuado apegados a derecho,pero esta “revisión” ha ocasionado demasiadas incertidumbres.

Sin embargo, los representantes de diferentes países, como Estados Unidos y el Parlamento Europeo no solo se pronunciaron, sino que han vertido todo tipo de amenazas de sanciones. El presidente Giammattei les recordó que somos un país soberano e independiente. Agregó que la “intervención de los congresistas europeos refleja opiniones y no son vinculantes”. 

Por supuesto que Estados Unidos también se metió, amenazando con sanciones “e incluso suspender asistencia y otras herramientas” (declaración de Juan González, asistente para el presidente y director principal del Consejo Nacional de Seguridad de ese país, publicado en República). Es un irrespeto y un atropello a nuestra independencia.

¿Se imagina usted que alguno de los ministros, diputados u otros funcionarios guatemaltecos hubieran ido a la Casa Blanca o al Congreso en Washington, D.C., a decir, sin pruebas en la mano, que hubo fraude en la elección que favoreció al presidente Biden? Por supuesto que se hubiera vuelto un escándalo internacional y Guatemala estaría ahora en algún tragante diplomático. “Los trapos sucios se lavan en casa”, reza otro viejo refrán. 

Como nos encanta “echarle más agua al caldo”, elpresidente electo decidió suspender el proceso de transmisión de mando pues no está de acuerdo con lo que está sucediendo. Se vale no estar de acuerdo, pero, “no revolvamos el cebo con la manteca”, reza este refrán.

¿Cuál independencia? Permitir tanta intromisión extranjera es hacer trizas el acta que se firmó en 1,821. Suficiente hemos tenido con tanta “cooperación” de estos países que, a través de cientos de oengés, vienen a indoctrinar a las comunidades y a financiar bloqueos y manifestaciones. 

Nosotros los ciudadanos comprometidos con nuestro desarrollo personal y de Guatemala, estamos más que hartos de tanta intromisión. Lamentablemente, los gobernantes de turno no lo están. Venden nuestra independencia a cambio de unos cuantos euros y dólares. ¡Ya basta!

¿Independientes?

Nosotros los ciudadanos comprometidos con nuestro desarrollo personal y de Guatemala, estamos más que hartos de tanta intromisión. 

Carolina Castellanos |
15 de septiembre, 2023
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“Es tan culpable el que hace como el que se deja”, reza el viejo refrán.

Celebramos hoy 202 años de lo que llamamos independencia. El 15 de septiembre de 1,821, Guatemala se declaró independiente del dominio del Reino de España. Más de dos siglos después, estamos más lejos de ser estarlo que cuando firmamos el acta.

Ser independientes, según se firmó en aquella ocasión, significó ya no estar bajo el dominio de otro país. Últimamente parece que, a los políticos de varios países, se les olvidó el significado de ser “libres, soberanos e independientes”. Sumado a este “conveniente” olvido, está la desidia y complacencia de nuestros gobernantes. A ellos también les dio amnesia selectiva pues han permitido la intromisión de los países “amigos” en asuntos internos que le competen únicamente a Guatemala.  

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Estas últimas semanas, y en especial los últimos días, se ha puesto en jaque nuestra libre y soberana libertad de manejar nuestros asuntos internos. Las acciones del Ministerio Público, al proceder a revisar más de cien cajas que resguardan los votos de muchísimos ciudadanos, han exacerbado los ánimos, ya caldeados por este proceso electoral desordenado, fraudulento y parcializado desde el inicio.

La mal llamada “comunidad internacional” ha reaccionado escandalizada por este atropello a la voluntad libre y soberana de los electores. Nosotros los chapines también nos hemos pronunciado al respecto. Se ha discutido en diversos programas de radio, en las redes sociales, en los medios de comunicación y en cualquier reunión social o laboral. 

Somos nosotros, los guatemaltecos, quienes tenemos el derecho y la obligación de exigir una explicación, racional y justificada. Hemos confiado en el fiscal Curruchiche y en la fiscal general pues han actuado apegados a derecho,pero esta “revisión” ha ocasionado demasiadas incertidumbres.

Sin embargo, los representantes de diferentes países, como Estados Unidos y el Parlamento Europeo no solo se pronunciaron, sino que han vertido todo tipo de amenazas de sanciones. El presidente Giammattei les recordó que somos un país soberano e independiente. Agregó que la “intervención de los congresistas europeos refleja opiniones y no son vinculantes”. 

Por supuesto que Estados Unidos también se metió, amenazando con sanciones “e incluso suspender asistencia y otras herramientas” (declaración de Juan González, asistente para el presidente y director principal del Consejo Nacional de Seguridad de ese país, publicado en República). Es un irrespeto y un atropello a nuestra independencia.

¿Se imagina usted que alguno de los ministros, diputados u otros funcionarios guatemaltecos hubieran ido a la Casa Blanca o al Congreso en Washington, D.C., a decir, sin pruebas en la mano, que hubo fraude en la elección que favoreció al presidente Biden? Por supuesto que se hubiera vuelto un escándalo internacional y Guatemala estaría ahora en algún tragante diplomático. “Los trapos sucios se lavan en casa”, reza otro viejo refrán. 

Como nos encanta “echarle más agua al caldo”, elpresidente electo decidió suspender el proceso de transmisión de mando pues no está de acuerdo con lo que está sucediendo. Se vale no estar de acuerdo, pero, “no revolvamos el cebo con la manteca”, reza este refrán.

¿Cuál independencia? Permitir tanta intromisión extranjera es hacer trizas el acta que se firmó en 1,821. Suficiente hemos tenido con tanta “cooperación” de estos países que, a través de cientos de oengés, vienen a indoctrinar a las comunidades y a financiar bloqueos y manifestaciones. 

Nosotros los ciudadanos comprometidos con nuestro desarrollo personal y de Guatemala, estamos más que hartos de tanta intromisión. Lamentablemente, los gobernantes de turno no lo están. Venden nuestra independencia a cambio de unos cuantos euros y dólares. ¡Ya basta!