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Los chairos

Chairos son toda esa bola de gente que ataca y señala a “los empresarios” por ejemplo, por defender sus intereses y no estar dispuestos a que los chairos les ataquen arteramente, pero que cuando les pasa a ellos -a los chairos- se rasgan las vestiduras y chillan como lobas heridas.

Alejandro Palmieri |
13 de mayo, 2022

El término “chairo” -ampliamente usado en redes sociales- es criticado por su falta de rigurosidad académica, origen y uso; pero sobre todo, porque se dice que es usado, en la gran mayoría de veces, en forma despectiva.  Respecto a esto último es oportuno indicar que aunque se ha de reconocer que es usado despectivamente, por lo menos en Guatemala, es usado muchas veces en forma de burla (que es distinto a hacerlo en desprecio).

El término, según el Diccionario de México se usa como “sustantivo y adjetivo (ofensivo). Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”

Su origen y significado original son distintos, pero para efectos actuales, la acepción del Diccionario de México es la buena.  Acá la usamos muchos para referirnos precisamente a esos (y esas) que “se las llevan” como decimos, pero que en realidad son más falsos que billete de 3 quetzales y que tienen motivaciones distintas a las que dicen.  Ejemplos tenemos todos los días en Twitter, pero también en la vida real.

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Chairos son toda esa bola de gente que ataca y señala a “los empresarios” por ejemplo, por defender sus intereses y no estar dispuestos a que los chairos les ataquen arteramente, pero que cuando les pasa a ellos -a los chairos- se rasgan las vestiduras y chillan como lobas heridas.

También los vemos regocijarse en redes sociales, cuando cuentas de netcenters a las que ellos siguen (o de las que son miembros) se burlan, insultan, ofenden y difaman a personas que ellos adversan, pero que cuando cuentas anónimas (o de netcenters, también) hacen lo mismo con ellos o sus ídolos -de barro- y que ellos creen que son éticos, se quejan de ataques coordinados, hacen conferencias de prensa para denunciarlo nacional e internacionalmente y hasta logran que el mismísimo Departamento de Estado los arrope; ello sin olvidar que la extinta CICIG hasta dedicó un informe a los netcenters (pro currupción, decían) pero ni pío de los netcenters que los apoyaban a ellos.

Los chairos también se evidencian, por ejemplo, cuando un medio que los hace trinar (en el sentido tuitero, pero también de envidia) usa una imagen de The New Yorker para una nota, dándole el debido crédito a su autor; ellos acusan -sin razón- de violar la propiedad privada (derechos de autor), pero cuando un medio de sus simpatías o con el que no quieren incordiar hace exactamente lo mismo -usar una foto de The New Yorker- callan y se hacen las bestias.  Definición de libro de texto de chairo.

Pero no solo ahí se evidencian los chairos.  Cuando la extinta CICIG y la FECI capturaban a diestra y siniestra en operativos ilegales, abusaron de poder, amenazaron y coaccionaron, acusaron y difamaron en conferencias de prensa a todo aquel que se les ocurrió, entonces aplaudían y sonreían sin detenerse a pensar que se estaban violando los derechos fundamentales de los sindicados y que tal vez, solo tal vez, podrían ser inocentes y acusados injustamente.  Ahora que se descubre que muchas de esas acusaciones se basaron en poco o nada (o en declaraciones de testigos coaccionados); ahora que se descubre e investiga el proceder muchas veces ilegal de quienes juraron cumplir y hacer cumplir la ley; ahora que incluso se acusa y se pide la captura de sus ídolos -de barro- por cosas tan graves como el lavado de dinero (como en el caso de Asodefir y en particular la presunta participación de Carmen Rosa De León) y se descubre que engañaron para enriquecerse ilícitamente, ahora y cuando eso sucede dicen ser perseguidos políticos víctimas de venganzas y que se presentarán “pero en el momento adecuado” como si dependiese del ellos decidir cuándo rendir cuentas ante la ley y cuando no (lo harán solo cuando sus amigos o compinches les aseguren impunidad).

Mientras ostentan poder y cooptan instituciones (MP, CC, CSJ, etc) el sistema funciona, pero cuando no, cuando están fuera, dicen que el sistema no funciona.  Mientras mediante mecanismos como las comisiones de postulación se eligió a Claudia Paz y Paz y a Thelma Aldana, las comisiones funcionaron; cuando no se elige a sus amigos o compinches dicen que el modelo de comisiones de postlación está agotado y que es corrupto.

Cuando el sistema de justicia procesa a sus enemigos y se utilizan mecanismos tortuosos o incluso ilegales en los juicios (abuso de recursos o amparos, suspensíon de audiencias, recusaciones, etc.) el sistema de justicia funciona; cuando ese mismo sistema (que ellos mantuvieron y utilizaron) los procesa a ellos o a sus amigos y compinches, entonces el sistema es corrupto y es manipulado para afectarles y perseguirles ilegalmente.

Ahora que muchos de los ídolos -de barro- de los chairos están prófugos luego de que se les haya requerido rendir cuentas ante la ley, pero resulta imposible porque evadieron la justicia (huyeron), los chairos parecen tener orgasmos producto de sus masturbaciones mentales, cuando Iván, Thelma o Juan Francisco (retuiteados por Todd) quieren hacer creer que influyen a tal nivel en el Departamento de Estado, que harán que incluyan -sin más fundamento que sus odios y resentimientos- a quienes ellos identifican como sus enemigos y a quienes les endilgan sus infortunios. 

Los chairos tienen bien ganada la burla -y también el desprecio- por como son; no por sus caractarísticas físicas y ni siquiera por sus ideas; la tienen bien ganada por su harta incoherencia, por su falsa moral, por su doble discurso.  Por ser tan… chairos.

Los chairos

Chairos son toda esa bola de gente que ataca y señala a “los empresarios” por ejemplo, por defender sus intereses y no estar dispuestos a que los chairos les ataquen arteramente, pero que cuando les pasa a ellos -a los chairos- se rasgan las vestiduras y chillan como lobas heridas.

Alejandro Palmieri |
13 de mayo, 2022

El término “chairo” -ampliamente usado en redes sociales- es criticado por su falta de rigurosidad académica, origen y uso; pero sobre todo, porque se dice que es usado, en la gran mayoría de veces, en forma despectiva.  Respecto a esto último es oportuno indicar que aunque se ha de reconocer que es usado despectivamente, por lo menos en Guatemala, es usado muchas veces en forma de burla (que es distinto a hacerlo en desprecio).

El término, según el Diccionario de México se usa como “sustantivo y adjetivo (ofensivo). Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”

Su origen y significado original son distintos, pero para efectos actuales, la acepción del Diccionario de México es la buena.  Acá la usamos muchos para referirnos precisamente a esos (y esas) que “se las llevan” como decimos, pero que en realidad son más falsos que billete de 3 quetzales y que tienen motivaciones distintas a las que dicen.  Ejemplos tenemos todos los días en Twitter, pero también en la vida real.

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Chairos son toda esa bola de gente que ataca y señala a “los empresarios” por ejemplo, por defender sus intereses y no estar dispuestos a que los chairos les ataquen arteramente, pero que cuando les pasa a ellos -a los chairos- se rasgan las vestiduras y chillan como lobas heridas.

También los vemos regocijarse en redes sociales, cuando cuentas de netcenters a las que ellos siguen (o de las que son miembros) se burlan, insultan, ofenden y difaman a personas que ellos adversan, pero que cuando cuentas anónimas (o de netcenters, también) hacen lo mismo con ellos o sus ídolos -de barro- y que ellos creen que son éticos, se quejan de ataques coordinados, hacen conferencias de prensa para denunciarlo nacional e internacionalmente y hasta logran que el mismísimo Departamento de Estado los arrope; ello sin olvidar que la extinta CICIG hasta dedicó un informe a los netcenters (pro currupción, decían) pero ni pío de los netcenters que los apoyaban a ellos.

Los chairos también se evidencian, por ejemplo, cuando un medio que los hace trinar (en el sentido tuitero, pero también de envidia) usa una imagen de The New Yorker para una nota, dándole el debido crédito a su autor; ellos acusan -sin razón- de violar la propiedad privada (derechos de autor), pero cuando un medio de sus simpatías o con el que no quieren incordiar hace exactamente lo mismo -usar una foto de The New Yorker- callan y se hacen las bestias.  Definición de libro de texto de chairo.

Pero no solo ahí se evidencian los chairos.  Cuando la extinta CICIG y la FECI capturaban a diestra y siniestra en operativos ilegales, abusaron de poder, amenazaron y coaccionaron, acusaron y difamaron en conferencias de prensa a todo aquel que se les ocurrió, entonces aplaudían y sonreían sin detenerse a pensar que se estaban violando los derechos fundamentales de los sindicados y que tal vez, solo tal vez, podrían ser inocentes y acusados injustamente.  Ahora que se descubre que muchas de esas acusaciones se basaron en poco o nada (o en declaraciones de testigos coaccionados); ahora que se descubre e investiga el proceder muchas veces ilegal de quienes juraron cumplir y hacer cumplir la ley; ahora que incluso se acusa y se pide la captura de sus ídolos -de barro- por cosas tan graves como el lavado de dinero (como en el caso de Asodefir y en particular la presunta participación de Carmen Rosa De León) y se descubre que engañaron para enriquecerse ilícitamente, ahora y cuando eso sucede dicen ser perseguidos políticos víctimas de venganzas y que se presentarán “pero en el momento adecuado” como si dependiese del ellos decidir cuándo rendir cuentas ante la ley y cuando no (lo harán solo cuando sus amigos o compinches les aseguren impunidad).

Mientras ostentan poder y cooptan instituciones (MP, CC, CSJ, etc) el sistema funciona, pero cuando no, cuando están fuera, dicen que el sistema no funciona.  Mientras mediante mecanismos como las comisiones de postulación se eligió a Claudia Paz y Paz y a Thelma Aldana, las comisiones funcionaron; cuando no se elige a sus amigos o compinches dicen que el modelo de comisiones de postlación está agotado y que es corrupto.

Cuando el sistema de justicia procesa a sus enemigos y se utilizan mecanismos tortuosos o incluso ilegales en los juicios (abuso de recursos o amparos, suspensíon de audiencias, recusaciones, etc.) el sistema de justicia funciona; cuando ese mismo sistema (que ellos mantuvieron y utilizaron) los procesa a ellos o a sus amigos y compinches, entonces el sistema es corrupto y es manipulado para afectarles y perseguirles ilegalmente.

Ahora que muchos de los ídolos -de barro- de los chairos están prófugos luego de que se les haya requerido rendir cuentas ante la ley, pero resulta imposible porque evadieron la justicia (huyeron), los chairos parecen tener orgasmos producto de sus masturbaciones mentales, cuando Iván, Thelma o Juan Francisco (retuiteados por Todd) quieren hacer creer que influyen a tal nivel en el Departamento de Estado, que harán que incluyan -sin más fundamento que sus odios y resentimientos- a quienes ellos identifican como sus enemigos y a quienes les endilgan sus infortunios. 

Los chairos tienen bien ganada la burla -y también el desprecio- por como son; no por sus caractarísticas físicas y ni siquiera por sus ideas; la tienen bien ganada por su harta incoherencia, por su falsa moral, por su doble discurso.  Por ser tan… chairos.