Es casi imposible lograrlo pues el proceso electoral ya arrancó, acompañado de lo que parece ser un oscuro futuro.  Las campañas negras ya iniciaron. Las redes sociales, en particular los “chats”, ya cambiaron de tema. Los buenos deseos de la época navideña quedaron en el olvido. Entramos a la fase de “todos contra todos” pues esto es una lucha, “a vencer o morir”, políticamente hablando.

Nos toca elegir a quien dirigirá los destinos del país por los próximos cuatro años. También elegiremos a los “presidentitos”, llamados alcaldes, pues tienen todo el poder en su territorio. Ni hablar de los caciques, o sea, los diputados. Algunos representan a su municipio, otros “al resto” del país, que forman parte del listado nacional. Quién sabe los que aparecen allí. Votamos por un grupo de personas que se comprometerán a nada y a todo, ocuparán una curul y harán valer su cargo para lo que quieran, bueno o malo.

Así las cosas, el futuro no es prometedor pues el sistema de elección no cambia, las promesas son vacías y pasarán otros cuatro años más o menos como los anteriores y los cuatro antes de éstos, etc.

No dan ganas de hablar de política. Es casi inevitable e irá incrementando conforme se llega al día cero, 25 de junio, y el día cero más uno, el 27 de agosto. Al fin de cuentas, estamos apostando a un futuro mejor, aun sabiendo que será más de lo mismo. Ojalá esté equivocada.

Pensando en este futuro cercano, no tan promisorio y lleno de ataques y luchas en redes sociales y medios de comunicación, unido a una ley electoral restrictiva, de pronto es el mejor momento para hablar de lo que sí queremos los guatemaltecos. 

Yo empezaría por un ambiente de paz. En vez de atacarse el uno al otro, los candidatos a cualquier puesto podrían ilustrarnos con sus brillantes ideas. Las discusiones en redes podrían orientarse hacia analizar cuál idea es mejor que otra y construir sobre esto. 

Por ejemplo, hablemos sobre cómo reducir el nivel de pobreza en las áreas más alejadas y marginales del país. Cómo mejorar la competitividad para que los productos y servicios que producimos tengan un menor costo. Algo fundamental es cómo hacer efectivo y eficiente el sistema de justicia para que cualquier acto de corrupción, por pequeño que sea, tenga consecuencias inmediatas para el funcionario ladrón. 

Otro tema que requiere de propuestas es como colocar a Guatemala en lugares importantes a nivel internacional, empezando por dejar de pedir limosna a quien esté dispuesto a dárnosla. Recuperar nuestra dignidad a nivel internacional sería grandioso.

Hablemos de reformar el sistema educativo, lo que iniciaría con una propuesta legislativa que elimine los sindicatos en el Ministerio de Educación.  Será una hecatombe en el corto plazo. Sin embargo, en cuatro años podríamos tener un cambio significativo, el inicio de un mejor futuro para miles de niños. Discutamos la forma de hacerlo y presionemos a los políticos. Nosotros somos los mandantes. Además, les pagamos sus jugosos salarios.

Inundemos las redes sociales con propuestas. Hagamos el esfuerzo de no atacar personas sino discutir ideas. Estoy segura que, si hacemos un buen esfuerzo, llegarán a los políticos y a los próximos funcionarios, iniciando por el próximo presidente.