En distintas reuniones, he oído a amigos que no aprueban las investigaciones que hace el MP del grupo Semilla porque según ellos son producto de una justicia selectiva. ¿Por qué no investigan a todos los demás? preguntan. Aunado a eso se quejan de que dicha investigación se haga ahora. Hoy es un momento políticamente impropio dicen. No es la ocasión oportuna.

¿Pero, cuándo es la ocasión oportuna? Si surgen indicios de que un Fulano de Tal asesinó a una mujer hace diez años, ¿es oportuno que lo investiguen? ¿O ya no? Y a un grupo de combatientes de la guerra de guerrillas de los años ochenta, a quienes se acusa de haber masacrado a los habitantes de una aldea ¿es conveniente que los investiguen? ¿O ya no? Y si a un Mengano de Tal lo acusa una mujer de haberla violado cuando niña, ¿es pertinente que lo investiguen? ¿O ya no? Y si a un Zutano de Tal le encuentran una bodega llena con imágenes que habían sido reportadas como robadas de la Iglesia De la Merced hace veinte años, ¿es apropiado que lo investiguen? ¿O ya no?

Si bien porque la ley legítima es universal, general, impersonal y pública, es decir que no va dedicada a Perengano, sino que aplica a todo mundo y a todos por igual, no es, por tanto, selectiva. Sin embargo, la justicia sí que es selectiva. Lo es por su misma naturaleza. Por el simple hecho de que la injusticia es selectiva. Injusta es la acción voluntaria y deliberada de un individuo que perjudica a otro. Solamente cuando se da una interrelación entre individuos es que sus acciones pueden ser justas o no. Si sus acciones favorecen a ambas partes, éstas fueron justas. La acción del intercambio de bienes y servicios es justa cuando ésta es voluntaria y espontanea, y quedan ambas partes satisfechas pues perciben que han obtenido un valor mayor al que han entregado. Es un juego de gana gana, uno gana y el otro también. Si, por el contrario, el intercambio es por parte de uno de los involucrados involuntario y forzado, y el obligado queda insatisfecho por percibir que ha sido perjudicado, entonces se habrá cometido una injusticia contra este último. Es un juego de gana pierde, uno gana y el otro pierde.

Por ejemplo, si Perencejo te contrata para que le instales piso en su casa y una vez instalado no te paga, habrá cometido una injusticia. Si la compañía minera Copper Union negocia con el gobierno de Fitolandia para instalar un proyecto de extracción de minerales y aceptadas las condiciones llegan a un acuerdo, y una vez construidas las instalaciones fabriles e iniciada la operación, el gobierno de Fitolandia declara lesivo el contrato y lo rescinde, habrá cometido una injusticia. Y si el bandido Cacolín te amenaza con una pistola y te roba tu celular, habrá cometido una injusticia. Si una turba bloquea un camino e impide a varios individuos transitar por la vía para llegar a sus respectivos destinos, habrán cometido una injusticia. En todos los casos hay un o varios victimarios y una o varias víctimas que han sido perjudicadas, maltratadas. Los victimarios violan los derechos individuales de las víctimas. Violan su libertad porque los han obligado a actuar de manera diferente a como elegirían actuar. Violan su propiedad porque los han forzado a disponer de ella de forma contraria a su mejor juicio. Violan su vida porque los han coaccionado vivir una vida establecida por otros. La injusticia es un acto voluntario, deliberado y agresivo. La víctima de la injusticia no la padece voluntariamente.

La injusticia es pues, selectiva. Nunca se da el caso de un hecho que sea injusto para todos, ni para la totalidad por igual. Siempre habrá uno o varios victimarios y una o varias víctimas. La injusticia y la justicia siempre involucra a más de una persona. Y por la mismísima razón, la justicia siempre es selectiva. La justicia es la reparación o rectificación por el daño provocado por una injusticia.

La justicia se da por demanda o reclamación de la o las víctimas. Se demanda algo que es debido, algo que es justo. Y el momento apropiado es el momento en que se hace la demanda. Sin una denuncia de la injusticia que provocó el agravio y una demanda que exija la reparación y rectificación por el daño causado por el victimario, ni el MP ni el juez pueden actuar. Quien hace la selección es quien elige demandar justicia. Lo que los investigadores y fiscales del Ministerio Público hacen, a petición del o de los perjudicados, es buscar las pruebas para presentar un caso objetivo que retrate fielmente la injusticia ante el juez. Y el juez lo que hace es restaurar la equidad rota por la inequidad o diferencia creada por la injusticia del victimario.

Aun la guerra justa lo requiere, como asevera Francisco de Vitoria:

«[La guerra] sólo es legítima si se emplea como herramienta para luchar contra la injusticia.»

Y ésta se da por demanda de las víctimas, como cuando los tlascaltecas demandaron la ayuda de los castellanos para derrocar a los aztecas, según narra Bernal Díaz del castillo:

«Dieron tantas quejas de Montezuma y de sus recaudadores, que les robaban cuanto tenían, e las mujeres e hijas si eran hermosas las forzaban delante de ellos y de sus maridos, y se las tomaban, e que les hacían trabajar como si fueran esclavos, que les hacían llevar en canoas por tierras madera de pinos, e piedra e leña e maíz, e muchos otros servicios de sembrar maizales; e les tomaban sus tierras para servicio de ídolos, e otras muchas quejas, …»

Por tanto, si hay personas que consideran que en el proceso electoral se han violado sus derechos, por irregularidades y arbitrariedades injustas, tienen todo el derecho de demandar justicia y el momento apropiado es el momento en que lo demandan. Y es obligación del MP atender esos reclamos e investigar para verificar si tienen o no sustento. Y de tenerlo, preparar el caso que deberá ser presentado ante el juez para que resuelva la rectificación que corresponda. No le corresponde ni al MP ni al juez investigar o intervenir en aquellos casos que no tienen reclamo alguno.

Por eso, la justicia siempre es selectiva.